Efectos inesperados de fármacos comunes en procesos comunes.... para los que no están indicados

Paracetamol.
Paracetamol. - ISTOCK
Actualizado: miércoles, 2 marzo 2022 17:46

MADRID, 2 Mar. (EUROPA PRESS) -

La mayor revisión clínica de las respuestas inmunitarias al paracetamol, los antiinflamatorios no esteroideos (AINE) y los analgésicos opiáceos, centrada en las enfermedades infecciosas, ha proporcionado información sobre los efectos no deseados de estos medicamentos de uso común.

Los resultados, publicados en el 'British Journal of Clinical Pharmacology', ponen de manifiesto el potencial de algunos de estos medicamentos para unirse a la lucha contra viejas y nuevas enfermedades infecciosas.

Aunque la investigación sobre estos fármacos se ha centrado en sus efectos sobre el tratamiento del dolor y la fiebre, hasta ahora no estaba claro su impacto en el tratamiento de las enfermedades infecciosas específicamente. Los resultados ponen de manifiesto la necesidad de realizar más estudios en esta área de investigación poco reconocida, con amplias implicaciones.

Por indicaciones, la revisión clínica revela que, entre los fármacos para el dolor, la morfina suprime las células clave del sistema inmunitario y aumenta el riesgo de infección, sobre todo después de una operación de cáncer. Para la fiebre, los antipiréticos (paracetamol, ibuprofeno, 'Aspirina') pueden reducir la respuesta inmunitaria deseable cuando se toman para la vacunación.

Igualmente, señala que la 'Aspirina' podría ser una opción terapéutica asequible y accesible para la tuberculosis, que afecta principalmente a los países pobres, con resultados beneficiosos demostrados en animales y humanos.

Además, el medicamento antiinflamatorio indometacina podría reducir la replicación del virus en Covid-19, pero se necesitan ensayos a gran escala en humanos.

Los investigadores, dirigidos por la Facultad de Medicina y Salud de la Universidad de Sidney (Australia), optaron por una revisión "clínica" para tener un mayor alcance a la hora de sintetizar las pruebas disponibles, y señalaron la importancia de realizar más investigaciones y ensayos sobre las respuestas a las enfermedades infecciosas.

La investigación no estaba planificada y los resultados fueron inesperados. La autora principal, Christina Abdel-Shaheed, señala que inicialmente estaban interesados en estudiar los posibles impactos del paracetamol (acetaminofén) durante la pandemia, cuando la gente acaparó el medicamento en los primeros meses de la COVID-19.

"Decidimos estudiar los analgésicos y los medicamentos para la fiebre en general y nos sorprendió lo que encontramos --explica--. En 14 años de estudio del dolor, ésta es la investigación más importante en la que he participado".

La doctora Christina Abdel-Shaheed, investigadora sobre el dolor de Sydney Musculoskeletal Health, señala que las relaciones descubiertas con las enfermedades infecciosas ponían de manifiesto la necesidad de realizar ensayos clínicos rigurosos.

"Nuestra revisión muestra que algunos de los medicamentos habituales para el dolor y la fiebre pueden colaborar con el sistema inmunitario para combatir las infecciones, mientras que otros actúan en contra de él y aumentan el riesgo de contraer enfermedades infecciosas o de responder mal a ellas", añade Abdel-Shaheed.

"No se recomienda tomar paracetamol o ibuprofeno antes o inmediatamente después de la vacunación -por ejemplo, para la COVID-19- para tratar de evitar la fiebre leve o el dolor de cabeza, porque esto podría reducir la respuesta inmunitaria deseable del organismo a la vacuna --señala--. Para la varicela, no se recomienda el uso de ibuprofeno, ya que podría aumentar el riesgo de infecciones bacterianas secundarias de la piel".

El doctor Justin Beardsley, especialista en enfermedades infecciosas del Hospital Westmead e investigador del Instituto de Enfermedades Infecciosas de Sidney, destaca que un hallazgo importante de esta revisión durante la pandemia fue que "la morfina -uno de los analgésicos opiáceos más utilizados en los cuidados posquirúrgicos y críticos- suprime las células clave de la inmunidad innata, aumentando así el riesgo de infección. Este es el caso, en particular, de los pacientes con cáncer, que ya son vulnerables a la COVID-19", añade.

"Hay que esforzarse por conseguir una analgesia adecuada y evitar al mismo tiempo la inmunodepresión en el postoperatorio inmediato causada por opiáceos como la morfina, tanto en el caso de las personas que se someten a una intervención quirúrgica por cáncer como en el de los inmunodeprimidos en general", recomienda Beardsley, que también colabora con el Instituto Westmead de Investigación Médica.

Por su parte, el profesor Andrew McLachlan destaca que, en el lado positivo, los resultados proporcionan nuevas ideas para la investigación adicional para evaluar estos medicamentos de uso común, que podrían ser reutilizados para mejorar los resultados de las personas que reciben tratamiento para las enfermedades infecciosas.

"Con la urgente necesidad de nuevos tratamientos para la COVID-19 y la disminución de la eficacia de algunos agentes antimicrobianos debido a la resistencia, ahora más que nunca necesitamos medicamentos que puedan mantener o mejorar la eficacia de los tratamientos farmacológicos antiinfecciosos, recuerda el profesor McLachlan, director de la escuela y decano de farmacia de la Universidad de Sydney.

"Los resultados de esta revisión sugieren que los medicamentos comúnmente utilizados para el dolor y la fiebre deben ser explorados más a fondo como tratamientos complementarios baratos y eficaces que influyen en las vías inmunes y de inflamación para las personas que reciben tratamiento para la infección", añade.

El coautor, el profesor Ric Day, de la UNSW y el Hospital de San Vicente, afirma que la investigación aún no se ha puesto al día en esta nueva área de estudio.

"Uno de los problemas es que los medicamentos más utilizados -como el paracetamol, los antiinflamatorios no esteroideos, como el ibuprofeno, y los corticosteroides, como la prednisona- existen desde hace décadas, y en el pasado no solíamos tener en cuenta su impacto en el sistema inmunitario porque era un área poco reconocida", recuerda.

Pero añade que, aunque "desde el uso en la comunidad hasta la atención hospitalaria y de agudos, estas clases de medicamentos para el dolor y la fiebre se encuentran entre los fármacos más populares en todo el mundo, debemos tener en cuenta el importante impacto que pueden tener en nuestro sistema inmunitario y en nuestra respuesta a las enfermedades infecciosas, incluida la COVID-19".