MADRID, 20 May. (EUROPA PRESS) -
El dolor crónico constituye una de las principales causas de discapacidad en todo el mundo. Según la Organización Mundial de la Salud (OMS), en 2020, aproximadamente 619 millones de personas padecían dolor lumbar, y se estima que esta cifra aumentará a 843 millones para 2050, impulsada en gran medida por el crecimiento poblacional y el envejecimiento.
Este tipo de dolor no solo afecta la calidad de vida de quienes lo sufren, sino que también representa una carga significativa para los sistemas de salud y las economías globales.
A pesar de la disponibilidad de tratamientos, el acceso a un manejo efectivo del dolor sigue siendo desigual. La OMS señala que una gran parte de la población mundial carece de acceso adecuado a medicamentos esenciales para el alivio del dolor, como la morfina. Esta disparidad en el acceso subraya la necesidad urgente de desarrollar alternativas seguras y eficaces para el tratamiento del dolor que sean accesibles a nivel global.
UN NUEVO FÁRMACO PODRÍA OFRECER UN PODEROSO ALIVIO DEL DOLOR
Un fármaco experimental desarrollado en la Facultad de Medicina de la Universidad de Duke (Estados Unidos) podría ofrecer un poderoso alivio del dolor sin los peligrosos efectos secundarios de los opioides. En pruebas en ratones, el fármaco denominado SBI-810 funcionó bien por sí solo y, cuando se usó en combinación, hizo que los opioides fueran más efectivos en dosis más bajas, según un estudio publicado en 'Cell'.
SBI-810 forma parte de una nueva generación de compuestos diseñados para actuar sobre un receptor en los nervios y la médula espinal. Mientras que los opioides inundan múltiples vías celulares indiscriminadamente, SBI-810, un tratamiento sin opioides, adopta un enfoque más específico, activando solo una vía específica de alivio del dolor, evitando así la euforia asociada con la adicción.
PREVINO EFECTOS SECUNDARIOS COMUNES COMO EL ESTREÑIMIENTO
"Lo que hace que este compuesto sea emocionante es que es a la vez analgésico y no opioide", informa el autor principal del estudio, Ru-Rong Ji, investigador de anestesiología y neurobiología que dirige el Centro de Anestesiología para Medicina Traslacional del Dolor de Duke .
Además, el fármaco previno efectos secundarios comunes como el estreñimiento y la acumulación de tolerancia, que a menudo obliga a los pacientes a necesitar dosis más fuertes y frecuentes de opioides a lo largo del tiempo.
SBI-810 se encuentra en una etapa temprana de desarrollo, pero los investigadores de Duke aspiran a realizar pruebas en humanos pronto y han cerrado múltiples patentes para el descubrimiento. Existe una necesidad urgente de alternativas para aliviar el dolor.
Las muertes por sobredosis de drogas están disminuyendo, pero más de 80.000 estadounidenses aún mueren cada año, la mayoría de las veces por opioides. Mientras tanto, el dolor crónico afecta a un tercio de la población estadounidense.
Los investigadores auguran que el medicamento podría ser una opción más segura para tratar el dolor crónico y de corto plazo en quienes se recuperan de una cirugía o viven con dolor nervioso diabético.
SBI-810 está diseñado para dirigirse al receptor cerebral neurotensina 1. Mediante un método conocido como agonismo sesgado, activa una señal específica, la *-arrestina-2, vinculada al alivio del dolor, al tiempo que evita otras señales que pueden causar efectos secundarios o adicción. "El receptor se expresa en las neuronas sensoriales, el cerebro y la médula espinal", especifica Ji. "Es una diana prometedora para el tratamiento del dolor agudo y crónico".
Así, SBI-810 alivió eficazmente el dolor causado por incisiones quirúrgicas, fracturas óseas y lesiones nerviosas, mejor que algunos analgésicos existentes. Al inyectarlo en ratones, redujo los signos de malestar espontáneo, como la defensa y las muecas faciales. Además, los científicos de Duke compararon SBI-810 con la oliceridina, un tipo más nuevo de opioide utilizado en hospitales, y descubrieron que SBI-810 funcionaba mejor en algunas situaciones, con menos signos de angustia.
A diferencia de opioides como la morfina, el SBI-810 no causó tolerancia tras el uso repetido. Además, superó a la gabapentina, un fármaco común para el dolor nervioso, y no causó sedación ni problemas de memoria, que suelen observarse con la gabapentina. Los investigadores añaden que la doble acción del compuesto (sobre el sistema nervioso periférico y central) podría ofrecer un nuevo tipo de equilibrio en la medicina del dolor: lo suficientemente potente para funcionar, pero lo suficientemente específico para evitar daños.