MADRID, 24 Jul. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad Rockefeller (Estados Unidos) han descubierto los mecanismos moleculares por los cuales algunos cánceres causados por errores en el gen BRCA1, como el de mama o el de ovario, se vuelven resistentes a los medicamentos.
Publicado en la revista 'Nature', el trabajo desafía las teorías previas sobre la forma en la que los inhibidores PARP tienen éxito o no en el tratamiento de estos pacientes, lo que podría ayudar a mejorar el abordaje terapéutico en estos tipos de cáncer.
La comunidad científica ha estimado que las mujeres que tienen mutaciones en el gen BRCA1 tienen un 72 por ciento de padecer cáncer de mama y un 44 por ciento de ovario a los 80 años. Tanto este gen, como el BRCA2 ayudan a mantener sano al organismo, gracias a que codifican las proteínas esenciales en la reparación de una molécula de ADN cortada. Sin ellos, el ADN roto no se repara y se originan mutaciones que conducen a la aparición de un cáncer.
En los últimos años, el desarrollo de nuevos medicamentos llamados inhibidores de PARP ha hecho posible que esos mismos defectos genéticos se volvieran contra la enfermedad, si bien algunos tumores no responden. Durante casi una década, los científicos sabían que la pérdida de una proteína llamada 53BP1 hacía posible que las células deficientes en BRCA1 superaran su defecto inherente y repararan adecuadamente las roturas de doble cadena.
Este tipo de resistencia puede surgir durante o después del tratamiento con inhibidores de PARP cuando algunas células tumorales prosperan después de mutar para perder la 53BP1. No obstante, no estaba claro el motivo por el que perder esta proteína les da a estas células cancerosas una ventaja tan letal.
Con el fin de preparar una molécula de ADN rota para su reparación, primero se debe recortar una hebra de la doble hélice rota. En este sentido, los expertos observaron que la 53BP1 ayuda a contrarrestar el proceso de recorte reescribiendo secciones de corte de ADN de los filamentos sueltos.
Así, los científicos comprobaron que en los cánceres deficientes en BRCA1 tratados con inhibidores de PARP, la función de reescritura de 53BP1 conduce a una reparación defectuosa del ADN y a la muerte de las células cancerosas. Sin embargo, algunas de estas células logran escapar del tratamiento al perder 53BP1.
"A grandes rasgos, esta nueva percepción de la función de 53BP1 y su papel en la resistencia a los medicamentos proporciona una base para los avances en la terapia con inhibidores de PARP. Estas mejoras podrían incluir el desarrollo de pruebas de detección para ver qué tumores responderían mejor a los inhibidores de PARP o para determinar qué otras drogas deberían administrarse o no", han zanjado los expertos.