MADRID, 22 May. (EUROPA PRESS) -
Un sistema inmune envejecido o estresado puede atacar a los tejidos del mismo organismo y acelerar la aparición de diversas enfermedades asociadas a la edad, según han demostrado científicos del Grupo de Inmunometabolismo e Inflamación del Instituto de Investigación del Hospital Universitario 12 de Octubre -i+12- y el Centro de Biología Molecular -CBM- Severo Ochoa, adscrito al Centro Superior de Investigaciones Científicas y la Universidad Autónoma,
Los resultados del trabajo, liderado por la doctora María Mittelbrunn y publicado en la revista 'Science', han puesto en evidencia que cuando los linfocitos T (células inmunes) envejecen o se estresan desencadenan una gran tormenta de citoquinas (el armamento de estas células) que puede alcanzar diferentes tejidos y órganos, induciendo en ellos la activación de un programa de envejecimiento celular que se conoce como senescencia.
Y es que, tal y como han explicado los expertos, la aparición de células senescentes en diferentes tejidos provoca una predisposición a padecer diversas patologías, como enfermedades cardiovasculares, neuroinflamatorias, metabólicas o musculares.
Para llegar a estas conclusiones, los investigadores diseñaron un modelo animal en ratones en el que estos linfocitos envejecían de forma prematura y no sincronizada con el resto de células o tejidos. Así, en colaboración con el doctor Antonio Alcamí del Consejo Superior de Investigaciones Científicas, realizaron experimentos con un virus de alta virulencia, el Ectromelia, que causa la viruela de este roedor.
Los ratones jóvenes de este modelo que tenían su sistema inmune envejecido murieron durante los primeros días tras la infección, al igual que ratones normales muy viejos. Mientras tanto, todos los ratones normales jóvenes fueron capaces de sobrevivir.
ENVEJECIMIENTO PREMATURO
Sin embargo, el hallazgo "más llamativo" ha consistido en comprobar que con el paso del tiempo los ratones con su sistema inmune estresado tenían aspecto de envejecer prematuramente y desarrollaban distintos tipos de patologías. Concretamente, presentaban en un principio alteraciones cardiovasculares y perdían peso, si bien posteriormente, perdieron fuerza muscular y, por último, presentaron alteraciones en la memoria y en el comportamiento.
Todas estas patologías aparecieron de forma mucho más temprana, en comparación con ratones normales, demostrando que las células del sistema inmune pueden desencadenar el envejecimiento del resto del cuerpo y favorecer la aparición de enfermedades asociadas a la edad.
Asimismo, en una segunda parte del estudio, los investigadores se propusieron identificar algún tratamiento que pudiera retrasar la aparición de varias de estas patologías. Para ello, utilizaron dos estrategias diferentes, una bloqueando una de las citoquinas de la tormenta que lanza el sistema inmune y, otra, previniendo la senescencia en los distintos tejidos. Ambas estrategias retrasaron la aparición de alguna de estas enfermedades.
Los descubrimientos alcanzados en el estudio, en el que también han participado científicos del Centro Nacional de Investigaciones Cardiovasculares, el Instituto Madrileño de Alimentación y la Universidad San Pablo-CEU, entre otros, demuestran que hay mecanismos comunes en los que está presente el sistema inmune que subyacen a un conjunto de enfermedades características de la edad.
"Ahora más que nunca sabemos la importancia de mantener nuestro sistema inmune sano, no solo para protegernos de infecciones o del cáncer, sino también para frenar la multimorbilidad que aparece con la edad. Por todo ello, es urgente encontrar nuevas estrategias dirigidas a bloquear estos mecanismos comunes que podrían retrasar de forma simultánea un gran número de problemas de salud asociados a la edad", ha zanjado la doctora Mittelbrunn.