MADRID, 29 Oct. (EUROPA PRESS) -
Alrededor de la mitad de los pacientes que reciben tratamiento antidepresivo con ISRS (inhibidores selectivos de la recaptación de serotonina) o IRSN (inhibidores de la recaptación de serotonina y noradrenalina) padecen embotamiento emocional, el cual puede conducir al abandono del tratamiento, a mayor riesgo de recaída, dificultar la plena recuperación funcional y, en definitiva, suponer un elevado impacto sobre la calidad de vida.
Así lo ha asegurado el profesor de Psiquiatría en la Facultad de Medicina de la Universidad de Siena, Andrea Fagiolini, durante su participación en el simposio 'Nuevas evidencias en embotamiento emocional en pacientes con depresión', organizado por Lundbeck en el marco del XXIII Congreso Nacional de Psiquiatría.
El embotamiento emocional es un estado en el que se observa una atenuación o aplanamiento de las emociones, tanto las positivas como las negativas. Los pacientes sienten indiferencia ante muchos aspectos de sus vidas que deberían importarles, como la familia, los amigos o el trabajo.
Los síntomas son particularmente destacados cuando el paciente alcanza la remisión de los síntomas nucleares de la depresión y reanuda la actividad cotidiana normal que había reducido o suspendido durante la fase aguda de la enfermedad.
En este sentido, el experto ha explicado que casi la mitad de los pacientes con depresión que alcanzan la remisión no se sienten como tal, su percepción es otra, ya que aunque ya no presenten síntomas nucleares de la enfermedad continúan teniendo dificultades en su funcionamiento.
Por ello, el objetivo de los pacientes con un tratamiento a largo plazo pasa por recuperar la funcionalidad en su día a día, y ese es el actual objetivo terapéutico en depresión, que alcancen la plena recuperación funcional y disfruten de una buena calidad de vida.
La respuesta parcial al tratamiento se traduce en la presencia de síntomas residuales, uno de los más frecuentes, el embotamiento emocional, también conocido como aplanamiento afectivo o indiferencia emocional. "Esa dificultad o incapacidad para experimentar sentimientos y emociones, así como para expresarlas en su entorno, puede afectar a la toma de decisiones, relaciones interpersonales y al auto-cuidado, además de estar asociado a la disfunción sexual", ha matizado el profesor Titular de Psiquiatría en la Universidad de Alcalá, vinculado al Hospital Universitario Príncipe de Asturias, Guillermo Lahera.
Además, apostilla el doctor, el embotamiento emocional también puede ser parte de la depresión no resuelta, solapado a la anhedonia, síntoma cardinal del trastorno depresivo mayor, reportado por el 75% de los pacientes, y asociada a peor pronóstico y a respuesta parcial al tratamiento antidepresivo.
Por otra parte, durante el simposio se han presentado los datos del estudio 'Complete', que constata una reducción del embotamiento emocional en pacientes con trastorno depresivo mayor (TDM) que reciben tratamiento con vortioxetina. El trabajo incluyó a 150 pacientes.
Tan solo después de una semana de tratamiento se observó una mejoría significativa de los síntomas de embotamiento emocional determinados mediante el 'Cuestionario de Depresión de Oxford' (ODQ), si bien este beneficio siguió aumentando hasta el final del estudio.
Los pacientes incluidos en este estudio abierto de 8 semanas de duración recibieron dosis adecuadas de un ISRS o IRSN durante al menos seis semanas y presentaban embotamiento emocional antes de su inclusión. Al cabo de ocho semanas de tratamiento con vortioxetina, el 50 por ciento de los pacientes comunicaron no haber experimentado más este síntoma.
También se observó una mejoría significativa del funcionamiento psicosocial de los pacientes determinado a partir de la Escala de Discapacidad de Sheehan (vida laboral, familiar y social). Además, el otro 50 por ciento informó de una mejoría en el embotamiento emocional.
"Vortioxetina se muestra eficaz y con beneficios favorables para muchos pacientes. Sobre la base de los mecanismos de acción, en particular la modulación de la 5-HT 3 y su posterior efecto positivo sobre la dopamina, los resultados de este estudio parecen respaldar que vortioxetina puede tener un efecto positivo sobre el embotamiento emocional. Estos resultados son alentadores ya que muestran que el embotamiento emocional posiblemente se puede abordar cambiando la medicación y conseguir una mejoría significativa del funcionamiento global del paciente en su vida cotidiana", ha zanjado el profesor Fagiolini.