MADRID, 11 Jul. (EUROPA PRESS) -
Los hongos son cada vez más resistentes a los antifúngicos, y la variación en la resistencia ha aumentado significativamente, según concluyen expertos del centro médico universitario de Radboud (Países bajos) y el instituto de salud pública RIVM de Países Bajos, en una publicación de 'The Lancet Microbe'.
El trabajo se centra en el análisis de más de 12.000 muestras de pulmón recolectadas durante treinta años en hospitales holandeses. Cuando el microbiólogo consultor Paul Verweij y su equipo comenzaron a recolectar aislamientos de Aspergillus fumigatus de pulmones de pacientes en 1994, no encontraron ningún hongo resistente a los antifúngicos.
En el año 2000, el equipo descubrió una mutación (un cambio en el ADN) que causaba resistencia. En 2009 se detectó otra mutación importante. Hasta la fecha, hay más de 12.000 aislamientos de A. fumigatus almacenados en los congeladores de Radboudumc. Estas muestras muestran un claro aumento de la resistencia.
Además de las dos mutaciones principales detectadas, a lo largo de treinta años se produjeron varios cambios menores en el ADN de este hongo, que pueden presentarse en diferentes combinaciones. "Hemos recopilado unas dos mil cepas fúngicas resistentes, el 17% de las cuales presentan variaciones en las mutaciones de resistencia", insiste Verweij. Se ha descubierto que estas diferentes cepas casi siempre se presentan de forma mixta en los pacientes, lo que dificulta aún más el tratamiento.
Los principales medicamentos para tratar las infecciones fúngicas son los llamados azoles. Sin embargo, se está desarrollando resistencia a estos fármacos. Esto no ocurre en humanos durante la terapia, sino en la agricultura. "Los azoles también se utilizan en la producción de alimentos y el cultivo de flores, y están dirigidos a hongos que enferman a las plantas, como el Fusarium", desarrolla Verweij. "Estos azoles terminan en vertederos de ciertas líneas de producción, donde prospera el 'A. fumigatus'. Allí, el hongo se vuelve resistente a los azoles, especialmente cuando estos vertederos se dejan abandonados durante un tiempo".
El A. fumigatus prolifera en estos montones de residuos vegetales porque el hongo descompone las plantas muertas. Por lo tanto, es un hongo muy útil que, de hecho, aparece en todas partes. Inhalamos esporas de este hongo a diario, que se propagan por el aire. Para las personas sanas, esto no supone un problema; sus pulmones eliminan las esporas. Sin embargo, en personas vulnerables con una afección pulmonar subyacente, el hongo puede causar una infección llamada aspergilosis.
Aunque los hongos resistentes se encuentran en todo el mundo, las infecciones son relativamente comunes en los Países Bajos. "No sabemos exactamente por qué", explica Verweij. "Vivimos en una zona pequeña donde se utilizan agentes antifúngicos de forma intensiva. Esto conlleva una alta exposición. Además, nuestro clima, con alta humedad, es atractivo para los hongos. Estos factores podrían influir".