MADRID, 16 Jul. (EUROPA PRESS) -
La doctora Silvia Cobaleda, del Departamento Médico de Vacunas de GSK, ha apuntado a la vacunología inversa, la biología sintética o la vacunología estructural como las técnicas claves que han permitido diseñar vacunas frente a las que no se tenían vacunas eficaces, como la meningitis o el VPH.
Las vacunas son uno de los principales avances en materia de salud pública de los últimos años, y su uso ha evitado la muerte o graves secuelas a millones de personas en todo el mundo. Sin embargo, la investigación no cesa para lograr vacunas más eficaces, con componentes mejor tolerados y que amplíen su rango de protección gracias a técnicas novedosas como la vacunología inversa, sobre la que se ha hablado en la jornada 'Ciencia, tecnología y serendipia: fórmula magistral de las vacunas', organizada por GSK en Santander.
Durante su ponencia '¿Quo Vadis Vacunas?', Cobaleda ha hecho un recorrido por el desarrollo de las vacunas en los últimos dos siglos. Así, ha resaltado que, por ejemplo, la vacunología inversa ha supuesto un "enfoque novedoso" en el diseño de vacunas basado en la identificación de componentes del patógeno que tienen mayor probabilidad de ser inmunógenos.
"Esta metodología se ha aplicado en el desarrollo de la vacuna frente al meningococo B, 'Bexsero', indicada a partir de los 2 meses de edad. Además, también ha conseguido seleccionar cuatro antígenos que han demostrado, tanto durante los ensayos clínicos como tras su utilización en la vida real, una amplia protección frente a la enfermedad meningocócica invasiva, que puede tener graves consecuencias", ha explicado la doctora.
Asimismo, ha participado en esta jornada la doctora Charo Cambronero, también del Departamento Médico de Vacunas de GSK, quien durante su presentación 'Retos para la Vacunología Moderna' ha abordado los desafíos a los que se enfrentan las vacunas actuales, destacando como uno de los principales la inmunosenescencia.
"Se trata del deterioro fisiológico que sufre nuestro sistema inmune debido al envejecimiento. Algunas de las consecuencias de esta alteración son, entre otras, un mayor riesgo y severidad de las infecciones, un aumento del cáncer y enfermedades autoinmunes y una menor respuesta a la vacunación", ha detallado Cambronero.
Según ha explicado, otros retos son la vacunación de población con alteraciones del sistema inmune o con enfermedades crónicas que pueden afectar también a la respuesta inmune, así como el diseño de vacunas frente a patógenos de gran complejidad como el VIH, VPH o virus varicela zoster. "Estas situaciones hacen necesarias nuevas aproximaciones en el diseño de vacunas para mejorar la protección mediante la adecuada activación del sistema inmune", ha concluido.