MADRID, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -
El demógrafo y actual director del Instituto de Economía, Geografía y Demografía del Centro Superior de Investigaciones Científicas (IEGD-CSIC) Diego Ramiro, ha advertido de que el aislamiento de las personas mayores en residencias por la pandemia acelera su deterioro cognitivo y físico.
"Los mayores sienten que son una población de alto riesgo de muerte y han estado aislados mucho tiempo sin contacto con otras personas, lo que acelera el deterioro cognitivo; a ello se suma un deterioro del estado físico al no poder dar paseos o estar al aire libre. Y las carencias afectivas que ha provocado el confinamiento los ha llevado a vivir situaciones angustiosas", ha especificado.
Ramiro lidera una línea de trabajo con tres proyectos sobre la covid-19 y las residencias con la que se intenta, no solo elaborar un censo de centros y residentes en España, sino también conocer cómo han afrontado el confinamiento las personas mayores que viven dentro y fuera de las residencias, y analizar los perfiles de riesgo frente al SARS-CoV-2. Los tres proyectos se enmarcan en la Plataforma Salud Global, del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), en la que Ramiro coordina, desde principios de 2020, las áreas de prevención e impacto de la pandemia de la covid-19.
En cuanto al proyecto de la elaboración de un censo en las residencias, aclara que "no se trata de un censo oficial, porque en España no tenemos ni un censo de residencias ni de residentes, pero ahora mismo es la fuente de referencia para conocer estos datos, que son esenciales en situaciones como la actual".
Este proyecto, coordinado por el profesor de investigación del IEGD-CSIC Antonio Abellán se ha realizado a través del envío de un cuestionario entre septiembre y diciembre de 2020 a los más de 5.500 centros geriátricos que hay en el país. "Estos datos nos permiten tener un censo actualizado de estos centros, algo que lleva elaborando el CSIC desde hace 18 años a través de encuestas bianuales", añade.
Otro de los trabajos consiste en una encuesta a personas mayores que viven fuera y dentro de las residencias. "El objetivo en este caso es conocer cómo han afrontado el confinamiento por la covid-19 y las consecuencias de la primera ola de la pandemia", detalla. La encuesta, que es bastante amplia, está coordinada por el profesor de investigación del CSIC, Vicente Rodríguez.
PERFILES DE RIESGO EN LAS RESIDENCIAS
Por último, con la colaboración de la Farmacia de Dalt, se acaba de iniciar una tercera investigación, el proyecto Branyas, en honor a María Branyas, la mujer más longeva de España que ha conseguido superar la covid-19 a pesar de sus 113 años, y cuyo objetivo es analizar los perfiles de riesgo entre quienes viven en las residencias de personas mayores.
Concretamente, el proyecto se centra en establecer perfiles de riesgo de enfermar o fallecer como consecuencia del coronavirus. Para ello, cuentan con una muestra de 3.161 individuos de población de edad avanzada (incluidos los fallecidos por la covid-19) de 32 centros geriátricos de Cataluña.
El proyecto obtendrá datos a partir del análisis de tres perfiles de riesgo: uno sociodemográfico, uno biológico y uno biológico ampliado, que añadirá información sobre cuestiones como la microbiota intestinal, la vacunación y aspectos relacionados con la inmunidad. Por ello, según explica Ramiro, se aborda como un proyecto "multidisciplinar", en el que participan expertos del CSIC como la viróloga Margarita del Val, del Centro de Investigaciones Biológicas Margarita Salas (CIB-CSIC); un grupo de investigadores del Instituto de Investigación en Ciencias de la Alimentación (CIAL-CSIC-UAM) y el propio grupo del IEGD-CSIC.
"El objetivo es construir perfiles de riesgo individuales diseñados para predecir tres eventos: la infección por covid-19, la evolución de la infección con o sin síntomas, y la muerte", detalla el demógrafo, que añade que con esta información se pretenden diseñar medidas de protección más efectivas y adaptadas al riesgo de cada individuo.
En lo que se refiere a las consecuencias a largo plazo de esta pandemia, el experto ha anunciado que se prevé "un deterioro de la salud futura de quienes han sufrido de una manera más grave la enfermedad". Eso implicará, tal y como ha señalado, mayores tasas de dependencia y se traducirá en un gasto sanitario mayor, también en un estancamiento o crecimiento menos pronunciado de la esperanza de vida en las próximas décadas.
"Para poder hacer predicciones lo más certeras posibles sería necesario realizar estudios de seguimiento a diferentes grupos de población, no solo mayores, sino también embarazadas o niños, por ejemplo. Estos datos se deberían poner a disponibilidad de la comunidad científica en su conjunto y, además, serían de especial relevancia para el Gobierno de cara a planificar el gasto sanitario futuro", ha señalado.
En relación a la situación demográfica en crisis graves como la actual, ha explicado que las parejas deciden retrasar el momento de tener hijos y, dependiendo de cuánto dure la crisis, "esto llevará a un retraso que en algunas parejas significará renunciar a ello". En este sentido, ha abundado que "la crisis económica que provocará la pandemia no augura una recuperación rápida de la fecundidad, sino más bien un mantenimiento en niveles muy bajos durante unos años".
Además, según ha detallado, durante las crisis se produce una reducción significativa de los movimientos poblacionales. "Aunque todavía estamos en medio de la pandemia y es difícil tener una perspectiva completa del efecto que tendrá en relación a los años de vida perdidos y en la caída de la esperanza de vida, las estimaciones con los datos de la primera ola de la pandemia mostraban una caída general en la esperanza de vida en España de 0,8 años tanto para hombres como para mujeres. Y, evidentemente, aquellas regiones que se han visto más afectadas han tenido una caída mayor, por ejemplo, de 2,7 años entre los hombres en Madrid", ha concluido.