MADRID, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
Las personas mayores de 65 años tienen un mayor riesgo de sufrir un golpe de calor, el cual se produce tras un proceso de deshidratación, originado por las altas temperaturas y la pérdida de líquidos, y que en algunos casos puede provocar la muerte.
"Es fundamental recordar a las personas mayores con una patología previa, que pierden la sensación de sed y no beben suficiente agua como para rehidratarse, la importancia de beber líquidos", ha explicado el responsable de Gestión Asistencial de Sanitas Mayores, David Curto.
Cuando esto ocurre, la temperatura corporal asciende progresivamente hasta superar los 40 grados, entrando en una situación de hipertermia pudiendo llegar a una situación de shock hipovolémico en el que se produce un fallo de los distintos órganos y sistemas, observándose en los casos más graves episodios de convulsiones y una disminución del nivel de conciencia que puede provocar un colapso.
Los síntomas se agrupan en fases, que varían en función de la gravedad.
En la inicial, los síntomas más habituales son el dolor de cabeza, los mareos, las náuseas e incluso vómitos. En la siguiente fase, surgen otros síntomas como calambres, elevación de la temperatura corporal, convulsiones, alteración de la conciencia o desorientación.
En este punto, el experto ha informado de que una de las principales dificultades que presenta la detección de un golpe de calor entre mayores se encuentra en la confusión de los síntomas, ya que son parecidos a los de la fatiga o los achaques propios de la edad. Este grupo de edad presenta, además, un porcentaje importante de alteraciones del centro termorregulador, que producen una menor sensación de calor que no activa la necesidad de protegerse ante el mismo.
Las personas mayores tienen más riesgo de presentar deshidratación, especialmente aquellos que sufren problemas cognitivos o padecen enfermedades crónicas. "Para evitar estos episodios, es importante limitar la exposición al sol en las horas centrales del día, así como planificar la realización de actividad física, dejándolo para las horas de menor insolación. Conviene permanecer en ambientes frescos, utilizando sistemas de ventilación y limitando la entrada de calor en casa con persianas o cortinas", ha dicho Curto.
Además, el experto ha insistido en la importanmcia de vestir ropa amplia de colores claros y calzado fresco y cómodo para ayudar al organismo a combatir el exceso de temperatura ambiente; así como usar sombreros o gorras que protejan la cabeza del sol; y tomar frutas, verduras y alimentos con contenido proteico.
"En cuanto a la ausencia de sensación de sed en personas mayores, es necesario beber agua regularmente sin esperar a tener la sensación de necesitarlo. Asimismo, las infusiones o zumos de fruta naturales también ayudarán a mantenerse hidratado y es importante evitar el consumo de bebidas alcohólicas, azucaradas o carbonatadas", ha zanjado.