MADRID, 28 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un estudio realizado por investigadores en el Hospital General de Massachusetts (MGH) ha hallado evidencias de que la propagación en el cerebro de la proteína tau, asociada a la enfermedad de Alzheimer, se ve facilitada por factores relacionados envejece y no tanto por el tiempo que las neuronas han expresado la proteína.
El informe, publicado en 'Science Advances', establece el escenario para que los estudios identifiquen esos factores, que podrían, a su vez, conducir a nuevas estrategias terapéuticas.
"El hecho de que la enfermedad de Alzheimer esporádica y otros trastornos neurodegenerativos están relacionados con la edad es evidente, pero se desconocen los motivos --precisa Bradley Hyman, director de la Unidad de Alzheimer del Instituto General de Enfermedades Neurodegenerativas de Massachusetts--. Los modelos animales existentes, como los ratones nacidos con una mutación que los predisponen a acumular marañas que contienen tau a medida que envejecen, no pueden distinguir entre si la edad del animal o la exposición del cerebro a un aumento de tau durante toda la vida es responsable de los efectos patológicos".
Para superar esta limitación, el equipo de Hyman desarrolló un vector de gen viral que induce la expresión de formas patológicas o normales de la tau humana. El vector también aplica una etiqueta fluorescente a las neuronas que expresan directamente tau, lo que permite su diferenciación de las neuronas que contienen tau que se diseminó desde células adyacentes, lo que probablemente refleja cómo la patología tau del Alzheimer se propaga a través del cerebro.
El investigador primero confirmó que la introducción del vector en la corteza entorrinal (CE), la estructura cerebral donde aparece la patología tau relacionada con el Alzheimer, de ratones podría inducir la expresión y propagación de la tau humana. Luego, utilizaron el vector para inducir la expresión en la CE de la forma patológica mal plegada o de la forma no mutada de tau y se encontró que, si bien la presencia de la proteína mal plegada no era necesaria para la propagación de la tau a las células adyacentes, esa propagación fue más rápida y más extensa cuando fue inducida por la tau mal plegada.
La comparación de los efectos de la inducción de la expresión de la forma patológica de tau en los cerebros de ratones jóvenes y ancianos reveló que la tasa de propagación de la CE a las regiones adyacentes era aproximadamente el doble en los ratones más viejos, que también acumulaban más tau mal plegados que animales mas jóvenes. Sin embargo, los mismos efectos de la expresión de tau inducida no se observaron cuando el vector se introdujo en las neuronas del estriado, que rara vez se ven afectadas en la enfermedad de Alzheimer.
"Aunque la edad es el factor de riesgo no genético más alto para el Alzheimer, hasta ahora no se ha probado si la edad por sí misma puede hacer que el cerebro sea vulnerable a los cambios patológicos y la propagación de la tau --señala Wegmann--. Ahora, nosotros y otros debemos trabajar en la cuestión de qué hace que el cerebro envejecido sea una mejor plataforma para la difusión de la tau y qué determina las vulnerabilidades de ciertas regiones del cerebro".