MADRID, 23 May. (EUROPA PRESS) -
La Organización Mundial de la Salud recomienda reducir la ingesta de sal para reducir la tensión arterial y el riesgo de enfermedades cardiovasculares, accidentes cerebrovasculares y cardiopatía coronaria en adultos. Así, establece que el consumo de sal en los adultos debe ser menos de 5 gramos al día.
En los últimos años se han revisado de forma sistemática varios ensayos clínicos de intervención concebidos para evaluar los efectos de la reducción de la ingesta de sal en los niveles de tensión arterial en pacientes hipertensos, que es a los que se les prescriben dietas con bajo contenido en sal. Sin embargo, no se había realizado ningún estudio a gran escala que mostrará qué efectos tenía esta dieta en la población sin problemas de tensión.
Con este objetivo, investigadores canadienses han realizado un estudio en todo el mundo y han descubierto que, contrariamente a la creencia popular, las dietas bajas en sal pueden no ser beneficiosas y, en realidad, pueden aumentar el riesgo de enfermedad cardiovascular (ECV) y muerte en comparación con el consumo medio de sal. De hecho, el trabajo sugiere que las únicas personas que tienen que preocuparse por la reducción del sodio en su dieta son los que tienen hipertensión (presión arterial alta) y toman mucha sal en su alimentación.
El estudio, que incluyó a más de 130.000 personas de 49 países, fue dirigido por investigadores del Instituto de Investigación de Salud de la Población (PHRI, por sus siglas en inglés) de la Universidad de McMaster y 'Hamilton Health Sciences', en Canadá. Los autores observaron específicamente si la relación entre el consumo de sodio (sal) y la muerte, la enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular es diferente en las personas con presión arterial alta frente a aquellos con presión arterial normal.
Los investigadores mostraron que, independientemente de si las personas tienen presión arterial alta, la ingesta baja en sodio se asocia con más ataques cardiacos, accidentes cerebrovasculares y muertes en comparación con la ingesta media. "Estos hallazgos son muy importantes para las personas que sufren de presión arterial alta", afirma el doctor Andrew Mente, autor principal del estudio, investigador principal en PHRI y profesor asociado de Epidemiología Clínica y Bioestadística en la Escuela de Medicina de McMaster.
"Aunque nuestros datos ponen de relieve la importancia de reducir el consumo elevado de sal en las personas con hipertensión, no es compatible con la reducción de la ingesta de sal a niveles bajos. Nuestros hallazgos son importantes porque muestran que la reducción de sodio es la mejor meta para las personas con hipertensión que también consumen dietas con alto contenido de sodio", detalla.
La ingesta actual de sodio en Canadá es de entre 3,5 y 4 gramos por día y algunas directrices han recomendado que la ingesta de sodio en toda la población debe ser menor de 2,3 gramos por día, un nivel que consumen menos del 5 por ciento de los canadienses y las personas de todo el mundo.
Estudios previos han demostrado que la ingesta baja de sodio, en comparación con el promedio de ingesta de sodio, se relaciona con un mayor riesgo cardiovascular y mortalidad, a pesar de la baja ingesta de sodio se asocia con presión arterial más baja. Este nuevo estudio muestra que los riesgos asociados con la ingesta baja de sodio --menos de 3 gramos por día-- son consistentes independientemente del estado de la hipertensión del paciente.
Además, los resultados muestran que aunque existe un límite por debajo del cual la ingesta de sodio puede ser insegura, el daño asociado con un alto consumo de sodio parece estar confinado a sólo a aquellos con hipertensión. Sólo alrededor del 10 por ciento de la población mundial en el estudio tenía hipertensión y consumo de sodio elevado, es decir, por encima de 6 gramos al día.
UN UMBRAL DIARIO DEMASIADO BAJO PARA LA POBLACIÓN GENERAL
Mente dice que esto sugiere que la mayoría de las personas en Canadá y la mayoría de los países están consumiendo la cantidad adecuada de sal. Y añade que delimitar la reducción de sal a aquellos que son más susceptibles por la hipertensión y el consumo elevado de sal puede ser preferible que un enfoque de reducción de la ingesta de sodio a toda la población en la mayoría de los países, a excepción de aquellos en los que el consumo promedio de sodio es muy elevadi, como partes de Asia central o China.
Este experto considera que lo que ahora se recomienda generalmente como un umbral diario saludable para el consumo de sodio parece ser demasiado bajo, independientemente del nivel de la presión arterial de una persona."La baja ingesta de sodio reduce ligeramente la presión arterial, en comparación con la ingesta medio, pero la baja ingesta de sodio también tiene otros efectos, como la elevación adversa de ciertas hormonas que pueden superar cualquier beneficio. La pregunta clave no es si la presión arterial baja con una ingesta de sal muy baja, sino si mejora la salud", plantea Mente.
El doctor Martin O'Donnell, coaturo del estudio y profesor clínico asociado en la Universidad de McMaster y la Universidad Nacional de Irlanda, en Galway, agrega: "Este estudio se suma a nuestra comprensión de la relación entre el consumo de sal y la salud, y cuestiones si son apropiadas las actuales directrices que recomiendan una ingesta baja de sodio en toda la población. Un enfoque que recomiende el consumo moderado de sal, especialmente en aquellos con hipertensión, aparece más en línea con la evidencia actual".