MADRID, 14 Jul. (EUROPA PRESS) -
La edad a la que una mujer tiene su primera menstruación puede ofrecer pistas valiosas sobre su riesgo a largo plazo de padecer afecciones como obesidad, diabetes, enfermedades cardíacas y problemas de salud reproductiva, según aseguran investigadores de la Universidad de São Paulo (Brasil) en un estudio presentado el domingo en ENDO 2025, la reunión anual de la Sociedad de Endocrinología en San Francisco (Estados Unidos).
El estudio brasileño descubre que tanto la menarquia temprana como la tardía (la edad en que las mujeres tienen su primera menstruación) están relacionadas con diferentes riesgos para la salud.
PRINCIPALES RIESGOS PARA LA SALUD DE LA MUJER
Las mujeres que tuvieron su primera menstruación antes de los 10 años fueron más propensas a desarrollar obesidad, hipertensión arterial, diabetes, problemas cardíacos y problemas reproductivos como la preeclampsia en etapas posteriores de la vida. Las mujeres que comenzaron su menstruación después de los 15 años fueron menos propensas a la obesidad, pero presentaron un mayor riesgo de irregularidades menstruales y ciertas afecciones cardíacas.
"Ahora contamos con evidencia de una amplia población brasileña que confirma cómo tanto la pubertad temprana como la tardía pueden tener diferentes impactos en la salud a largo plazo", apunta la autora del estudio, Flávia Rezende Tinano, de la Universidad de São Paulo.
MENARQUIA TARDÍA: MENOR OBESIDAD, PERO MÁS IRREGULARIDADES
Si bien la menarquia temprana aumenta el riesgo de múltiples problemas metabólicos y cardíacos, la menarquia tardía puede proteger contra la obesidad, pero aumenta ciertos problemas cardíacos y menstruales. La mayoría de las mujeres recuerdan cuándo tuvieron su primer período, pero podrían no darse cuenta de que podría indicar futuros riesgos para la salud.
Comprender estos vínculos puede ayudar a las mujeres y a sus médicos a ser más proactivos en la prevención de afecciones como la diabetes, la hipertensión arterial y las enfermedades cardíacas.
Tinano desarrolla que el estudio es uno de los más grandes de su tipo en un país en desarrollo y proporciona datos valiosos sobre un tema que se ha estudiado principalmente en países más ricos. "Destaca cómo la pubertad temprana y tardía puede afectar la salud a largo plazo de una mujer, especialmente en poblaciones subrepresentadas como las de América Latina".
El estudio formó parte del Estudio Longitudinal Brasileño de Salud del Adulto (ELSA-Brasil) y evaluó datos de 7.623 mujeres de entre 35 y 74 años. La edad de su primer período se clasificó como temprana (menos de 10 años), típica (entre 10 y 15 años) o tardía (más de 15). Evaluaron la salud de las mujeres mediante entrevistas, mediciones físicas, análisis de laboratorio y ecografías.
"Nuestros hallazgos sugieren que conocer la edad de una mujer al momento de su primera menstruación puede ayudar a los médicos a identificar a aquellas con mayor riesgo de padecer ciertas enfermedades", incide Tinano.
"Esta información podría orientar las medidas de detección y prevención más personalizadas. También destaca la importancia de la educación sanitaria temprana para las niñas y mujeres jóvenes, especialmente en los países en desarrollo", señala.