MADRID, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
Investigadores del King's College de Londres han demostrado que la forma en que respondemos a los cambios en los nutrientes a nivel molecular juega un papel importante en el proceso de envejecimiento, y este proceso está dirigido por algunos mecanismos genéticos clave, por lo que han concluido que introducir cambios en el estilo de vida puede retrasar el deterioro cognitivo dependiendo de los genes de cada persona.
La nueva investigación, publicada en la revista 'Communications Biology', exploró las interacciones moleculares que ocurren en nuestra respuesta a diferentes niveles de nutrientes, también conocidos como vías de detección de nutrientes, a medida que envejecemos.
Utilizando una combinación de técnicas de laboratorio y análisis de datos sobre la memoria, la dieta y el nivel de ejercicio físico de las personas, los investigadores identificaron una serie de genes que son activos en las vías de detección de nutrientes y demostraron que estos genes también muestran asociaciones con el rendimiento en las tareas de memoria en datos de más de 2.000 individuos.
El estudio identificó que los genes ABTB1 y GRB10 fueron influyentes en las vías de detección de nutrientes y mostraron asociación con la memoria.
Los avances en medicina y salud durante el siglo pasado han llevado a un aumento de la esperanza de vida. Sin embargo, el envejecimiento todavía va acompañado de fragilidad y una disminución en nuestros procesos de pensamiento.
Este nivel de disminución varía enormemente entre las personas y una mejor comprensión de las influencias de estos mecanismos de envejecimiento podría ayudar a desarrollar estrategias para aumentar el "período de salud", que es el período de tiempo libre de enfermedades debilitantes.
Estudios anteriores han indicado que las células madre neurales (NSC) en la parte del cerebro del hipocampo juegan un papel importante en la disminución de nuestro proceso de pensamiento y memoria con el tiempo. Son células que se siguen dividiendo mientras están vivas y producen más NSC o células que tienen una función especializada en el cerebro.
El mantenimiento de estas NSC es importante en la memoria y se ve afectado por factores ambientales como la dieta y el ejercicio, lo que podría explicar algunas de las variaciones en cómo el envejecimiento afecta a diferentes personas.
Aunque el papel de las vías de detección de nutrientes en el envejecimiento y el mantenimiento de las células madre en el cerebro se ha investigado en modelos animales, hasta ahora ningún estudio en humanos ha investigado su papel en las NSC en el hipocampo.
El estudio tuvo como objetivo explorar si las vías de detección de nutrientes pueden proporcionar la base molecular para la asociación entre el estilo de vida y el envejecimiento. Estas vías se han implicado en el mantenimiento de células madre, lo que sugiere que también podrían estar involucradas en la interacción entre el estilo de vida, los NSC y la cognición.
Utilizando un nuevo enfoque de traducción inversa que utiliza experimentos de laboratorio en NSC para informar el análisis de datos epidemiológicos en lugar de viceversa, los investigadores mostraron que las variaciones en ABTB1 están asociadas al rendimiento en una tarea de memoria estándar y que la variación en el gen GRB10 es un jugador importante para determinar la asociación entre la dieta mediterránea y el rendimiento de la memoria.
El estudio también identificó una interacción entre los niveles de ejercicio y el genotipo SIRT1 que condujo a diferentes desempeños en tareas de memoria.
La autora principal, Chiara de Lucía, del Instituto de Psiquiatría, Psicología y Neurociencia (IoPPN), del King's College de Londres destaca que el estudio "muestra que las vías de detección de nutrientes juegan un papel importante en la memoria y sugiere que los genes ABTB1 y GRB10 son probables enlaces moleculares para la asociación entre la dieta, el envejecimiento de las células madre neurales y nuestra capacidad de memoria".
"Identificar estos genes como los eslabones perdidos entre estas tres variables importantes podría informar nuevos enfoques para ayudar a mejorar el proceso de envejecimiento a través de cambios específicos en la dieta y el ejercicio y, en última instancia, en el desarrollo de nuevos medicamentos en el futuro", añade.
Por su parte, La autora principal, Sandrine Thuret, del IoPPN, añade que "encontrar los medios para prevenir o ralentizar los procesos que impulsan el declive de nuestros procesos de pensamiento durante el envejecimiento es uno de los grandes esfuerzos del siglo XXI. Hasta donde sabemos, este es uno de los primeros estudios que analiza estas relaciones con los datos humanos y adopta este enfoque de traducción inversa que utiliza experimentos basados en laboratorio para informar la investigación en grandes conjuntos de datos, lo que permite un enfoque más específico".
'Nuestros hallazgos sugieren que los cambios en el estilo de vida pueden retrasar la disminución de la memoria y el pensamiento, pero que la efectividad de estos enfoques dependerá de la composición genética de cada persona --prosigue--. Por ejemplo, el cumplimiento de una dieta como la dieta mediterránea puede ser más beneficioso para las personas con una mutación específica de GRB10, mientras que el aumento del ejercicio puede ser un mejor enfoque para los participantes con variaciones específicas de SIRT1".
A su juicio, "la investigación futura debería buscar replicar estos hallazgos en un conjunto de datos más amplio que permitiría probar las interacciones de 3 vías entre la dieta, el ejercicio y la memoria para obtener una comprensión más completa de cómo se relacionan entre sí".
Los investigadores analizaron los mecanismos moleculares y genéticos exponiendo los NSC humanos a sueros de individuos jóvenes o viejos y a productos químicos cuyos efectos imitan el proceso de envejecimiento.
Los genes identificados en el análisis in vitro como importantes en las vías de detección de nutrientes se asociaron con datos genéticos de más de 2000 individuos de la cohorte TwinsUK y datos sobre el rendimiento en la tarea de Aprendizaje de Asociados Asociados (PAL) que evalúa la memoria visual y el aprendizaje, la alimentación saludable, la ingesta de calorías y la actividad física.