MADRID, 12 Feb. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Escuela de Ingeniería de EPFL en Suiza han desarrollado un prototipo de vacuna para pacientes con cáncer que logra activar las células inmunes en el lugar correcto, cuyos resultados han publicado en la revista 'ACS Central Science'.
Los expertos se habían dado cuenta de que era necesario un sistema seguro para administrar vacunas terapéuticas en la ubicación deseada y lograr así una respuesta inmune fuerte y específica en los enfermos con cáncer. Para solucionar este problema en la entrega de la vacuna, han utilizado una técnica de polimerización llamada policondensación, que han probado con éxito en ratones.
El objetivo de una vacuna terapéutica contra el cáncer no es prevenir la enfermedad sino ayudar al cuerpo a defenderse contra una enfermedad que ya está presente o reducir el riesgo de recaída. En este sentido, la vacuna podría combinarse con inmunoterapias para obtener "la mejor respuesta inmune posible", según ha explicado Li Tang, que ha dirigido este equipo de trabajo.
DIFICULTAD EN EL PROCESO DE ENTREGA
La entrega de una vacuna al sistema inmunitario implica varias etapas. Primero, se aplica la vacuna al paciente por vía subcutánea, que viajará entonces a los ganglios linfáticos, donde existen numerosas células inmunes. Una vez allí, se espera que penetre en las células dendríticas, que actúan como una especie de mecanismo de alerta. Si la vacuna las estimula correctamente, las células dendríticas generarán antígenos específicos para las células T que combaten el cáncer, un proceso que activa y entrena a las células T para atacarlas.
No obstante, este procedimiento es difícil de poner en práctica. Esto se debe a que los componentes de una vacuna son muy pequeños y tienden a dispersarse o absorberse en el torrente sanguíneo antes de llegar a los ganglios linfáticos.
EL SISTEMA DE LA NUEVA VACUNA
La solución propuesta por Li Tang consiste en un sistema que una químicamente las partes de la vacuna para formar una entidad más grande. La nueva vacuna, denominada Neoepítopo de policondensado (PNE), contiene neoantígenos (antígenos mutados específicos del tumor a atacar) y un adyuvante. Cuando se combinan dentro de un solvente, los componentes se unen naturalmente, formando una entidad que es demasiado grande para ser absorbida por los vasos sanguíneos, y que viaja naturalmente a los ganglios linfáticos.
Una vez dentro de una célula dendrítica, los componentes de la vacuna se separan nuevamente. Esto permite que las células dendríticas presenten los antígenos correctos a las células T, provocando una "potente" respuesta inmune.
"Esta nueva vacuna, combinada con un análisis altamente avanzado de los neoantígenos de cada paciente, debería permitir que el sistema inmunitario de los pacientes con cáncer se active de manera personalizada y segura", ha asegurado Li Tang.
El equipo aún está perfeccionando la fase en la que se detectan los antígenos específicos del tumor. "Dado que estos neoantígenos no están presentes en las células sanas, la identificación precisa nos permitirá dirigirnos a las células tumorales con mucha precisión, sin ninguna toxicidad en el tejido sano", ha concluido el experto.
Li Tang ha cofundado una startup llamada PepGene, que está trabajando en un algoritmo para predecir de forma rápida y precisa los antígenos tumorales mutados. Con ello pretende conseguir una nueva y mejor vacuna contra el cáncer en los próximos años.