MADRID, 21 Ago. (EUROPA PRESS) -
Apostar por una dieta mediterránea, completa y variada, y consumir las 2.000 calorías diarias que el cuerpo necesita aportará toda la energía y los nutrientes necesarios para afrontar una jornada de actividad física moderada.
Para conseguir buenos resultados y lograr el máximo rendimiento, expertos del centro deportivo Go fit han elaborado recomendaciones para saber qué hay que comer antes y después de realizar práctica deportiva.
Antes de hacer ejercicio, debemos partir de un "buen estado de hidratación" y asegurarnos de tener cubiertas las necesidades energéticas en el transcurso del ejercicio, con los depósitos de glucógeno muscular "bien llenos". "Un ingesta previa de algún tipo de carbohidrato (fruta, pan, pasta, arroz, cereales, etc.), habiendo dejado pasar un par de horas hasta el comienzo de la actividad física, es una buena estrategia para afrontar una sesión de deporte", explica la nutricionista de GO fit, Alex Pérez.
En este sentido, Pérez aconseja apostar por una dieta mediterránea, ya que "cubre perfectamente" las necesidades de una persona que practique actividad física de forma regular y a una intensidad de ejercicio suave-moderado. "Para llevar una correcta alimentación, se deben incluir farináceos como la pasta, el arroz, la patata o las legumbres; proteínas como carne, pescado o huevos, lácteos, frutas y verduras, así como frutos secos. Además, por supuesto, beber unos dos litros de agua al día". En cuanto a las bebidas isotónicas, lo mejor es "no tomarlas antes del ejercicio si el objetivo es consumir grasa corporal", recuerda.
CARBOHIDRATOS Y PROTEÍNAS, CLAVES EN LA INGESTA TRAS EL EJERCICIO
Después del ejercicio conviene rehidratarse, y para ello "las bebidas isotónicas con carbohidratos son fundamentales", así como hacer una ingesta donde estén presentes sobre todo los carbohidratos y las proteínas, con un poco de verdura o ensalada". Por ejemplo, un plato de pasta con carne, acompañado de salsa de tomate y un poco de ensalada, junto a una pieza de fruta puede ser, según los expertos, "una buena opción de menú de recuperación".
Por lo tanto, es necesario tomar un 50-55 por ciento del total de calorías provenientes de los carbohidratos, un 30 por ciento a partir de las proteínas y un 30 por ciento a partir de las grasas. Lo que significa que, "para una dieta media de 2.000 Kilocalorías necesitamos 1.000 de carbohidratos, 600 de grasas y 300 de proteínas", concreta Pérez.
En cuanto a las grasas, los expertos recomiendan evitarlas excepto las grasas 'buenas', ya que tienen muy buenas propiedades antiinflamatorias, debido a su alto contenido en ácidos Omega 3. "El ejercicio puede producir procesos de inflamación que el cuerpo acaba neutralizando, por lo que, si le ayudamos con la ingesta de los nutrientes adecuados, facilitamos su recuperación y evitamos posibles lesiones".