MADRID, 6 May. (EUROPA PRESS) -
Los lunares y manchas solares en la piel son pigmentaciones que se van desarrollando a lo largo de los años y que pueden estar relacionados con la exposición al sol, vigilar posibles cambios reduce la posibilidad de desarrollar un carcinoma, explica el doctor Pedro Ruiz Ávila, dermatólogo del Hospital Vithas La Salud de Granada, quien advierte de que hay que acudir al especialista cuando "cambian, pican y sangran".
El especialista recuerda que en dermatología se utiliza el método 'ABCD' que indica al médico si la mancha o el lunar presenta algún riesgo de desarrollar una patología. "A la hora de fijarnos en una mancha tenemos que estudiar si es asimétrica (A), si presenta bordes (B) irregulares, si su color (C) ha variado y si tiene un diámetro (D) de más de 5-6 milímetros", afirma.
No obstante, advierte, "el mayor porcentaje de pacientes que vienen a consulta lo hacen por lesiones benignas". Así, la consultas mas frecuencia son por nevus (lunares) de características clínicas benignas, los lentigos benignos, que aparecen en personas que se exponen al sol, o de forma familiar, o por el melasma o cloasma, que son las típicas manchas que aparecen en la cara, "y preocupan mucho a mujeres desde el punto de vista estético y a veces suelen tener que ver con embarazos, anticonceptivos, etc".
Cuando los pacientes consultan por lesiones pigmentadas con características clínicas de malignidad se inicia el protocolo de extirpación quirúrgica y estudio histopatológico. Por ello, el objetivo de los dermatólogos es diagnosticar el tumor pigmentado lo antes posible porque de ello depende la supervivencia del paciente.
El doctor, a través de un dermatoscopio, estudiará los signos de la mancha y determinará si es necesario hacer una biopsia. "A nosotros lo que más nos preocupa son las manchas o lesiones pigmentadas que pueden tener potencial maligno como los carcinomas basocelulares pigmentados, o los melanomas; estos últimos a veces, pueden acabar con la vida del paciente", explica.
"Nuestro objetivo es conseguir extirpar el tumor antes de que sus células atraviesen la epidermis (esta primera capa de la piel no tiene vasos sanguineos) y pasen a la sangre o a la linfa", continua, recordando que es importante que la sociedad esté concienciada de la importancia de acudir a revisiones periódicas con un dermatólogo.
EL PERFIL DE RIESGO
El médico recuerda que las personas de ojos y piel claros, pelo claro, que se quemen con facilidad y no se bronceen, que tengan muchos lunares o que presenten antecedentes familiares de cáncer de piel o melanoma, deben acudir a un dermatólogo cada 6 a 12 meses porque son las que tienen mayor riesgo.
No obstante, en contra de lo que se suele prensa, también desarrollan cáncer de piel las personas con la piel oscura, por lo que es fundamental prestar atención al desarrollo de la mancha y visitar al dermatólogo con regularidad.
"Nosotros hablamos de fototipos (hay seis), el fototipo 1 se quema con facilidad y no se broncea y el 6 nunca se quema y siempre se broncea o está bronceado. Es por ello que dependiendo del fototipo que tengamos podremos exponernos más o menos tiempo al sol sin riesgo de quemadura. Debemos saber que el signo clínico que nos indica que la piel está sufriendo por la exposición solar es la quemadura. Para evitar la quemadura solar utilizamos los fotoprotectores", añade.
El doctor Ruiz Ávila añade que hay otras patologías que también se asocian a la exposición al sol, es el caso de las fotoalergias o fototoxias. "Si te has aplicado una crema o cosmético nuevo y al ponerte al sol te pica o aparecen lesiones de color rojo, podrías estar desarrollando una fototoxia, o incluso si estas lesiones aparecen sólo al exponerte al sol, sin haber usado ningún producto en la piel, es posible que estés desarrollando fotoalergia", explica.
¿CÓMO EVITAR LESIONES EN LA PIEL?
Actualmente, para evitar quemarse con el sol en el mercado hay cremas, geles, spray, leches, lociones, emulsiones, con factor solares altos que protegen de la radiación ultravioleta, aunque también es aconsejable el uso de sombreros, gafas de sol y manga larga.
Si ya se ha producido la quemadura, el médico recomienda un producto antiinflamatorio prescrito por un médico (corticoide) que aliviará la zona, y mejor en spray para que sea necesario extenderlo con las manos.
Si las quemaduras son graves y aparecen ampollas debe ser un médico quien las examine para valorar su profundidad, extensión y realizar las curas, medicación y seguimiento adecuados.
Por último, recuerda que no hay que olvidar tampoco los problemas de envejecimiento de la piel asociados al sol. "Y es que la piel tiene memoria", lo que explica por qué las personas que se exponen mucho al sol normalmente ven envejecer su piel antes y tienen más posibilidades de desarrollar un cáncer de piel.