MADRID, 2 Nov. (EUROPA PRESS) -
Expertos reunidos en el XIII Congreso Nacional y en las XXI Jornadas de la Sociedad Española de Sanidad Penitenciaria (SESP), en una de las sesiones organizadas por Gilead, han destacado el rol de la sanidad penitenciaria para el control de las enfermedades víricas en España.
El encuentro, celebrado en el municipio madrileño de Alcalá de Henares, ha analizado la situación actual en las prisiones españolas y actualizado el conocimiento en materia de diagnóstico, manejo y seguimiento de las infecciones por el VIH y las hepatitis virales.
Los expertos han puesto en valor el papel del personal sanitario que trabaja en las prisiones españolas en el control de estas patologías para mejorar la calidad de vida y la salud a global a largo plazo de los pacientes que se encuentran ingresados en prisión, así como la importancia de la Sanidad Penitenciaria en contribuir a alcanzar los objetivos nacionales e internacionales establecidos para conseguir la eliminación de ambos virus en los próximos años.
Para el doctor José Joaquín Antón Basanta, presidente de la SESP, "volver a la presencialidad de estas reuniones tras la pandemia nos permite poner en común experiencias y conocimientos que ayuden a mejorar la atención, abordaje y control de enfermedades como lo son las infecciosas, las patologías mentales o enfermedades asociadas a la drogodependencia, todas ellas, cada vez más presentes en las prisiones de nuestro país.
Asimismo, ha continuado, "se ha puesto sobre la mesa otros temas de gran relevancia, entre ellos, el papel de la Atención Primaria, la atención a la mujer o del papel actual y futuro de la Enfermería y de la gestión de Farmacia en este ámbito".
En este sentido, y para alcanzar estas metas globales, los ponentes han recalcado la importancia de acercar la Atención Primaria a la Sanidad Penitenciaria para implementar en las prisiones españolas programas de búsqueda activa de pacientes y de cribado que deriven en el diagnóstico precoz y el tratamiento temprano de las personas con estas infecciones.
De aquí la insistencia en realizar pruebas diagnósticas de VIH, la hepatitis C y la hepatitis B a todos los internos que ingresan, lo que permitiría saber su serostatus lo antes posible, tratarles precozmente y de la forma más adecuada a cada uno para garantizar el bienestar de dichos pacientes, así como controlar la transmisión de dichas infecciones a otras personas.
Asimismo, han insistido en reforzar los equipos multidisciplinares que trabajan en el área sanitaria dentro de las prisiones para poder ofrecer una atención integral y personalizada a los internos y, así, mejorar su salud global a largo plazo.
El Congreso y las Jornadas, que ha congregado a más de 140 asistentes en esta edición, y donde han participado profesionales de renombre en el campo del VIH y las hepatitis víricas, se ha convertido, tras la pandemia COVID-19 en un punto de encuentro y conversación donde analizar las necesidades actuales y los retos futuros a los que se enfrenta la Sanidad Penitenciaria.
Las sesiones organizadas por Gilead han contado con ponentes especializados como el doctor Andrés Marco, médico de Instituciones Penitenciarias en el Servicio Médico del Centro Penitenciario de Hombres de Barcelona; el doctor Miguel García del Toro, del Hospital General Universitario de Valencia; el doctor Francisco Fernández González, del Hospital General Universitario Gregorio Marañón; el Dr. Pablo Sainz de la Hoya, del Centro Penitenciario Fontcalent de Alicante; y Juan Antonio González Gómez, del Centro Penitenciario Campos del Río, Murcia.
