El peligro de la soledad y del autoabandono en las personas mayores

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Publicado: lunes, 1 enero 2018 7:59

   MADRID, 1 Ene. (EDIZIONES) -

   Sentirse solo es uno de los grandes problemas de las personas mayores. Muchas veces, la pérdida de familiares o la lejanía de los hijos les llevan a ello. El aislamiento familiar, los recuerdos, la muerte de sus amigos más cercanos, y las pérdidas que conlleva la edad de sus seres más queridos, además de la salud física, son las principales causas que les someten a una vida solitaria.

   "La soledad es mala para todo, para nuestro intelecto porque perdemos contacto con los demás, de relacionarnos. Es malo para la nutrición, una persona que está sola o que vive sola no hace mucho esfuerzo por alimentarse con una dieta variada o se preocupa de este tipo de cosas. Además, cuando nuestro ánimo disminuye, en las personas deprimidas es más fácil que el sistema inmune sufra, con lo cual que haya depresiones en personas mayores es más fácil", explica en una entrevista con Infosalus el presidente de la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) José Antonio López.

   A su vez, destaca que la soledad en las personas mayores representa un factor de riesgo independiente para acortar la vida. Por eso, resalta que es conveniente que tengan la mayor vida social posible, que acudan a centros de día, que tengan visitas de amigos y familiares, que si pueden salgan a hacer la compra, a echar la lotería, a comprar el pan, al médico por ejemplo.

SABER VALORARLOS

   Por su parte, Javier Olazarán, neurólogo y miembro del Comité Científico de Fundación Maria Wolff, subraya que la sociedad tiene apartadas a las personas mayores. Se asume que todas las personas mayores han perdido en cierta medida facultades, se les prejuzga, y casi sin querer, por ejemplo, se las trata como a niños pequeños a quienes hay que decirles todo despacio.

   "Ya se asume que esa persona como es mayor no puede por ejemplo conducir o ir en el metro, o ir de compras por ejemplo. Se les desprecia muchas veces cuando tienen muchísimas cosas buenas, como la experiencia de toda una vida, esa sabiduría de las personas mayores, que muchas veces se nos olvida", subraya el experto.

   A su juicio, de manera implícita o inconsciente se les priva de que puedan hacer cosas que les gusten, de opinar, de sentir, se les tiende a adocenar, a juntar en lugares donde solo haya viejos, cuando en realidad igual quieren estar con gente de todas las edades, y enriquecerse "porque es lo natural".

   Olazarán destaca a su vez que también hay que ser capaces de respetar el deseo de las personas mayores de quedarse en casa, de no querer arriesgar y salir a la calle porque ellos mismos se ven que no son tan capaces. "Pero eso no significa que haya que dejarles solos. La persona mayor se merece que en cierto modo pueda hacer lo que le apetece y siempre que no perjudique a los demás. La persona mayor en general es muy sabia y es una reacción porque ven que han perdido capacidades y les da miedo salir, pero no hay que dejarles solos", agrega.

   Es más, sostiene que habría que indagar en esas actitudes porque detrás podría haber depresión. Por ello, anima a que, si además están delicados físicamente, se les enriquezca con estímulos sencillos en el domicilio, con actividades agradables en su propia casa. "Pueden estar al aire libre si permanecen un rato en la terraza", puntualiza el especialista de la Fundación Maria Wolff.

CLAVES PARA COMBATIR LA SOLEDAD

   Así, desde la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología recomiendan para estas personas:

   ·Ten iniciativa: no dejes que otros se adueñen de tu destino.

·Mantente activo: aunque a veces la apatía pueda vencer, conviene esforzarse en la actividad, salir de casa, caminar, cantar, pintar, por ejemplo, ya que la actividad es el antídoto para la depresión.

   ·Toma decisiones: puede que tu salud no sea la más boyante, pero las decisiones de tu vida, tanto personales como económicas, son tuyas y debes seguir manteniéndolas el mayor tiempo posible.

   ·Participa en actividades sociales: sal de casa y participa en la vida del barrio, del centro de mayores.

   ·Pide apoyo y amparo a la familia: son fuente de apoyo en la vida y por ello puedes recurrir a ellos cuando lo consideres necesario. Arriésgate a pedir y podrás tener opción recibir.

   ·Acepta la soledad: acepta esos momentos y en la medida de lo posible disfruta de la soledad como un espacio de libertad individual.

   ·Aprende a convivir con los recuerdos: cuando los recuerdos te persigan, intenta dominarlos. Crea un álbum de fotos biográfico que recorra tu vida recogiendo en él las fotos y los instantes mejores de tu trayecto vital.

   ·Desarrolla nuevas amistades: muchas amistades se van perdiendo por el camino, pero existe la oportunidad de desarrollar nuevas, no te cierres a conocer a nuevas personas que merezcan la pena.

   ·Aléjate de los tópicos: deja atrás los 'Yo ya no estoy para eso', o 'yo ya no puedo'.

   ·Cumple tus deseos pendientes: plantéate qué metas te quedan por cumplir, aunque sean pequeñas, como conocer una ciudad que no hayas visitado, apuntarte a la universidad de mayores, por ejemplo, y ve hacia ello con la intención de cumplir el objetivo.