MADRID, 22 Ene. (EDIZIONES) -
Los antiinflamatorios nos han 'salvado la vida' en más de una ocasión. Son súper útiles para cuando tenemos dolor, inflamación, y fiebre. Incluye como el ácido acetil-salicílico (Aspirina), ibuprofeno, naproxeno, indometacina, diclofenaco, o piroxicam, entre otros. Pero no es oro todo lo que reluce y sí, tienen contraindicaciones.
"Se trata de medicaciones que han contribuido de forma muy importante a mejorar la calidad de vida del ser humano, aliviando síntomas como el dolor o la fiebre, y ayudando a controlar enfermedades incapacitantes como las enfermedades reumáticas. Además, algunos de ellos, como el ácido acetil-salicílico, se usan en la prevención y tratamiento de enfermedades vasculares tan importantes como el infarto de miocardio o los accidentes vasculares cerebrales", resalta en este sentido la Fundación Española del Aparato Digestivo.
La farmacéutica Marisa Alonso, miembro de la subcomisión de Revisión del Uso de los Medicamentos y secretaria de la Ejecutiva de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria (SEFAC) de Castilla y León, precisa en una entrevista con Infosalus que un antiinflamatorio es un medicamento que reduce la inflamación en de los tejidos, por ejemplo, en traumatismos, después de cirugías o para dolores musculares entre otros, y concreta que hay dos tipos generales:
.- Antiinflamatorios esteroideos: Corticoides que se utilizan puntualmente y bajo prescripción médica.
.- Antiinflamatorios no esteroideos o AINES: Son más comunes y pueden ser utilizados también por indicación farmacéutica o por automedicación.
Entre los problemas más frecuentes que derivan de su uso inadecuado se encontrarían el aumento de la tensión arterial, la hepatotoxicidad, y los problemas renales o cardiovasculares.
De hecho, uno de los problemas es que se ha estandarizado su uso, lo que a su vez ha generado el abuso de estos fármacos tanto entre los enfermos crónicos como en la población general.
"El principal problema es que se no se es consciente de que son medicamentos, y como tales tienen efectos secundarios y pueden llegar a ser tóxicos. De hecho, se ha estandarizado el uso de las dosis máximas de determinados antiinflamatorios, cuando para muchos problemas de salud dosis menores son suficientes", advierte la miembro de SEFAC Castilla y León.
Además, la farmacéutica recalca que el alargar la duración de los tratamientos agudos más allá de lo prescrito o recomendado es una práctica demasiado común, y que puede dar lugar a múltiples problemas de salud relacionados con los efectos negativos que tienen estos medicamentos.
Desde la Fundación Española de Aparato Digestivo (FEAD) alertan de que estos medicamentos, por su mecanismo de acción, pueden producir efectos no deseables en el organismo y, muy especialmente, en el aparato digestivo. "Entre ellos cabe destacar la producción de lesiones en la mucosa que recubre la superficie interna de todo el tubo digestivo, en especial del estómago y del duodeno, provocando la aparición de erosiones o úlceras que pueden llegar a sangrar, causando una hemorragia digestiva, o incluso a perforar la pared del órgano donde asientan", según advierte.
No obstante, indica que el riesgo no es igual para todas las personas, depende de la dosis, de la duración del tratamiento, o de la utilización de otras medicaciones concomitantes, entre otros. Tampoco todos los AINE tienen el mismo riesgo de producir estos efectos secundarios, según aclara, a la que vez que reconoce que recientemente se están incorporando nuevos fármacos diseñados para que no lesionen la mucosa digestiva; los llamados 'AINE selectivos' o 'Coxibs'.
CÓMO SE DEBEN TOMAR
Finalmente, y según aconseja la miembro de la Sociedad Española de Farmacia Familiar y Comunitaria, es recomendable tomarlos sólo cuando los necesitamos. "Los que son de prescripción, sólo cuando han sido prescritos por nuestro médico, mientras que los que no requieren de receta médica y tenemos en nuestros botiquines es recomendable tomarlos en la menor cantidad que sea efectiva, y además durante el menor periodo posible, siendo una semana un periodo razonable de uso, y no estando indicado el uso sin supervisión por periodos más largos", sentencia la farmacéutica Marisa Alonso.