MADRID, 4 Sep. (EDIZIONES) -
Una creencia extendida en la sociedad es que hombres y mujeres, al sobrepasar los 50 años, no están interesados en el sexo, pierden deseo o no tienen capacidad para el mismo. Nada más lejos de la realidad.
Un mito que es necesario derribar es que la sexualidad sólo cambia a partir de los 50 años. "La sexualidad cambia a partir del nacimiento, cada año, cada mes y cada minuto", explica en una entrevista con Infosalus el psicólogo y sexólogo en la Fundación SEXPOL Roberto Sanz.
Además, "cambia no sólo por cambios físicos, como pueda ser el envejecimiento, sino por experiencias, ciclos hormonales, medicamentos, aprendizajes, fantasías...", agrega el experto, que, no obstante, sí reconoce que "la maduración del cuerpo provoca cambios". Sin embargo, insta a no temerlos, "sino interiorizarlos y adaptarnos a ellos".
El género es importante en este contexto porque la visión negativa del sexo a los 50 años afecta más a las mujeres que a los hombres. En efecto, "en la sociedad machista en la que vivimos hemos aprendido a desvalorizar la vejez femenina y, en cambio, casi ensalzar la masculina", especifica Sanz. Otro mito a derribar.
"Es un mito que en estas edades las mujeres tengan que tener problemas en su sexualidad; puede ocurrir o puede no hacerlo, igual que en los hombres", continúa el experto. La menopausia tiene parte de culpa en esta interpretación. "La menopausia se asocia generalmente con una pérdida de deseo", puntualiza el sexólogo.
No obstante, según el experto, debería ocurrir lo contrario gracias a los cambios hormonales. De hecho, "así ocurre en muchas mujeres", precisa el psicólogo de la Fundación SEXPOL. A su juicio, esto posibilita "ver cómo la sociedad presta más atención a uno u otro lado siguiendo sus propios prejuicios".
Lo que debe subyacer es que, como recuerda Sanz, "la sexualidad es beneficiosa a cualquier edad, siempre que sea libre, consentida y adecuada a cada persona". Entre sus beneficios a nivel físico, el experto destaca que el sexo "se considera un ejercicio suave y de bajo impacto" y "mejora el riego sanguíneo".
Por su parte, en cuanto a los beneficios psicológicos, "muy importantes para uno mismo y para la relación, si la hay", matiza Sanz, se cuentan que "mejora la autoestima, la memoria y la fantasía, la felicidad o los afectos con otras personas".
RECOMENDACIONES PARA ESTE GRUPO DE EDAD
Sanz indica que "siempre hay que adecuar las prácticas sexuales a las capacidades" y desdeña "las normas que dicta la sociedad, los prejuicios y los mitos". A su juicio, "tenemos que adaptarnos de forma positiva a cada cambio que nuestro cuerpo nos imponga, y no luchar inútilmente contra él", recuerda.
Así, el psicólogo y sexólogo de la Fundación SEXPOL recomienda que si hay fatiga, las relaciones sexuales se lleven a cabo de manera más pausada o, si hay dolores, se practiquen en lugares más blandos o posturas menos flexionadas.