MADRID, 18 Ene. (EUROPA PRESS) -
Una nueva investigación publicada en la revista 'The Lancet Neurology' sugiere que la fragilidad hace que los adultos mayores sean más susceptibles a la demencia de Alzheimer y, además, modera los efectos de los cambios cerebrales relacionados con la demencia en los síntomas de la enfermedad.
El estudio encontró que los adultos mayores (59 años y mayores) con niveles más altos de fragilidad tenían más probabilidades de tener tanto cambios cerebrales relacionados con la enfermedad de Alzheimer como síntomas de demencia, mientras que otros con cambios cerebrales sustanciales, pero que no eran frágiles, mostraron menos síntomas clínicos.
"Al reducir la reserva fisiológica de un individuo, la fragilidad podría desencadenar la expresión clínica de la demencia cuando podría permanecer asintomática en alguien que no es frágil. Esto indica que un 'cerebro frágil' podría ser más susceptible a problemas neurológicos como la demencia, ya que es menos capaz de hacer frente a la carga patológica", explica el director del estudio, Kenneth Rockwood de Nova Scotia Health Authority y Dalhousie University (Canadá).
Los hallazgos respaldan la idea de que la demencia tardía, y en particular la enfermedad de Alzheimer, es un fenómeno complejo en lugar de una enfermedad marcada por riesgo genético o anomalías de proteínas individuales en el cerebro. Sin embargo, los autores advierten de que este estudio es una comparación transversal de datos de patología de una única base de datos que solo incluye a los adultos que viven en Illinois (Estados Unidos).
En este estudio, los investigadores utilizaron modelos para evaluar las relaciones entre la fragilidad, los cambios cerebrales relacionados con el Alzheimer y la demencia derivada de esta enfermedad entre 456 participantes que no tenían demencia y a los que posteriormente se les realizó una autopsia cerebral tras morir.
Un total de 35 participantes (8%) presentaron cambios cerebrales importantes relacionados con la enfermedad de Alzheimer sin haber sido diagnosticados con demencia, y 50 (11%) tuvieron demencia de Alzheimer pero tuvieron pocos cambios cerebrales relacionados con la enfermedad. El análisis reveló que la fragilidad y los cambios cerebrales relacionados con la enfermedad de Alzheimer contribuyen de manera independiente al estado de demencia, después de ajustarse por edad, sexo y educación.
"Si bien se necesita más investigación, dado que la fragilidad es potencialmente reversible, es posible que ayudar a las personas a mantener la función y la independencia en el futuro pueda reducir tanto el riesgo de demencia como la gravedad de los síntomas debilitantes comunes en esta enfermedad", concluyen los investigadores.