MADRID, 19 Dic. (EUROPA PRESS) -
Investigadores de la Universidad Tecnológica de Sidney (Australia) han probado en ratones la eficacia de un fármaco que disminuye los movimientos involuntarios llamados disquinesias, un efecto secundario de años de tratamiento de la enfermedad de Parkinson.
El estudio, publicado en la revista 'Neurobiology of Disease', muestra que en los ratones el fármaco, conocido como HU-308, es tan efectivo como la amantadina, el único tratamiento disponible para las discinesias. Además, la combinación de HU-308 con amantadina es más eficaz que cualquiera de los dos medicamentos por separado.
"Nuestro estudio sugiere que un derivado del HU-308, ya sea solo o en combinación con amantadina, puede ser un tratamiento más efectivo para las discinesias y una opción mucho mejor que el uso de una sustancia potencialmente dañina no probada como el cannabis", explica el autor principal del trabajo, Bryce Vissel.
El cannabis funciona en varios receptores del cerebro: CB1 y CB2. El efecto psicoactivo está causado principalmente por el receptor CB1. El fármaco de los investigadores, HU-308, funciona solo en el receptor CB2, permitiendo que los beneficios medicinales sean administrados sin causar efectos psicoactivos.
Vissel y su equipo ahora están investigando maneras de bloquear la inflamación del cerebro para mantener y restaurar la memoria y retardar el progreso tanto de la enfermedad de Parkinson como de la de Alzheimer. "El HU-308 trabaja reduciendo la inflamación en el cerebro, afectando las neuronas y las células inmunes. Al reducir la inflamación en el cerebro, como con HU-308, las células inmunes pueden apoyar de nuevo la función neural normal, en lugar de inhibirla", comentan los científicos.