MADRID, 17 Abr. (EUROPA PRESS) -
Usar siempre las retenciones indicadas por el especialista es fundamental para mantener los resultados del tratamiento de ortodoncia, ya que, como advierte la Sociedad Española de Ortodoncia (SEDO), no es descartable tener que volver a someterse a una ortodoncia muchos años después de finalizar un tratamiento.
Eso no significa, puntualiza la SEDO, que el tratamiento no se haya hecho bien (de hecho, la estabilidad a lo largo plazo es uno de los grandes retos de un tratamiento ortodóncico), sino que existen múltiples factores que pueden provocar una recidiva.
"El más importante lo causa el hecho de que las piezas dentales se mueven durante toda la vida y que con el paso del tiempo tienden a apiñarse (sobre todo las inferiores). Es habitual que los dientes intenten recuperar su posición inicial, por ello es fundamental que un año después de la finalización del tratamiento se acuda a la clínica a revisión para que podamos comprobar que todo se mantiene de manera correcta", explica el presidente de la Sociedad Española de Ortodoncia y Ortopedia Dentofacial, Juan Carlos Pérez Varela.
Los retratamientos suelen ser sobre todo casos de adultos de 40 o 50 años que llevaron aparatos en la adolescencia y que los vuelven a necesitar porque las piezas dentales han vuelto a desplazarse con el paso del tiempo, o bien porque no se han llevado las retenciones adecuadamente (hace unos 30 o 40 años no era generalizado el uso de retenedores como una fase posterior a la ortodoncia).
Aunque normalmente los retratamientos suelen ser más sencillos y breves que el primero, la duración y complejidad dependerá del estado en que se encuentre la boca cuando el ortodoncista prescriba el segundo tratamiento.
Otro motivo para necesitar brackets de nuevo puede ser el propio desgaste de los dientes, o la enfermedad de las encías, que puede provocar un desplazamiento de las piezas dentales.
RETENEDORES
Pero lo más habitual, señala el presidente de SEDO, es que las recidivas se deban a que el paciente no se pone los retenedores removibles siempre, o que se han despegado los fijos y no se volvieron a colocar.
Los retenedores son una especie de 'frenos' que se colocan para que las piezas dentales, especialmente los incisivos, no vuelvan a su posición anterior al tratamiento, y pueden ser fijos o removibles. "Es frecuente que en cuanto se finalice el tratamiento los pacientes se relajen y se olviden de que el periodo de retención es una fase más del tratamiento", afirma el doctor.
La mencionada tendencia natural de los dientes a moverse es el motivo por lo que generalmente hay que llevar retenciones de por vida, acudiendo a revisiones periódicas con el fin de asegurar que los resultados se mantengan en el tiempo. Aunque las retenciones no garantizan que no pueda producirse una recidiva, sí contribuyen a evitarlas.
Hay que tener en cuenta que la recidiva no sólo puede manifestarse con el apiñamiento de los dientes (aunque es la más evidente para el paciente), sino también con problemas en la articulación temporomandibular, desgastes o abrasiones de las superficies dentales.
"Por ello no basta con que el paciente esté atento a la evolución de su boca y acuda al ortodoncista si observa un problema, sino que es necesaria que acuda revisión periódica para que el especialista pueda evaluar también las cosas que no se aprecian a simple vista", concluye Pérez Valera.