MADRID, 5 May. (EUROPA PRESS) -
El envejecimiento cerebral es un proceso biológico natural que forma parte del desarrollo humano. A medida que envejecemos, el cerebro, al igual que otros órganos del cuerpo, experimenta cambios graduales que afectan su estructura, funcionamiento y capacidad para procesar información.
Aunque este deterioro no implica necesariamente la aparición de enfermedades neurodegenerativas, sí puede influir en funciones como la memoria, la toma de decisiones, la atención y la velocidad de procesamiento cognitivo.
EL ENVEJECIMIENTO DEL CEREBRO ES UN PROCESO NATURAL
Entre los cambios más comunes se encuentran la pérdida progresiva de volumen cerebral, especialmente en regiones como el hipocampo y la corteza prefrontal, y una disminución en la plasticidad neuronal, es decir, en la capacidad del cerebro para adaptarse y formar nuevas conexiones. También se observa una reducción en los niveles de ciertos neurotransmisores, como la dopamina, lo que puede afectar el estado de ánimo, la motivación y el control del movimiento.
Diversos factores influyen en la velocidad y severidad del envejecimiento cerebral. La genética desempeña un papel importante, pero también lo hacen el estilo de vida, el nivel de actividad física, la alimentación, el sueño, el estrés crónico y el entorno social. Existen evidencias claras de que una vida activa, tanto física como mentalmente, puede contribuir a mantener las funciones cognitivas durante más tiempo y a retrasar el deterioro asociado a la edad.
En una exhaustiva entrevista investigadores de UTHealth Houston (Estados Unidos) han descubierto evidencia de que sustancias aceleran el envejecimiento biológico del cerebro a través de distintos mecanismos moleculares.
El innovador estudio, publicado en 'Genomic Psychiatry', examina cómo diferentes sustancias, como el alcohol, los opioides y los estimulantes, afectan el proceso de envejecimiento cerebral a nivel molecular, lo que podría explicar por qué las personas con trastornos por consumo de sustancias a menudo experimentan enfermedades relacionadas con la edad de inicio temprano.
EL ENTORNO INFLUYEN EN LA VELOCIDAD DEL ENVEJECIMIENTO
El equipo de investigación, dirigido por los doctores Bruno Kluwe-Schiavon, Gabriel Fries y Consuelo Walss-Bass, analizó tejido cerebral de 58 donantes con trastornos por consumo de sustancias (TCS) para evaluar patrones diferenciales de envejecimiento mediante relojes epigenéticos especializados, diseñados específicamente para tejidos cerebrales.
A diferencia de estudios previos que se basaron en marcadores epigenéticos de envejecimiento más generales, esta investigación empleó herramientas específicas para el cerebro (DNAmClockCortical, CerebralCortexClockcommon y PCBrainAge) para proporcionar una evaluación más precisa del envejecimiento neuronal.
"Nuestro estudio es el primero en investigar el envejecimiento cerebral acelerado en trastornos por consumo de sustancias mediante relojes epigenéticos diseñados específicamente para tejidos cerebrales. Este enfoque nos permitió captar aspectos únicos del proceso de envejecimiento cerebral que podrían haberse pasado por alto con métodos más generales", explica Kluwe-Schiavon.
SE CENTRARON EN LA CORTEZA PREFRONTAL DORSOLATERAL
Los investigadores se centraron en la corteza prefrontal dorsolateral, una región cerebral esencial para la toma de decisiones y el control ejecutivo, particularmente vulnerable a la adicción. Mediante el examen de tejido cerebral post mortem y la realización de sofisticados análisis de expresión génica, el equipo identificó firmas moleculares específicas asociadas con el envejecimiento acelerado en diferentes trastornos por consumo de sustancias (TCS).
Uno de los hallazgos más significativos del estudio fue que diferentes sustancias parecen acelerar el envejecimiento cerebral a través de distintas vías biológicas:
- En el trastorno por consumo de alcohol, los investigadores encontraron una expresión alterada de genes involucrados en la fosforilación de proteínas, la transducción de señales y la función sináptica glutamatérgica.
- En el trastorno por consumo de opioides, la regulación transcripcional, el desarrollo neurológico y los procesos inmunoinflamatorios resultaron ser factores clave del envejecimiento acelerado.
- El trastorno por consumo de estimulantes mostró patrones distintivos relacionados con el estrés oxidativo, las respuestas a la hipoxia y las vías de adhesión celular.
CADA SUSTANCIA PARECE ALTERAR EL RITMO NATURAL DE ENVEJECIMIENTO DEL CEREBRO
La doctora Walss-Bass enfatiza la importancia de estos hallazgos: "Hemos descubierto que el envejecimiento acelerado en los trastornos por consumo de sustancias no es un proceso uniforme. Cada sustancia parece alterar el ritmo natural de envejecimiento del cerebro mediante mecanismos moleculares únicos, aunque algunas vías son comunes entre diferentes tipos de sustancias".
A pesar de las diferencias entre las sustancias, la investigación identificó algunos mecanismos biológicos comunes a todos los TCS. La neuroinflamación, el estrés oxidativo y la disfunción mitocondrial parecieron desempeñar un papel crucial en el envejecimiento acelerado, independientemente de la sustancia específica utilizada.
Los hallazgos tienen profundas implicaciones para la salud pública, la medicina de las adicciones y los enfoques de tratamiento. Si el consumo de sustancias induce un envejecimiento biológico prematuro, debería considerarse no solo como una decisión conductual, sino como un acelerador de la neurodegeneración.
Así, la investigación abre las puertas a un nuevo campo que los autores describen como "la psiquiatría del envejecimiento en jóvenes". Requiere investigaciones longitudinales que sigan a los individuos durante la abstinencia, la recaída, la remisión y el deterioro, así como paneles de biomarcadores integradores que combinen la metilación, la expresión génica y la neuroimagen.
Si bien el estudio aporta información valiosa, los investigadores reconocen varias limitaciones, como el tamaño muestral relativamente pequeño y el diseño transversal, lo que limita las interpretaciones causales. Abogan por futuras investigaciones con cohortes más amplias y diseños longitudinales para confirmar sus hallazgos y dilucidar mejor los mecanismos del envejecimiento acelerado en diferentes trastornos por consumo de sustancias.