Uno de cada tres niños con alergias alimentarias dice haber sido acosado por su condición

Archivo - Niño sentado en una escalera, triste, deprimido.
Archivo - Niño sentado en una escalera, triste, deprimido. - GETTY IMAGES/ISTOCKPHOTO / FZANT - Archivo
Publicado: jueves, 7 octubre 2021 7:11


MADRID, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -

Tener una alergia alimentaria puede tener un gran impacto en la vida diaria de un niño, desde limitar su participación en actividades sociales hasta ser tratado de forma diferente por sus compañeros, incluso ser acosado por ello, según un nuevo estudio publicado en la revista 'Journal of Pediatric Psychology'.

Aunque investigaciones anteriores indican que muchos niños sufren acoso relacionado con las alergias alimentarias, el estudio ha descubierto que ofrecer a los niños con alergias alimentarias una evaluación de varias preguntas ofrece una imagen más precisa de la magnitud y el alcance del problema.

Cuando se les hizo una simple pregunta de "sí" o "no" sobre el acoso relacionado con la alergia a los alimentos, el 17% de los niños dijeron que habían sido acosados, burlados o molestados por su alergia a los alimentos.

Pero cuando se les pidió que respondieran a una lista de comportamientos de victimización de varios elementos, esa cifra se elevó al 31%. Además, los investigadores del Hospital Nacional Infantil, de Washington (Estados Unidos), descubrieron que sólo el 12% de los padres afirmaban ser conscientes de ello.

El acoso denunciado abarcaba desde burlas o críticas verbales hasta actos más manifiestos, como agitar un alérgeno en su cara o ponerlo intencionadamente en su comida. Los investigadores afirman que es fundamental identificar métodos precisos de evaluación de este problema para que los niños puedan recibir la ayuda que necesitan.

"El acoso relacionado con las alergias alimentarias puede tener un impacto negativo en la calidad de vida del niño. Al utilizar una evaluación más exhaustiva, descubrimos que los niños con alergias alimentarias sufrían más acoso de lo que se informaba en un principio y que los padres podían no saberlo", afirma la doctora Linda Herbert, directora del Programa de Investigación Clínica y Psicosocial de la División de Alergia e Inmunología del Children's National y una de las investigadoras del estudio.

"Los resultados de este estudio demuestran la necesidad de una mayor educación sobre la alergia a los alimentos y la concienciación sobre el acoso relacionado con la alergia a los alimentos entre las comunidades y las escuelas donde es más probable que se produzca el acoso relacionado con la alergia a los alimentos", añade Herbert.

El estudio analizó el acoso relacionado con la alergia alimentaria entre una población de pacientes diversa y evaluó los métodos de evaluación del desacuerdo entre padres e hijos y del acoso.

En él participaron 121 niños y 121 cuidadores principales que completaron cuestionarios. Los niños tenían edades comprendidas entre los 9 y los 15 años y fueron diagnosticados por un alergólogo con al menos una de las ocho principales alergias alimentarias mediadas por IgE: cacahuetes, frutos secos, leche de vaca, huevo, trigo, soja, marisco y pescado.

De los 41 jóvenes que declararon haber sufrido acoso relacionado con las alergias alimentarias, el 51% declaró haber sufrido actos físicos manifiestos, como que se les agitara un alérgeno en la cara, se les arrojara o se les pusiera intencionadamente en la comida.

El 66% informó de experiencias de acoso que se clasifican como actos de victimización abierta no física, incluyendo burlas verbales, comentarios o críticas sobre su alergia y amenazas verbales o intimidación y un 8% informó de acoso relacional, como la propagación de rumores, la conversación a sus espaldas y el hecho de ser ignorado o excluido intencionadamente debido a su alergia alimentaria.

Los investigadores también señalan que los autores del acoso por alergia alimentaria incluían a compañeros de clase y otros estudiantes, y que el acoso se producía con mayor frecuencia en la escuela.

Los autores descubrieron que sólo el 12% de los padres declararon que su hijo había sido acosado por su alergia alimentaria y, de ellos, el 93% dijo que su hijo les había informado del acoso. Algunos padres informaron de que ellos mismos se habían burlado o habían sido objeto de bromas debido a la preocupación por la alergia alimentaria de su hijo.

"Es importante encontrar formas de que los niños se abran a la intimidación relacionada con la alergia alimentaria --dice Herbert--. Hacer preguntas específicas adicionales sobre las experiencias de los compañeros durante las citas clínicas permitirá, con suerte, que los niños y los cuidadores reciban la ayuda y el apoyo que necesitan".