MADRID, 3 Abr. (EUROPA PRESS) -
La urticaria afecta a uno de cada cinco niños en algún momento de su vida y llega a suponer hasta un dos por ciento de las visitas a urgencias pediátricas, según datos de la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP) presentados con motivo de la celebración de la Semana Mundial de la Alergia.
Se trata de un problema que es necesario que sea tratado por un pediátrica alergólogo ya que, tal y como ha señalado la coordinadora del Grupo de Trabajo de Dermatitis Atópica y Alergia Cutánea de la SEICAP, Mercedes Escarrer, es el que "mejor" puede determinar un diagnóstico correcto, prescribir las terapias más adecuadas a cada caso y enseñar al menor y a sus padres a manejar la enfermedad.
"Es un problema muy común en las consultas y en las urgencias pediátricas que requiere ser atendido por un pediatra alergólogo que es el que mejor sabrá identificar la causa y podrá indicar el tratamiento más adecuado", ha recalcado la doctora Escarrer.
La urticaria se caracteriza por la presencia de habones o ronchas en cualquier parte del cuerpo y la aparición de prurito o picor. Se trata de placas elevadas de la piel que hacen relieve y son grandes y rojas, parecidas a las picaduras de mosquito, y miden más de medio centímetro, y que afecta a las capas más superficiales de la piel.
Asimismo, el angioedema, que se caracteriza por la hinchazón de una parte del cuerpo y no suele producir picor, se localiza en la piel más profunda afectando sobre todo en párpados, labios, lengua, genitales y zonas distales de extremidades. "La urticaria afecta bastante a la calidad de vida de los niños que la sufren ya que tienen una necesidad continua de rascarse, lo que puede influir en la capacidad de concentración en el colegio o incluso en el sueño", ha argumentado la experta.
La urticaria se clasifica según su curso y duración en función de un tiempo máximo de seis semanas. Así, se llama aguda cuando los brotes duran menos de seis semanas y la aguda recurrente cuando los brotes son aislados y autolimitados a unos días pero recurrentes.
"Hablaremos de urticaria crónica cuando las lesiones van apareciendo a diario o casi a diario, persisten durante más de seis semanas o más", ha apostillado Escarrer, para matizar que en la infancia la más común es la aguda, sobre todo en edades preescolares, si bien en la adolescencia aumenta la prevalencia de la urticaria crónica.
De hecho, un estudio publicado en la revista 'Allergy and Asthma Proceedings' concluye que la media de edad de los niños con urticaria crónica espontánea es de 8,8 y que la duración media de la enfermedad es de 23 meses.
INFECCIONES, CAUSA MÁS FRECUENTE
En concreto, la infección suele ser la causa más frecuente en la urticaria aguda durante la edad pediátrica. "Las más comunes son las debidas a virus de las vías respiratorias altas y del tracto gastrointestinal y en el 80 por ciento de los casos su duración es menor de cuatro días. Además, tanto la urticaria aguda como la crónica pueden venir desencadenadas por el calor o el frío, insectos o parásitos, presión sobre la piel o la luz del sol", ha explicado la experta.
En cuanto al tratamiento, Escarrer ha comentado que de primera línea en niños son los antihistamínicos. Además, ha insistido en la importancia que tiene una buena educación del menor y de sus padres enfocada a la eliminación de los agentes desencadenantes y agravantes.
Por todo ello, y con el objetivo de mejorar el abordaje, el Grupo de Trabajo de Dermatitis Atópica y Alergia Cutánea de la SEICAP ha elaborado un decálogo en el que recuerdan que, al ser las infecciones la causa más frecuente, en muchas ocasiones no es necesario hacer más estudios; y que cuando la urticaria es agua basta con seguir el tratamiento que aconseje el médico y tranquilizar al paciente.
Asimismo, aseguran que en el tratamiento, en primer lugar, si se conoce la causa de la urticaria, hay que evitarla; que si es leve, aguda o crónica, el tratamiento de elección se basa en la administración de antihistamínicos; y que los corticoides son el tratamiento de segunda elección, que se pueden emplear en las urticarias más graves que no respondan a antihistaminicos.
Ahora bien, si presenta dermografismo, es importante evitar que el niño se rasque y que lleve ropa muy ajustada y sí secar la piel de forma suave o con secador. También hay que evitar situaciones tales como el ejercicio físico, la fiebre, el calor o frío intenso y el estrés emocional; la ingesta de antitérmicos como ibuprofeno o ácido acetilsalicílico; el consumo de alimentos ricos en histamina o liberadores de la misma durante los brotes; y acudir al pediatra alergólogo para prevenir nuevos cuadros de urticaria y para la confirmación de diagnóstico.