MADRID, 7 Oct. (EUROPA PRESS) -
La patronal de la industria farmacéutica en España (Farmaindustria) considera que las exportaciones de medicamentos pueden actuar como "otra palanca para la reactivación de España". Según los últimos datos del Ministerio de Industria y la Memoria de Actividad de 2019 de Farmaindustria, las exportaciones españolas de fármacos batían su récord histórico el año pasado al superar por primera vez los 12.100 millones de euros, gracias a un crecimiento del 13,2% con respecto a 2018. Y la tendencia se mantenía en el primer semestre de 2020, con un incremento del 14,5 por ciento.
Como consecuencia de esta progresión, las exportaciones de productos farmacéuticos han pasado de suponer el 4 por ciento del total de exportaciones nacionales en el primer semestre de 2019 a representar el 5,4 por ciento en 2020, y superan el 22 por ciento del total de las exportaciones de bienes de alta tecnología. Además, las exportaciones de productos farmacéuticos se han convertido en el cuarto capítulo arancelario más exportado en España, tras automóviles, maquinaria y material eléctrico.
"Queda patente, por tanto, la relevancia de la industria farmacéutica para el comercio exterior español, gracias a una contribución en materia de exportaciones muy superior a la que le correspondería por tamaño (el peso de la producción farmacéutica dentro de la economía española es del 1,2% del PIB). Esta aportación de las compañías innovadoras para el país en el terreno exterior no es sólo cuantitativa, sino también cualitativa, como demuestra la posición de las exportaciones farmacéuticas en el total de exportaciones de bienes de alta tecnología", resaltan en un comunicado.
En cuanto a la distribución geográfica del comercio exterior farmacéutico, la Unión Europea (UE) es el primer socio comercial de España: el 50,3 por ciento de las compras españolas de productos farmacéuticos del exterior provienen de la UE-27 y a ellos va destinado el 46,1 por ciento de nuestro contingente exportador. Dentro de los países de la Unión Europea, Alemania es, desde hace años, el principal destino de nuestra producción farmacéutica (el 12,4% del total de exportaciones) seguida de Francia (6,8%), Italia (5,3%) y Holanda (4,2%).
Con respecto a Reino Unido, se ha producido un incremento muy notable (25,0%) de las exportaciones dirigidas a esta región (posiblemente derivado del efecto acopio por el 'Brexit') que pasan a representar el 4,6 por ciento de las ventas de medicamentos españolas al exterior, cinco décimas más que en 2018, lo que le convierte en nuestro sexto destino exportador a nivel mundial.
"Hay una clara tendencia creciente en las exportaciones de medicamentos, que pone de manifiesto el peso cada vez mayor de la actividad industrial farmacéutica en la economía española y la oportunidad que representa para reactivarla tras el duro golpe que ha supuesto la pandemia por el SARS-CoV-2. Este impulso a las exportaciones de medicamentos y el esfuerzo inversor que están realizando las compañías farmacéuticas a todos los niveles se vuelven mucho más significativas hoy y son una muestra más del valor de la industria farmacéutica como motor económico del país", señalan.
Para Farmaindustria, el hecho de que España siga manteniendo un nivel creciente de exportaciones de medicamentos es "un claro valor para el país, como palanca para el crecimiento económico, pero también en el terreno social (por esa generación de empleo cualificado e indefinido) y sanitario". "Que cada vez haya más plantas de producción de fármacos en España o se fabriquen productos más diversos y en mayor cantidad paliará la dependencia de nuestro país de los potentes mercados asiáticos en el abastecimiento de medicamentos, algo que se ha demostrado capital durante la pandemia y contra lo que hay que luchar", apuntan.
En este sentido, la industria farmacéutica innovadora se ha comprometido con el Gobierno y la sociedad a colaborar en un plan de reindustrialización de España que limite la dependencia de China e India, fundamentalmente, y que permita mejorar nuestro autoabastecimiento de medicamentos en caso de una nueva crisis mundial. "Supondrá un plus de tranquilidad para las autoridades, profesionales sanitarios y pacientes para no ver interrumpidos los tratamientos, como se ha conseguido en los meses más duros de la pandemia a costa de un importante esfuerzo de coordinación entre todos los agentes de la cadena del medicamento", concluyen.