Permitirá avanzar en nuevas estrategias terapéuticas y mejorar la calidad de vida
BARCELONA, 7 Jun. (EUROPA PRESS) -
Un equipo internacional ha diseñado el primer fotofármaco con potencial terapéutico para luchar contra la enfermedad de Parkinson, el MRS7145, que se ha mostrado efectivo en animales de laboratorio 'in vivo', y que ha elaborado un equipo liderado por investigadores de centros catalanes y estadounidenses.
El trabajo, publicado en 'Journal of Controlled Release', ha desarrollado una terapia que usa la luz --con una determinada longitud de onda-- para controlar la actividad de un medicamento fotosensible y aumentar su precisión espacial y temporal, sin generar efectos perjudiciales para el organismo.
En concreto, se trata de un fármaco derivado de un antagonista selectivo de un receptor de una molécula, que en bibliografía científica se han revelado como potenciales fármacos para combatir esta enfermedad porque participan en los mecanismos implicados en el control fino del movimiento.
Ha liderado el trabajo el investigador de la Universitat de Barcelona (UB) y su instituto de neurociencias (UBNeuro) y del Instituto de Investigación Biomédica de Bellvitge (Idibell) Francisco Ciruela, junto al científico de los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos Kenneth A. Jacobson, el del Colgate University Ernest G.Nolen y el de la Universitat Autònoma de Barcelona (UAB) Jordi Hernando.
Han implantado una serie de fibras ópticas en el cuerpo estriado de los animales de laboratorio, y cuando el cuerpo "es irradiado con luz violeta, el fármaco activo --que estaba inactivo sin la luz-- se libera y bloquea el receptor" en la región del cerebro indicada, responsable del control de la actividad motora, ha relatado Ciruela.
"Una precisión espaciotemporal más fina permitirá manipular los circuitos neuronales con más detalle y establecer su funcionamiento con fines terapéuticos y neuroprotectores", ha destacado, y ha añadido que las fibras ópticas también podrían hacer llegar la luz a casi cualquier parte del cuerpo.
Aunque la aplicación clínica de este fotofármaco en pacientes es un hito aún lejano, esta innovación farmacológica podría abrir camino a la investigación de nuevas soluciones terapéuticas contra esta patología crónica y en nuevas estrategias terapéuticas con moléculas fotosensibles, así como establecer protocolos clínicos innovadores que mejoren la calidad de vida de los pacientes.
EL DOBLE DE CASOS EN 2030
La acción de los fármacos convencionales está limitada a menudo por factores que pueden reducir su eficacia, que, además, mengua con el paso del tiempo, lo que obliga a cambiar de medicamento o aumentar la dosis; los efectos secundarios de las nuevas medicaciones --como movimientos incontrolados del cuerpo-- son también un denominador común en la mayoría de pacientes.
La enfermedad de Parkinson es el segundo trastorno neurodegenerativo más común --después del Alzheimer-- y afecta a más del 1% de la población, y la Organización Mundial de la Salud prevé que en 2030 duplique su prevalencia --con más de 12 millones de personas, frente a los seis actuales--.