MADRID, 29 Jun. (EUROPA PRESS) -
El catedrático de Nutrición en la Universidad de Navarra, Alfredo Martínez, ha subrayado en el XVII Congreso de la Sociedad Española de Nutrición la importancia de una buena alimentación para prevenir enfermedades y alargar la vida.
"Los compuestos que están en los alimentos tienen diversas funciones: para prevenir la enfermedad, una persona bien nutrida sufre menos enfermedades; para mantener la salud, una persona bien alimentada tendrá una vida más longeva; y para paliar y tratar, en algunos casos, determinadas enfermedades", ha dicho el experto en la también X Jornada de la Associació Catalana de Ciènces de l'Alimentació.
Los paradigmas que se manejan en la actualidad en torno a la alimentación inciden en parámetros de cantidad y calidad de los alimentos. Según el profesor Martínez, "no se trata de comer mucho, sino de comer lo justo y de la calidad apropiada para cada persona". De hecho, "una buena nutrición se sustenta en ajustar la cantidad y la calidad de nutrientes para cada persona", ha añadido.
Paralelamente a una buena alimentación, la actividad física practicada con regularidad revertirá en el estilo de vida de la persona, lo que beneficiará su salud si se logra uno saludable.
Martínez también se ha referido a la diferencia entre nutrición de precisión y nutrición personalizada. Es "pequeña", ha explicado, la segunda pone énfasis en los genes. "La nutrición de precisión considera no sólo factores genéticos, sino el estilo de vida y otros factores personales y sociales", ha indicado.
En la nutrición de precisión están implicadas las ciencias llamadas nutrigenética, nutrigenómica y metabolómica, si bien la nutrigenómica, que analiza cómo los alimentos afectan a la función de los genes, es una visión complementaria a la nutrigenética, que se ocupa de cómo los genes de una persona hacen que su respuesta a los alimentos sea diferente.
La metabolómica, por su parte, se encarga de implicar y estudiar todas las sustancias y compuestos que se encuentran en la sangre, en la orina y en los tejidos. Hay dos tipos, la que se encarga de analizar aquello que hay en un determinado tejido y la que va encaminada solo a buscar algo concreto, como pueden ser ácidos grasos.
Es decir, la metabolómica pretende "mostrar los biomarcadores relacionados con la nutrición, haciendo el seguimiento de una determinada dieta, ver cómo cambian los metabolitos si uno toma leche y, por otro, buscar gamas terapéuticas, moléculas que puedan ser útiles para tratar la obesidad, la diabetes o promover un tratamiento nutricional", ha resumido Martínez.