Tocar un instrumento puede prevenir el deterioro cognitivo en personas mayores

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Publicado: jueves, 27 abril 2023 8:18

MADRID, 27 Abr. (EUROPA PRESS) -

Un equipo de la Universidad de Ginebra (UNIGE), HES-SO Ginebra y EPFL ha descubierto que tocar y escuchar música puede retrasar el deterioro cognitivo en ancianos sanos, al estimular la producción de materia gris.

Para lograr estos resultados, los investigadores siguieron a más de 100 jubilados que nunca antes habían utilizado un instrumento. Se les inscribió en un curso de piano y sensibilización musical durante seis meses. Estos resultados, que se publican en 'NeuroImage: Reports', abren nuevas perspectivas para favorecer un envejecimiento saludable.

A lo largo de la vida, el cerebro se va remodelando. La morfología y las conexiones cerebrales cambian en función del entorno y las experiencias. Por ejemplo, cuando se aprenden nuevas habilidades o se superan las consecuencias de un ictus.

Sin embargo, a medida que se envejece, esta plasticidad cerebral disminuye. El cerebro también pierde materia gris, donde se encuentran las neuronas. Esto se conoce como "atrofia cerebral".

Poco a poco, aparece un declive cognitivo. La memoria de trabajo, núcleo de muchos procesos cognitivos, es una de las funciones cognitivas que más sufre. La memoria de trabajo se define como el proceso en el que se retiene y se manipula brevemente la información para alcanzar un objetivo, como recordar un número de teléfono el tiempo suficiente para escribirlo o traducir una frase de un idioma extranjero.

Según este estudio, la práctica musical y la escucha activa podrían prevenir el deterioro de la memoria de trabajo. Estas actividades fomentan la plasticidad cerebral y se asocian a un aumento del volumen de materia gris. También se han medido efectos positivos sobre la memoria de trabajo. El estudio, que se realizó entre 132 jubilados sanos de 62 a 78 años, tenía como condición principal para participar que las personas no hubieran recibido clases de música durante más de seis meses en su vida.

TOCAR MÚSICA FRENTE A ESCUCHAR MÚSICA

"Queríamos personas cuyos cerebros aún no mostraran ningún rastro de plasticidad relacionada con el aprendizaje musical. De hecho, incluso una breve experiencia de aprendizaje a lo largo de la vida puede dejar huellas en el cerebro, lo que habría sesgado nuestros resultados", explica el primer autor del estudio, Damien Marie, investigador asociado en el Centro de Imágenes Biomédicas CIBM, la Facultad de Medicina y el Centro Interfacultativo de Ciencias Afectivas (CISA) de la UNIGE, así como en la Escuela de Ciencias de la Salud de Ginebra.

Los participantes fueron asignados aleatoriamente a dos grupos, independientemente de su motivación para tocar un instrumento. El segundo grupo recibió clases de escucha activa, centradas en el reconocimiento de instrumentos y el análisis de propiedades musicales en una amplia gama de estilos musicales. Las clases duraban una hora. Los participantes de ambos grupos debían hacer deberes durante media hora al día.

"Después de seis meses, encontramos efectos comunes para ambas intervenciones. Las neuroimágenes revelaron un aumento de la materia gris en cuatro regiones cerebrales implicadas en el funcionamiento cognitivo de alto nivel en todos los participantes, incluidas las zonas del cerebelo implicadas en la memoria de trabajo. Su rendimiento aumentó un 6 por ciento, y este resultado se correlacionó directamente con la plasticidad del cerebelo", afirma Clara James, última autora del estudio, de la Facultad de Psicología y Ciencias de la Educación de la UNIGE.

Los científicos también descubrieron que la calidad del sueño, el número de lecciones seguidas a lo largo de la intervención y la cantidad de entrenamiento diario repercutían positivamente en el grado de mejora del rendimiento.

Sin embargo, los investigadores también hallaron diferencias entre los dos grupos. En los pianistas, el volumen de materia gris se mantuvo estable en el córtex auditivo primario derecho, una región clave para el procesamiento del sonido, mientras que disminuyó en el grupo de escucha activa. Además, se observó un patrón cerebral global de atrofia en todos los participantes. "Por tanto, no podemos concluir que las intervenciones musicales rejuvenezcan el cerebro. Solo previenen el envejecimiento en regiones específicas", asegura Damien Marie.

Así las cosas, estos resultados demuestran que practicar y escuchar música favorece la plasticidad cerebral y la reserva cognitiva. Los autores del estudio creen que estas intervenciones lúdicas y accesibles deberían convertirse en una prioridad política de primer orden para un envejecimiento saludable. El siguiente paso del equipo es evaluar el potencial de estas intervenciones en personas con deterioro cognitivo leve, un estadio intermedio entre el envejecimiento normal y la demencia.