El dolor crónico en los pacientes geriátricos, ¿por qué suele ser más frecuente?

Anciano, mayor, centenario
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Publicado: lunes, 7 enero 2019 8:45

   MADRID, 7 Ene. (EDIZIONES) -

   El dolor crónico es mucho más común entre la población envejecida, que entre la joven. Se trata de una experiencia sensorial y emocional muy compleja, multidimensional, que abarca percepciones, emociones y comportamientos. El dolor crónico discapacita, origina dependencia cognitiva, física, social y económica.

   Así lo pone de relevancia la Sociedad Española de Geriatría y Gerontología (SEGG) en su guía sobre 'El dolor crónico en el anciano', donde también apunta que, a partir de los datos del estudio 'Pain in Europe', el 11% de la población española sufre dolor crónico; unos porcentajes que alcanzan en la población mayor de 65 años al 70% de ese grupo etario.

   En concreto, se considera como 'crónico' el dolor que dura mucho tiempo (más de 3 a 6 meses, o perdura más allá del proceso de curación normal), aquel que es perpetuado por factores distintos del dolor, que no es biológicamente útil, que persiste y es desproporcionado, aquel que no tiende a la curación y en el que influyen factores psicológicos y ambientales, según la SEGG.

   Precisa también que el dolor crónico en las personas mayores se localiza frecuentemente en las principales articulaciones, espalda, piernas y pies. Por otra parte, señala que se incrementa con la edad, "pero no más allá de la séptima década de la vida". "El dolor crónico de origen cervical pasa del 18% en la población joven al 30% en la población anciana, y datos similares se observan para el dolor de origen en columna lumbar", añade.

   En una entrevista con Infosalus, el coordinador del Grupo de Trabajo de Dolor en Anciano de la Sociedad Española de Dolor (SED), y especialista en Medicina de Familia y Comunitaria en un centro de salud y de residencia geriátrica, el doctor Emilio Blanco, advierte de que los pacientes geriátricos (aquellos de edad avanzada, más de 75-80 años) padecen entre un 45-80% dolor crónico, y lamenta que en muchos casos esta experiencia se convierta en una enfermedad en sí misma.

   Sobre las causas más frecuentes de dolor crónico en pacientes geriátricos menciona a los trastornos musculoesqueléticos, y dentro de estos a la artrosis. También recuerda a la osteoporosis y a las lumbalgias. Otras causas frecuentes de dolor son el causado por el cáncer o sus tratamientos, las neuropatías diabéticas o las radiculopatías, siendo la más frecuente la lumbar y cervical así como la neuralgia postherpética, que sucede después de padecer el herpes zóster. Entre otras causas también nombra a los enfermos de Parkinson avanzado, y aquellos que han padecido ictus.

LA VALORACIÓN DEL DOLOR CRÓNICO

    La SEGG defiende que el primer acercamiento al dolor es su valoración, que debe iniciarse con una historia clínica exhaustiva y una exploración física completa, documentando su localización, intensidad, duración, ritmo y características. Debe completarse constatando cómo el dolor crónico interfiere en su vida diaria, así como incluir aspectos psicológicos, como depresión, ansiedad, trastornos del sueño o de la personalidad, el riesgo de abuso de sustancias, el nivel cultural y espiritualidad del paciente geriátrico.

    En este sentido, el doctor Blanco destaca la dificultad que muchas veces supone el poder valorar el dolor de un paciente geriátrico, sobre todo el de aquellos que padecen deterioro cognitivo grave y no pueden relatar cómo es su dolor. Por ello, ve clave la información que puedan aportar familiares o cuidadores, que conocen perfectamente al paciente.

   Además, indica que con la edad avanzada hay más causas que puedan provocar dolor, y a veces coexiste más de una enfermedad, por lo que la dificultad para valorarlo será mayor. "Muchos pacientes mayores cuando tienen dolor crónico tienen depresión se aíslan", añade.

   A su juicio, si no se valora bien ese dolor crónico no se tratará correctamente. En la población geriátrica, el miembro de la SED subraya que la valoración del dolor no sólo es clínica, sino global, y se hace en contexto de una 'valoración geriátrica integral', como explicaba la SEGG, donde hay que valorar otros aspectos como su capacidad cognitiva, el estado nutricional y la dependencia funcional, tanto para las actividades básicas de la vida diaria como por ejemplo comer sin ayuda, o actividades instrumentales, por ejemplo si es capaz de hacer la compra o ir al banco.

EL TRATAMIENTO DEL DOLOR CRÓNICO

   En cuanto al tratamiento farmacológico frente al dolor crónico en los pacientes geriátricos, el doctor Blanco recomienda potenciar siempre las medidas no farmacológicas (ejercicio, fisioterapia, hidroterapia, por ejemplo), así como los analgésicos tópicos, por su seguridad.

   Aquí destaca la importancia de los dispositivos de ayuda, como la muleta, el bastón o el andador, puede reducir hasta en un 50% el dolor del paciente, así como mejorar su funcionalidad, y reducir en el fondo la cantidad de analgésicos que se administran. También dice que hay que hablar de medidas psicoterapéuticas, dependiendo de su estado general, y apunta al mindfulness o terapias de relajación, a quienes les puede ser muy útil en esta situación.

   Respecto a la toma de medicamentos recuerda que el cuerpo de una persona mayor ya no 'funciona' como el de una adulta, se pueden presentar efectos adversos importantes. "Es muy importante también vigilar la correcta toma de medicamentos, sobre todos aquellos ancianos que tienen deterioro cognitivo y hay pérdida de memoria", sentencia el miembro de la SED.