MADRID, 16 Dic. (INFOSALUS) -
Aunque no existen límites de edad, hay que tener en cuenta que si existe una enfermedad periodontal activa el tratamiento solo se puede instaurar cuando se controla la inflamación de la encía y del hueso, ya que si se aplica fuerza sobre el diente antes puede dar lugar a la destrucción de las estructuras afectadas.
Según explica a Infosalus el doctor Juan Carlos Pérez Varela, presidente de la Asociación Española de Especialistas en Ortodoncia (AESOR), "no hay límites de edad, el tratamiento no es tan largo ni tan costoso, y los pacientes quedan satisfechos con una mejora en su autoestima y salud, que merece la pena llevar a cabo por el equilibrio entre costes y beneficios".
Además de la enfermedad periodontal, muy prevalente entre la población, otros colectivos como el de los diabéticos requieren de un mayor control en lo que se refiere al tratamiento de ortodoncia. "Los antiinflamatorios inhiben el movimiento dentario igual que el ácido acetilsalicílico por lo que hay que tener en cuenta su efecto sobre la ortodoncia. Sin embargo, no existen demasiadas contraindicaciones a la hora de pasar por un tratamiento de ortodoncia", señala Pérez Varela.
El objetivo es una sonrisa bonita pero también un buen funcionamiento y salud de las estructuras dentales. Si se alinean bien los dientes se facilita el cepillado y es más sencillo mantener una buena salud dental. Si encajan bien los dientes superiores e inferiores eso facilita la masticación pero también mejora la oclusión por lo que se alivia el desgaste de los dientes y los problemas en la articulación temporomandibular que une la mandíbula con el resto del cráneo.
"La mayoría de las personas acuden a consulta para mejorar la estética de su sonrisa. Les tomamos fotos de sus dientes, de su perfil y su sonrisa y ésta cambia en gran medida tras el tratamiento. A estas personas les cuesta sonreír e incluso no les gusta hacerlo para no mostrar sus dientes, después su sonrisa se vuelve franca y real", afirma el especialista.
El principal problema que desean solucionar quienes acuden a estas consultas es el del apiñamiento de los dientes derivado de un mayor tamaño de los dientes que el de los huesos que los albergan. Pérez Varela recuerda que nuestros antepasados prehistóricos necesitaban un sistema óseo más grande y fuerte para triturar alimentos pero también madera o hueso y por ello sus huesos estaban más desarrollados. Con la evolución de la especie humana el maxilar ha ido disminuyendo de tamaño asociado a hábitos de masticación diferentes.
SISTEMAS VISIBLES E INVISIBLES
Los sistemas de ortodoncia actuales van desde los brackets convencionales, a los cerámicos transparentes y la ortodoncia lingual situada en la parte trasera de los dientes y que por ello no se ve. Además, existen los alineadores que se colocan en las encías superiores e inferiores. La preferencia por uno u otro sistema depende de los costes asociados y las preferencias del paciente.
"Su mecánica de actuación es diferente pero todos funcionan y la ortodoncia es posible con cualquiera de ellos", apunta Pérez Varela. Los clásicos brackets metálicos se pegan en la cara delantera de los dientes y son elementos pasivos cuya función es transmitir la fuerza a los dientes través de los arcos que los atraviesan. La ortodoncia lingual tiene el mismo mecanismo pero se sitúa de forma no visible en la parte trasera de los dientes.
Por su lado, los métodos alineadores colocados en las encías producen pequeños movimientos dentales que requieren ir modificando su colocación cada dos o tres meses. Resulta más caro porque supone realizar más pruebas y visitas para ir modificando el sistema.
EL DOLOR, UNA EXPERIENCIA INDIVIDUAL
La ortodoncia produce inflamación en el ligamento periodontal que une el diente con el hueso alveolar del maxilar y este proceso puede causar dolor. Sin embargo, el especialista señala que el umbral del dolor es muy variable entre unas personas y otras. "Lo que para determinadas personas supone una molestia para otras puede considerarse dolor", explica Pérez Varela.
Aunque la dieta debe ser la recomendada para cualquier persona el ortodoncista aconseja evitar los productos pegajosos o muy duros que pueden movilizar los brackets. "Existen productos específicos para la higiene oral de la ortodoncia y aunque todos deberíamos cepillarnos los dientes tres veces al día si se utiliza un aparato de ortodoncia esto es fundamental".
Las visitas para revisar la evolución de la ortodoncia se realizan cada mes o mes y medio y la duración del tratamiento a su vez es muy variable según el paciente aunque el plazo medio es de un año y medio a dos años.
La principal recomendación que realiza el presidente de AESOR es acudir a un ortodoncista especializado con formación adecuada ya que en España, a diferencia de otros países europeos, la ortodoncia no está regulada.