Consiguen prolongar la vida útil del aceite de pescado

Microcápsulas de proteínas de sardinas prolongan la vida del aceite de pescado
EUROPA PRESS/FUNDACIÓN DESCUBRE
Actualizado: lunes, 11 enero 2016 13:25

   De esta forma, evitan el deterioro en el olor y sabor de este complemento nutritivo y permiten su uso en la industria alimentaria

   GRANADA, 11 Ene. (EUROPA PRESS) -

   Investigadores del Grupo Biorreactores BIO 110 del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Granada (UGR), en colaboración con el Grupo de Investigación de Ciencia y Tecnología de los Alimentos de la Universidad Técnica de Berlín (Alemania), han utilizado por primera vez proteínas de sardinas y jureles para elaborar microcápsulas que protegen el aceite de pescado de la oxidación provocada por la luz y el aire.

   Con esta técnica, los expertos han mantenido las propiedades organolépticas --de olor y sabor--, y el valor nutritivo del aceite durante más de 80 días, periodo necesario para que pueda ser utilizado en la industria alimentaria como ingrediente funcional --rico en ácidos grasos omega-3-- de lácteos y salsas, ha informado la Fundación Descubre en una nota.

   El aceite de pescado se caracteriza por su "inestabilidad", ya que se deteriora "muy rápido" al contacto con agentes externos como la luz o los metales. Uno de los procedimientos más comunes para evitar esta oxidación es la microencapsulación, es decir, la formación de cápsulas de tamaño mil veces menor de un milímetro, que contienen en su interior minigotas de aceite.

   La novedad de esta investigación consiste en elaborar esa cubierta protectora con proteína de pescado, sin necesidad de utilizar otras sustancias que influyan en el proceso. En concreto, los expertos han aprovechado la carne de sardinas y jureles que los pescadores descartan por su escaso valor comercial o por no alcanzar la talla mínima.

   Estos peces de descarte están constituidos, en su mayor parte, por lípidos, entre un 12 y un 30 por ciento, y proteínas, entre un 20 y 22 por ciento.

   Los lípidos, que se extraen mediante prensado, están formados por un aceite con un alto contenido en omega-3. Este tipo de compuesto tiende a oxidarse "muy rápidamente" en presencia de la luz, el aire y algunos metales. "Durante este proceso, el alimento pierde sus propiedades nutritivas y organolépticas, adquiriendo un olor y sabor rancios", explica una de las investigadoras de este proyecto de la Universidad de Granada, Rocío Morales-Medina.

   Por su parte, las proteínas, por medio de reacciones químicas, pueden romperse en fracciones más pequeñas o péptidos. Estas moléculas son las que envuelven y estabilizan las gotas de aceite.

   Sin embargo, para que estas sustancias formen las microcápsulas, deben ser capaces de estabilizar la emulsión del aceite de pescado en agua. Y es que, como apuntan los investigadores, la encapsulación empieza con una emulsión, "similar a una mayonesa aunque menos viscosa", por lo que las pequeñas gotas de aceite tienen que quedar dispersas en agua y no unirse entre sí.

MOLÉCULAS 'FLEXIBLES'

Esto se consigue por medio de un agente estabilizador o emulsificante. "Los péptidos producidos en este trabajo son capaces de desempeñar esa función", indica la investigadora.

   Los expertos han comprobado que estas moléculas eran lo suficientemente 'flexibles' para rodear la gota de aceite y evitar que ésta se rompiera, cambiara de tamaño o se uniera a otras. Según Morales-Medina, "la emulsión se mantuvo inalterable por lo que los péptidos de proteína de pescado eran válidos para hacer microencapsulados".

   Además, los investigadores han realizado ensayos para garantizar que estas moléculas cumplían su capacidad antioxidante. Por estudios anteriores, conocían que péptidos de menor tamaño presentaban actividad antioxidante frente al oxígeno y metales, tras lo que consideraron que era "necesario" asegurarse que los de mayor tamaño también tenían esas cualidades.

SECADO AL INSTANTE

   A continuación, tal y como se menciona en el artículo 'Functional and antioxidant properties of hydrolysates of sardine (S. pilchardus) and horse mackerel (T. mediterraneus) for the microencapsulation of fish oil by spray-drying', publicado en la revista Food Chemistry, los expertos han constatado que tanto la estabilidad como el grado de oxidación de la emulsión se mantenían en la última fase del proceso de microencapsulación.

   En esta etapa, la emulsión formada por las microgotas de aceite se dispersa en una corriente de aire caliente que las seca "al instante". Mediante esta técnica, denominada 'Secado por atomización', se forma la microcápsula que, debido a su tamaño mínimo, tiene un aspecto "similar" al polvo de harina.

   "El calor puede afectar a la estructura y estabilidad de los péptidos. Para comprobar que no había habido cambios, medimos el tamaño de las partículas y el grado de oxidación. Los valores eran similares a los de antes de secarse. Por tanto, el secado por atomización era inocuo", señala Morales-Medina.

   La última fase ha consistido en monitorizar la oxidación de las microcápsulas en condiciones controladas durante 80 días, periodo de tiempo necesario para que el aceite pueda usarse en la industria alimentaria. Con análisis semanales, han corroborado que el grado de oxidación y el tiempo transcurrido eran proporcionales, con un "aumento lento". "Normalmente, la oxidación es un proceso muy rápido, con mucha aceleración", añade.

BUSCANDO VALOR AÑADIDO A LOS DESCARTES

   Para los expertos, esta investigación, financiada por el Ministerio de Economía y Competitividad, es "un paso más" en la producción de un complemento nutritivo, rico en omega-3, estabilizado sólo con pescados de descarte. Los descartes son una práctica que desaparecerá en 2017 en virtud de una normativa de la Unión Europea que obliga a los pescadores a llevar a puerto todo lo que capturen.

   En este contexto, en el que "millones de toneladas de pescado no tendrán utilidad", Morales-Medina ha afirmado que "hay que plantear nuevas soluciones tecnológicas para producir alimentos de valor añadido a partir de esta materia prima".

   El estudio abre la puerta a nuevas líneas de investigación sobre el potencial de la proteína de pescado en el proceso de microencapsulación, tanto en la mejora de las propiedades del aceite como en la elaboración de productos de origen natural.

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