MADRID, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -
La dieta cetogénica puede ser una herramienta "de gran utilidad" para pacientes con epilepsia compleja, con difícil manejo de las crisis y con importante deterioro de la calidad de vida, según la doctora Begoña Molina Baena, especialista en Endocrinología y Nutrición en el Hospital Universitario de la Princesa de Madrid.
"Antes de la aparición de los fármacos antiepilépticos, esta enfermedad se trataba con el ayuno, atribuyéndose los efectos de mejora de las crisis epilépticas a la deshidratación, la acidosis metabólica y la cetosis. Este tratamiento se ha transformado en lo que hoy en día se conoce como dieta cetogénica, cuyos efectos comenzaron a objetivarse desde un punto de vista científico a principios del siglo pasado", explica la doctora
Concretamente, se denomina dieta cetogénica a aquella con alto contenido en grasa, bajo en hidratos de carbono y con la mínima cantidad de proteínas necesaria para cubrir los requerimientos de los pacientes sin poner en riesgo su salud.
Esta dieta intenta emular los cambios metabólicos asociados a la situación de ayuno, con la producción de cuerpos cetónicos, que influyen en el control de las crisis epilépticas. Tanto es así que la práctica clínica ha demostrado una tasa de éxito de hasta un 70 por ciento, según se recoge en un artículo publicado en el 'Journal of Clinical Neurology' en 2015 y realizado por miembros del Departamento de Neurología, Academia Provincial de Ciencias Médicas de Sichuan y Hospital Popular Provincial de Sichuan, en Chengdu (China).
Así, su efectividad ha sido probada en varios ensayos clínicos que revelan que hasta un 20 por ciento de los niños con epilepsia puede quedar libre de crisis si sigue convenientemente la dieta cetogénica.
"Es cierto que hoy en día se está viviendo un boom en el uso de la 'dieta keto' en situaciones muy dispares, tanto para la pérdida de peso, como por razones deportivas, o simplemente por gusto o moda, pero debemos distinguir cuándo es un tratamiento y cuando se trata de un estilo de vida", señala la doctora Molina.
"Es importante recalcar esta diferencia clave, porque en el caso de los pacientes con epilepsia no puede considerarse un capricho o una moda, ya que consiste en un enfoque terapéutico que complementa su tratamiento en su conjunto, y que busca que la cetosis se mantenga con niveles farmacológicos estables", expone la doctora Molina.
En concreto, la experta detalla que "en el caso de los niños, la utilización de la dieta cetogénica complementa los tratamientos farmacológicos de refractariedad y no presenta efectos adversos importantes, lo cual es relevante en el contexto de la infancia, donde el desarrollo cognitivo e intelectual es crucial".
A su juicio, "no se debe esperar a utilizar esta dieta como última opción de tratamiento, ya que con un buen seguimiento médico no repercutirá de forma negativa en el crecimiento, ni tampoco provocará alteraciones de conducta ni cognitivas, sino que incluso ayudará a mejorar las esferas psicológicas y sociales de los pacientes".
Para la experta, lo principal para los padres, y en general, para cualquiera que inicie una dieta de este tipo, es entender que es un tratamiento, y como tal debe enfocarse, "con la misma disciplina y seriedad".
"En este sentido, el programa de formación previo y las herramientas que proporciona el equipo de educadores para afrontar la dieta son fundamentales, no solo por la parte dietética, sino también para saber cómo afrontar las eventuales situaciones intercurrentes que puedan acontecer. Y por supuesto, es muy importante contar con el apoyo y con la posibilidad de consultar las dudas que puedan surgir en todo el proceso, en especial al inicio de la dieta", sugiere la doctora Molina.