Botiquín de seguridad para mayores

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Actualizado: lunes, 30 junio 2014 15:29

MADRID, 30 Jun. (Infosalus/EP) -

   A medida que cumplimos años, el botiquín va aumentando y con ello la posibilidad de sufrir efectos adversos derivados de los fármacos y sus interacciones. Conocer mejor los posibles efectos secundarios, llevar una lista de los medicamentos que tomamos o revisar con el médico si aún los necesitamos se encuentran entre las medidas básicas de seguridad en el uso de fármacos en los mayores.

   Según explican desde el sitio web del Departamento de Alimentación y Fármacos de Estados Unidos (FDA, según sus siglas en inglés) a medida que cumplimos años, los cambios en el cuerpo pueden afectar la forma en la que las medicinas se absorben, lo que conduce a posibles complicaciones.

   Por ejemplo, el hígado y los riñones podrían no funcionar tan bien, lo que afecta a cómo un fármaco se descompone y deja el organismo. Y los cambios en el sistema digestivo pueden afectar la rapidez con la que los fármacos alcanzan el flujo sanguíneo.

   "No hay duda de que la fisiología cambia a medida que envejecemos. Muchos trastornos médicos crónicos no aparecen hasta avanzada la vida", explica la doctora Sandra L. Kweder, directora adjunta de la Oficina de Nuevos Fármacos de la FDA.

   Según señala Kweder, como sociedad nos hemos vuelto dependientes de los fármacos para ayudarnos a mantener una vida más larga y de mayor calidad. "El objetivo debería ser que todos pudiéramos acceder a estos beneficios sin olvidar que medicarnos es una cuestión seria. Para conseguir lo mejor de los fármacos hay que tomarlos con gran precaución y siguiendo unas directrices", concluye.

    A continuación desde la web estadounidense proponen cuatro reglas básicas para el uso seguro de los fármacos por parte de los mayores:

* Seguir siempre la prescripción

   Las medicinas deben tomarse de forma regular y según las instrucciones del médico. No hay que saltarse dosis o dejar de tomarlas sin consultar primero al facultativo, aunque se haya producido mejoría o se piense que el fármaco no está funcionando.

   "La medicación no puede funcionar a menos que la tomes, por ejemplo, los medicamentos que tratan trastornos crónicos como hipertensión y diabetes suelen funcionar sólo cuando se toman de forma regular y como se indican. Tienes que tomarlos de forma continuada para mantener bajo control el trastorno", señala Kweder.

   La dosificación de los medicamentos está basada en ensayos clínicos. "Cada medicina es muy diferente y se dosifica según las pruebas realizadas", señala Kweder, que apunta que es una razón por la que no debes seleccionar por ti mismo la dosificación que necesitas.

* Crear una lista de medicamentos

   Es recomendable escribir los fármacos que se están tomando y mantener la lista siempre a mano. Se puede entregar una copia a un amigo o familiar, un paso importante especialmente en caso de emergencia y cuando se está de viaje. En la lista se debe apuntar la marca del laboratorio del medicamento o el nombre genérico, así como la frecuencia de tomas y la dosis. Por último, también es conveniente indicar cuándo se toma cada fármaco. "Deberías conocer tus medicamentos mejor que el médico", señala Kweder.

* Cuidado con las posibles interacciones

   A medida que se cumplen años puede presentarse un mayor riesgo de interacciones entre fármacos. Las interacciones se producen cuando: un fármaco afecta a cómo funciona otro; un trastorno médico que padeces convierte a cierto fármaco en potencialmente dañino; un alimento o una bebida no alcohólica reacciona ante un fármaco; un medicamento interactúa con una bebida alcohólica.

   Lo importante es aprender qué interacciones pueden presentarse leyendo los prospectos e información del envase de los medicamentos (con y sin receta) y revisando cualquier instrucción especial con tu médico de cabecera.

   Por ejemplo, la nitroglicerina, que trata la angina (dolor de pecho asociado a la enfermedad cardiaca) no puede tomarse con fármacos para la disfunción eréctil dado que pueden producirse interacciones graves. Y algunos fármacos no deberían ser tomados con alcohol, dado que se pueden producir síntomas como la pérdida de coordinación y de memoria.

   Si se visita a distintos médicos especialistas, es necesario decir a cada uno de ellos todos los fármacos y suplementos que se están tomando. También ayuda preguntar al farmacéutico sobre posibles interacciones entre medicamentos.

* Revisar los medicamentos con el médico de cabecera

   Planifique al menos una revisión anual de sus medicamentos con su médico para confirmar qué medicamentos siguen siendo necesarios y cuáles puede dejar de tomar, si se diera el caso.

   Esta revisión puede ayudarle a evitar interacciones y reducir los gastos en fármacos. Algunas veces, en especial si ve a múltiples médicos, ciertas cuestiones pueden ser obviadas, señala Kweder. Pero, señala la doctora, en medicina ninguna pregunta sobra.