SANTANDER, 6 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las alergias alimentarias están creciendo "notablemente" en los últimos años y afectan ya a casi el 8% de los niños españoles y a en torno al 3% de los adultos, cuando en el año 2013 se situaban en el 2% y en el 1%, respectivamente.
Así lo han explicado hoy en rueda de prensa los investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) Elena Molina y Daniel Lozano, junto al doctor Javier Molina, quienes participan esta semana en el curso 'Alergias alimentarias: un nuevo reto para el siglo XXI' que se desarrolla por segundo año en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) en Santander.
Según ha explicado Lozano, el curso, que tiene como objetivo dar una mayor visibilidad y repercusión a este tipo de alergias para que en el futuro dispongan de mejores diagnósticos y tratamientos, se centra en el estado actual de estas enfermedades, las estrategias a tomar desde el punto de vista de la industria alimentaria, y en las posibles nuevas terapias que se puedan llevar a cabo para su tratamiento y prevención.
En concreto, una de las alergias alimentarias que cada vez es más común entre niños, adolescentes y jóvenes adultos y que representa ese "paradigma" del cambio y crecimiento "exponencial" en estas enfermedades en el siglo XXI es, tal y como ha explicado Javier Molina, la esofagitis eosinofílica, que no existía hace 30 años y que en la actualidad afecta a una de cada 800 personas en España.
Se trata de una enfermedad alérgica producida por tres alimentos muy comunes en cualquier dieta como son la leche de vaca, el trigo y los huevos, que además "no suelen estar implicados habitualmente en las alergias alimentarias comunes, que están más relacionadas con mariscos, pescado, frutos secos o legumbres". "Es un cambio de paradigma absoluto, una enfermedad nueva", ha incidido Molina.
Además, la esofagitis eosinofílica produce dificultad para tragar y atragantamientos frecuentes, y está asociada a otras enfermedades alérgicas como el asma, la rinitis o la dermatitis atópica, lo que hace "todavía más complejo" su tratamiento y diagnóstico.
Según el doctor, algunas de las hipótesis para responder al por qué estos alimentos tan comunes desde hace tanto tiempo están produciendo una nueva reacción alérgica se enfocan en la higiene, el cambio del cultivo o el procesamiento de los alimentos, que en la actualidad es "más acelerado", por lo que en el proceso "hay algo que evidentemente va cambiando la estructura de las proteínas de los alimentos".
Sin embargo, al no conocer la razón exacta, es "terriblemente complejo", y por ello está disparada la incidencia de las enfermedades alérgicas.
Lozano también ha matizado que en algunas ocasiones, un mejor diagnóstico gracias al avance en la investigación hace que la prevalencia aumente, como ha ocurrido en los últimos tiempos con el aumento de casos de celiacos, personas que antes no se sabía que eran alérgicas al gluten porque no había un diagnóstico preciso como el de la actualidad.
Pero esto es algo que no ocurre con las anafilaxias, que son aquellas reacciones alérgicas graves que afectan a todo el organismo y se instauran a los pocos minutos de haber estado expuesto al alérgeno, porque la reacción no depende de la cantidad de la dosis ingerida.
Respecto a posibles estrategias que podría desarrollar la industria alimentaria, los expertos han mencionado los alimentos hipoalergénicos, el hidrolizado de clara de huevo que permite su consumo a personas con sensibilidad a este alimento sin desencadenar una reacción al romperse la estructura de la proteína.
Desde el punto de vista de la investigación pero también desde la parte gubernamental, "tenemos que evitar que este numero siga creciendo porque va a repercutir socioeconómicamente y en el sistema publico de salud de una forma muy extensa en los próximos años", ha advertido Lozano.