MADRID, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -
La comida en familia siguiendo la dieta mediterránea ha demostrado favorecer una mejor nutrición familiar, pero también un mejor desarrollo académico y un entorno familiar más cordial, según ha asegurado el coordinador del Comité de Nutrición de la Asociación Española de Pediatría (AEP), el doctor José Manuel Moreno, quien también ha defendido que esta dieta supone un modelo de alimentación sostenible, durante el I Congreso Digital de esta sociedad científica.
"El contexto de la dieta mediterránea es un marco ideal para recuperar los valores de nutrición y de sostenibilidad. Teniendo en cuenta, además, que este modelo de alimentación no es solo qué comemos, sino cómo y con quién", ha profundizado.
En este contexto, los pediatras expertos en nutrición han recordado la importancia de la huella de carbono en la alimentación y han apostado por dietas basadas en la variedad, la estacionalidad de los productos y la proximidad por ser "saludables para toda la familia y respetuosas con el medio ambiente".
Según han explicado durante la mesa de debate titulada 'Cuestiones candentes en alimentación', "la forma en la que nos alimentamos genera la llamada huella de carbono, es decir, produce emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero, lo que tiene un impacto directo en el medio ambiente", explica el doctor Moreno.
Por eso, recomienda que, a la hora de valorar un alimento, se haga de forma global, teniendo en cuenta no solo la huella de carbono que genera, sino el valor nutricional que aporta. "Hay que ser rigurosos prescindiendo de algunos alimentos que generan mucho CO2 sin aportar nutrientes. El objetivo del sector alimentario debe ser producir mejores alimentos", recuerda. En su opinión, una de las claves para llevar una alimentación sostenible y respetuosa con el medio ambiente es "variar las fuentes alimentarias y entender que los alimentos forman parte de la cultura".
A este respecto, apunta a la dieta mediterránea como el modelo de la alimentación sostenible, "ya que se caracteriza por el uso de alimento de proximidad como frutas, verduras, legumbres, aceite de oliva, cereal, pescado, acorde a la temporada", describe. Igualmente recomienda "comprar con la cabeza, cocinar con el corazón y consumir en base a lo que utilizamos". Así, también ha recordado que, solo en España, en 2019 se tiraron 8 millones de toneladas de comida, siendo una cuarta parte de esta cantidad comida que ya estaba en el hogar.
En cuanto a la accesibilidad de las familias a estas recomendaciones, los expertos han subrayado que son las de "rentas bajas las que tienen más dificultades para seguirlas. De hecho, actualmente la pobreza en los países donde hay recursos alimentarios se traduce en obesidad infantil", destaca. Por eso, apuestan por instaurar medidas económicas que favorezcan la alimentación saludable.
PEDIATRÍA Y DIETA VEGETARIANA
El cuidado del medio ambiente es, precisamente, uno de los motivos por los que parte de la sociedad ha optado por seguir una dieta vegetariana. A este respecto, se estima que hasta el 1,5 por ciento de la población española podría seguir una alimentación de este estilo.
"Desde Pediatría debemos asegurarnos de que los padres conocen los nutrientes que se han de complementar en caso de optar por una dieta vegetariana para sus hijos y así evitar las carencias alimenticias que este tipo de dietas pueden suponer en la infancia y juventud", destaca el doctor Luis Carlos Blesa, miembro del Comité de Nutrición de la AEP.
¿ES IMPORTANTE COMER PESCADO?
Por otro lado, también se ha recordado durante el congreso la relevancia de consumir el pescado durante la edad pediátrica, un alimento que, según los expertos, parece gustar poco a los niños. "El pescado es una buena fuente de nutrientes, ya que aporta proteínas de alto valor biológico, minerales (yodo, hierro, calcio selenio) y vitamina (A y D), y fundamentalmente un micronutriente muy saludable que es el de los AGPI-CL omega-3", afirma al doctor Blesa.
Por ello, recuerdan que "eliminarlo de la dieta es un error alimentario que dificulta una alimentación variada". Por el contrario, sí debe tenerse precaución con el consumo de pescados azules de gran tamaño, ya que, por su mayor contenido en mercurio como contaminante ambiental, no está indicado en los menores de 10 años.
En cuanto a su uso, han señalado la importancia de congelarlo "en algún momento antes de que llegue a la mesa de las familias, aunque sea un periodo de tiempo breve, pues así se elimina la posible infestación por un parásito conocido como anisakis" y, sostienen que "consumirlo en crudo o poco cocinado, como es costumbre en la cultura oriental, no aporta beneficio nutricional añadido", concluye el doctor Blesa.