MADRID, 21 May. (EUROPA PRESS) -
Aspen Pharma ha iniciado la campaña de concienciación 'Stop miedo a las agujas' para ayudar a paliar esta fobia que, como recuerdan desde la compañía, afecta a entre el 20-25 por ciento de los adultos, es decir, hasta una cuarta parte de la población, tiene un miedo irracional a los pinchazos; siendo en un 10 por ciento de los casos un miedo muy intenso.
Es una de las principales causas por las que muchas personas evitan hacerse análisis de sangre, ir al dentista, seguir tratamientos que impliquen el uso de una aguja o incluso vacunarse, lo cual puede llegar a poner en peligro su salud; especialmente en enfermedades como la diabetes, donde se necesitan inyecciones diarias de insulina para controlar los niveles de azúcar en sangre; en pacientes con cáncer que están en tratamiento con quimioterapia o en alergias crónicas. Asimismo, ser también un impedimento para que algunas personas accediesen a la vacunación contra la COVID-19.
Así, desde Aspen Pharma recomiendan distraer la mente con otras cosas, hablar con el médico o con la enfermera, hacer ejercicios de relajación y/o de respiración, utilizar anestésicos tópicos* son algunos consejos prácticos que pueden ser útiles a la hora de querer perder el miedo a las agujas, las inyecciones y los pinchazos. Pero* ¿por qué aparece este miedo?
La tripanofobia o miedo a las agujas es normal durante la infancia. Y, aunque suele desaparecer a medida que se va creciendo, en algunos casos sigue estando muy presente. "Si no abordamos adecuadamente el momento del pinchazo en edades tempranas, puede ser que nuestro miedo a las agujas persista y que se agrave hasta el punto de que queramos evitarlas por todos los medios posibles", advierten desde Aspen Pharma.
Según el Comité Asesor de Vacunas de la Asociación Española de Pediatría (CAV-AEP)2, son necesarias unas guías con recomendaciones para reducir el estrés en el momento de la vacunación, conseguir una mayor adherencia a los calendarios de vacunas y reducir las posibles secuelas psicológicas de experiencias negativas previas. Incluso la Organización Mundial de la Salud (OMS) aconseja incluir técnicas para mitigar el dolor durante la vacunación.
De hecho, la AEP incluye en su blog 'En Familia AEP' una serie de recomendaciones para aliviar el dolor de la inyección, que son diferentes según la edad del niño. Por ejemplo, en los lactantes, el amamantamiento antes y durante la inyección, la toma de líquidos dulces durante la administración, el contacto con la piel de la madre, el uso de técnicas de distracción y el empleo de anestésicos tópicos son medidas eficaces.
En los niños pequeños se recomienda realizar una preparación psicológica previa y administrar la inyección en posición erguida, así como utilizar también técnicas de distracción y anestésicos tópicos.
En el caso de los niños mayores y adolescentes, son también de utilidad la preparación psicológica, las técnicas de distracción y los anestésicos tópicos, pero en este caso se prefiere la posición de sentado para evitar el peligro de mareo.
Asimismo, los anestésicos tópicos deben aplicarse con la antelación suficiente para que ofrezcan una anestesia superficial. "Es importante hablar con el personal que nos atiende y explicarles desde el inicio nuestro miedo a las agujas para que nos ayuden a afrontarlo y a aliviar la tensión del momento", recomiendan desde la compañía.
En este sentido, añaden, el papel de las enfermeras es "fundamental", ya que pueden preparar de forma adecuada antes del procedimiento y aconsejar sobre cuál puede ser la mejor terapia para cada persona, desde el uso de distracciones o de anestésicos tópicos hasta la terapia psicológica en los casos más graves o de fobia.