El decálogo alimenticio para que los más pequeños coman saludable en verano

Archivo - Baby Boy Eating Fruit from Blue Spoon on Mom's Hand
Archivo - Baby Boy Eating Fruit from Blue Spoon on Mom's Hand - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / ANDRE PANNETON
Publicado: miércoles, 11 agosto 2021 12:08


MADRID, 11 Ago. (EUROPA PRESS) -

La startup Roots Mindfoodness ha elaborado un decálogo de consejos para garantizar una comida saludable de los pequeños de entre los 6 y 12 meses de edad también en verano, época en la que se suelen descuidar las rutinas.

En primer lugar, instan a aprovechar la fruta de temporada. El plátano, el aguacate, el albaricoque y el melocotón son frutas de temporada de verano que los más pequeños pueden consumir en el inicio de la alimentación complementaria. También son de temporada verduras como la calabaza, el calabacín, la judía verde, el tomate, la zanahoria o el pimiento rojo. Ambas pueden ser consumidas en forma de batido, machacadas o en trozos hechas al vapor.

Asimismo, las legumbres también son clave para el aporte de fibra y vitaminas y por tanto deben estar presentes en verano. Les proporcionarán fibra, vitaminas y minerales muy beneficiosos para evitar trastornos digestivos como la diarrea.

Por otro lado, desde Roots advierten de la importancia de no olvidar las proteínas. Así, se deben incluir en la dieta pescados blancos como la merluza y carnes como pavo o pollo para ese aporte proteico. Otras fuentes pueden ser las carnes blancas y magras, pescados blancos, pescados azules pequeños, huevo, legumbres, cremas de frutos secos y semillas.

Desde Roots también advierten de los alimentos a evitar. En este sentido, los bebés de 6 a 12 meses no pueden tomar: carnes, pescados o huevo crudo ni sus derivados, acelgas, borrajas ni espinacas por su contenido en nitritos, embutidos, vísceras, algas, marinas, zumos, sal, azúcar, miel, endulzantes o edulcorantes de cualquier tipo en el bebé. Por supuesto, tampoco deberán consumir bollería, dulces, chucherías ni procesados que comprometan su salud. "El verano no debe ser un momento de descontrol de nuestros hábitos ni de los del bebé", afirman desde Roots.

Por otro lado, Roots no recomienda retrasar la ingesta de los alimentos considerados como alérgenos. Sin embargo, en época de vacaciones, viajes o excursiones no es recomendable la introducción de nuevos alimentos si se desconoce la posibilidad de reacción alérgica y puede ser peligroso. Por lo tanto, en estas situaciones es mejor no arriesgar y proporcionar alimentos que el bebé ya conoce.

RECHAZO DE ALIMENTOS

En este sentido, recuerdan que el miedo al rechazo de alimentos o La neofobia (miedo o rechazo a probar alimentos nuevos o desconocidos) es totalmente normal y común, y especialmente en situaciones de viajes, cuando el bebé no está en casa, este proceso puede aumentar. Además, puede que el bebé rechace alimentos que ya comía en casa. "No hay de qué preocuparse: se trata de algo habitual y pasajero", comentan desde Roots.

En estas situaciones, es importante respetar la velocidad, las sensaciones de hambre y la forma de comer del niño, sin obligar o forzar. Se pueden preparar los alimentos de una forma atractiva para el niño, mezclando texturas, colores y presentándolos de manera divertida.

Asimismo, otro aspecto a tener en cuenta es la hidratación, que puede verse afectada con la llegada del verano y el aumento de las temperaturas. Además, su apetito puede disminuir debido a que los hábitos y rutinas se ven trastocados. La madre también debe beber bastante agua, ya que la leche materna puede volverse un poco densa y provocar cambios en las tomas del bebé. Si el pequeño es lactante, con la leche materna se hidratará.

Precisamente, en cuanto a los horarios y tomas, desde Roots recuerdan que el verano es un buen momento para aprovechar la flexibilidad horaria para comer en familia con los más pequeños y así crear un sentimiento de conexión, estabilidad y rutina, además de establecer unos hábitos alimentarios saludables. "Normaliza los cambios de horarios en sus tomas, sigue sus sensaciones de saciedad y aprovecha para generar un buen vínculo en esta etapa", apostillan.

Por otro lado, desde Roots aseguran que ejercer unas buenas prácticas de higiene es "fundamental" para prevenir y reducir el riesgo de diarrea, trastorno digestivo muy común entre niños de 6 a 12 meses. Para ello, es muy recomendable lavarse las manos con agua caliente y jabón antes y después de la manipulación de alimentos, tras contactar con cualquier material sucio (pañales, animales, basura) y después de usar el baño. El buen manejo de alimentos también puede reducir el riesgo de diarrea.

En este sentido, Roots aporta 3 claves para mantener la inocuidad de los alimentos: separar los alimentos crudos de los cocinados dentro del frigorífico o congelador; mantener los alimentos a temperaturas seguras; y usar aguas y materias primas seguras: lavar siempre con agua segura la fruta y verdura antes de comerla, eliminando la suciedad superficial con un cepillo o utilizar desinfectante alimentario.

HELADOS, ¿SÍ O NO?

Por último, en cuanto a los helados, en Roots los recomiendan siempre y cuando sean caseros. De hecho, una buena forma de calmar el dolor que les produce el crecimiento de los dientes y de darles fruta de forma fresca es con helados caseros. "Podemos machacar un plátano, meterlo en moldes de silicona al congelador y tras unas horas nuestro peque tendrá un polo de fruta saludable y natural con el que disfrutar de una buena merienda.

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