VALÈNCIA, 1 Dic. (EUROPA PRESS) -
La especialista en nutrición del Hospital Quirónsalud Torrevieja Carolina Pérez Iglesias ha alertado este viernes de la necesidad de "no bajar la guardia" en Navidad por posibles alergias alimentarias ya que aunque no sube la prevalencia de reacciones alérgicas a alimentos sí crecen los casos no diagnosticado.
Aunque suelen ser leves, las reacciones alérgicas a alimentos alcanzan el 50 por ciento de las tratadas en urgencias, según señala la Sociedad Española de Alergología e Inmunología Clínica (SEAIC). De acuerdo con la especialista, los casos de reacciones alérgicas suelen aumentar durante la Navidad debido a la introducción en la dieta de productos altamente alergénicos típicos de esta época, y porque se inicia el consumo de estos alimentos en niños.
Además, en estos días son "muy frecuentes" las comidas familiares y cenas de empresa, y siete de cada diez reacciones alérgicas graves ocurren cuando se come fuera de casa, según la SEAIC. La experta de Quirónsalud ha apuntado en un comunicado que, en la gran mayoría de pacientes, los efectos se producen en los 30 minutos posteriores a la ingesta del alimento, y los síntomas varían entre el prurito oral y el shock anafiláctico, que puede ser mortal si no se revierte.
La gravedad varía en función de la cantidad del alérgeno ingerido, la sensibilidad de la persona, y los factores externos como el asma, el ejercicio físico o el consumo de analgésicos o alcohol. "El único tratamiento comprobado es la eliminación en la dieta del alimento que produce la enfermedad", ha añadido Iglesias. En caso de reacciones graves, recomienda tener a mano en el botiquín adrenalina autoinyectable, corticoides orales y un antihistamínico oral.
ALIMENTOS PELIGROSOS
El doctor Sergio Negre, especialista en gasteronterología pediátrica del Hospital Quirónsalud Valencia, señala que en Navidad los alimentos que suelen causar más reacciones alérgicas son los frutos secos, las frutas menos habituales en otros momentos del año, los crustáceos y el marisco en general.
"En los niños, la prevalencia por orden de frecuencia incluye la leche de vaca, el huevo, el pescado, las legumbres, las frutas y los frutos secos. Sobre todo hay que tener cuidado con los dulces navideños típicos, como el turrón o el mazapán, ya que poseen ingredientes encubiertos entre sus componentes", advierte el doctor Negre.
Por regla general, la carne no suele causar reacciones alérgicas. Sin embargo, hay que tener especial cuidado con el pescado y, sobre todo, el marisco, más concretamente la cigala y la gamba. Los frutos secos como las almendras, los cacahuetes, las nueces, los pistachos, las pipas y las avellanas, también producen alergias, aunque en menor proporción. En el caso de contar en casa con un alérgico a alimentos, se debe tener cuidado al hacer la compra y leer atentamente los etiquetados.
Una condición alimentaria que también muestra una elevada prevalencia en la población infantil es la enfermedad celíaca. Con una buena planificación, desde el centro se indica que estos niños pueden disfrutar de las comidas habituales de la Navidad y se pueden elaborar menús "excelentes y saludables teniendo en cuenta las restricciones". "Una buena norma es adaptar todo el menú en casa para que no existan divisiones y todos saboreen la misma comida", añaden.
En Navidades los primeros platos suelen contener sopas o cremas, y para los celíacos hay que evitar añadir harinas para espesar o picatostes. El principal problema se encuentra en los aperitivos a base de tostas, canapés y pinchos. Aunque hay muchos productos certificados sin gluten hoy en día, "se puede optar igualmente por recetas que no lo contengan, como pinchos sobre cucharillas, queso con calabaza", entre otros.
Finalmente, existen recetas aptas para celíacos en la elaboración de pasteles, con harinas especiales, o sin recurrir a ellas, con bases de fruta, "que son opciones ligeras y frescas, y muy apreciadas por los niños en general", recomienda Carolina Pérez Iglesias.
En comidas fuera de casa es buena idea colaborar con el anfitrión para elaborar un menú seguro. "Es esencial etiquetar todo, evitar el contacto cruzado entre los alimentos, mantener los cubiertos separados, y lavar adecuadamente las manos antes de comer y de manipular los alimentos. Dependiendo de la edad del niño, separa los alimentos peligrosos a una distancia adecuada para que no pueda alcanzarlos de forma accidental", aconseja el doctor Negre.