MADRID, 26 May. (EDIZIONES) -
La llegada del buen tiempo puede ser una oportunidad para cambiar nuestros hábitos alimentarios. Con cada cambio de estación, y dado que la naturaleza es muy sabia, nos ofrece alimentos de temporada con los nutrientes que requiere el organismo en ese momento.
"Eso es un indicativo del tipo de comidas que favorecerán al cuerpo para afrontar esos meses con un sistema inmune fortalecido. La primavera es un momento idóneo para ayudar al hígado a depurar, por eso aparece la fiebre détox en las redes y tiene sentido. Después del invierno toca limpiar y preparar el cuerpo para el verano, comidas más ligeras, frescas y llena de antioxidantes", afirma en una entrevista con Infosalus la licenciada en Tecnología de los Alimentos y coach certificada por la ICF, Teresa Salinas.
La también experta en nutrición y emociones, y fundadora de Código Saludable, insiste así en que cada estación es "un recordatorio para el cuerpo", al igual que hay un cambio de armario, o cambios de horario. "También es buen momento para hacer balance de tu relación con la comida, de escuchar tu cuerpo, y de darle principalmente los alimentos de temporada y acertarás", mantiene.
Con ello, Salinas enumera los que a su juicio representan los principales errores que cometemos con nuestra alimentación: "Mecanizar la acción de comer, ya que en general estamos acostumbrados a incluir la comida dentro de cualquier otra actividad, como ver la tele por ejemplo, o bien enviar correos, mirar el móvil, entre otros. Incluso dejamos de comer si hay otras cosas importantes que hacer".
El problema, según prosigue, es que una falta de consciencia en la comida te lleva a comer deprisa, a no activar la señal de saciedad, a excederte, a sentir hambre a deshoras y, en definitiva, a no tener una buena relación con la comida.
"Insisto en la base, para mí, el seguir una alimentación consciente es el camino al éxito en tu relación con la comida, ya que consiste en algo muy sencillo cuando ya está integrado como hábito, pero requiere de mucha constancia hasta conseguirlo de forma natural", subraya la fundadora de Código Saludable, una plataforma digital que te ayuda a descubrir cuál es la nutrición más óptima para ti, entre otros.
Según insiste esta tecnóloga de los alimentos, el cuerpo nos da señales continuamente desde un dolor de cabeza, hinchazón del vientre, estreñimiento, reacciones en la piel, o bolsas en los ojos. "Son indicativos de malos hábitos y el problema es que nos hemos acostumbrado a tomar algo para aliviar el síntoma pero no atender a la raíz, ¿porque está ocurriendo? ¿De qué me está avisando el cuerpo? Algo no marcha bien, inflamación interna, toxicidad, desequilibrio de la flora intestinal. Por eso, mejorar los hábitos nutricionales es una pieza clave en este proceso", reitera la experta en educación nutricional y seguridad alimentaria.
PAUTAS BÁSICAS PARA UNOS BUENOS HÁBITOS ALIMENTARIOS
En primer lugar, Salinas especifica que el cambio de hábitos alimentarios no solo abarca un cambio en nuestra alimentación, aunque "es una pieza fundamental", pero también en este proceso ve necesario completarlo con todo lo que afecta al cuerpo: cuidar pensamientos, gestionar el estrés, proteger un sueño reparador, realizar ejercicio. "¡Cada área conforma una pieza de reloj y todas son necesarias para que el reloj marque la hora!", recuerda.
Con ello, las principales pautas a seguir a la hora de mejorar nuestras conductas alimentarias se basan, según enumera, en una planificación, motivación y constancia. "La relación con la comida es el resultado de tu relación con la vida, si para el resto de cosas que invaden tu día estableces unos horarios, un orden y cierto esfuerzo para que todo se lleve a cabo, debes darle la misma importancia a lo te llevas a boca y cuidar de todos los detalles desde una buena elección de alimentos en el mercado, hasta la forma de cocinarlos y la manera en que los comes", mantiene.
En última instancia habla de las conductas limitantes que nos impiden mantener una relación sana con la comida: "La relación con la comida puede ser que venga desde la infancia, cuando te enseñaron a que no había que dejar nada en el plato, o cuando te premiaban con un tipo de comida si hacías las tareas o te portabas bien. Según se estableciera tu relación con la comida tiene un resultado en la fase adulta, y por eso igual después de un día duro te premias con la comida porque te sientes merecedor".
Frente a muchos actos inconscientes que hacemos con la comida y no entendemos por qué pasan, la experta en seguridad alimentaria defiende que la solución no está en prohibir, controlar u obligar a establecer restricciones en la comida. "Funcionará durante un periodo muy corto pero luego volverás a esos hábitos que tanto te satisfacen", indica.
En su opinión, una conducta limitante, primero hay que detectarla, después desglosarla y entenderla y desde ahí se podrá cambiar por otra que sume en la consecución de un objetivo saludable.