MADRID 26 Nov. (EUROPA PRESS) -
El uso de geles hidroalcohólicos y de mascarillas como medidas de prevención frente a la Covid-19 pueden agravar los síntomas de los niños que tienen dermatitis atópica, según ha avisado la Sociedad Española de Inmunología Clínica, Alergología y Asma Pediátrica (SEICAP), con motivo del Día Nacional de la Dermatitis Atópica que se celebra este viernes.
El uso de geles hidroalcohólicos se ha convertido en rutina en muchas escuelas infantiles y colegios como principal medida de desinfección para evitar el contagio del virus SARS-CoV-2.
"Lo utilizan varias veces durante la jornada escolar pues en muchas ocasiones resulta más cómodo que lavarse con agua y jabón, dicha sustitución en los niños con diagnóstico de dermatitis atópica no es recomendable porque pueden agravarse los signos propios de la enfermedad como la sequedad, la descamación o la irritación", ha comentado la coordinadora del Grupo de Trabajo de Dermatitis Atópica y Alergia Cutánea de la SEICAP, María Teresa Guerra.
Así, un estudio realizado en Dinamarca con niños de guarderías confirma que tras el régimen de higiene implantado durante la pandemia una alta proporción de niños desarrolló eccema de manos y que el riesgo se asoció de forma significativa con la dermatitis atópica, entre otros factores, como el sexo femenino o la frecuencia del lavado de manos.
Desde SEICAP se ha aconsejado que, al ser imprescindible tener una buena y correcta higiene de manos para evitar la transmisión de la COVID-19, es importante seguir una serie de cuidados. En primer lugar, debe priorizarse en su caso el lavado con agua y jabón en lugar del uso de geles siempre que sea posible. Por otro lado, al final del día deberá aplicarse una crema hidratante y emoliente que permita mantener en equilibrio y bien hidratada la barrera cutánea, de tal manera que evitemos la sequedad de sus manos", ha recomendado la doctora Guerra.
El uso de mascarillas también está ocasionando problemas cutáneos en la cara de los más pequeños que sufren dermatitis atópica. "Los niños a partir de 6 años están obligados a llevar la mascarilla en los colegios e incluso, en algunos casos, la llevan con menos edad. Observamos que el contacto continuo y la humedad que se genera como consecuencia de su respiración taquipneica, sobre todo cuando juegan y realizan actividades deportivas, desencadenan brotes de eccemas que les generan mucho prurito", ha explicado la doctora Guerra.
De hecho, en un estudio reciente publicado en 'Acta Dermato-Venerológica' se encontró que cerca de un 20 por ciento de quienes usan mascarilla manifiestan picores y que aquellos con dermatitis atópica y otras patologías cutáneas tienen mayor riesgo de desarrollar ese prurito.
"En estos casos, siempre que estén al aire libre puede ser recomendable emplear mascarillas de algodón o tejidos naturales que faciliten la transpiración y que ocasionen el menor daño sobre la piel de los niños", ha apostillado la doctora Guerra.
Sin olvidar una correcta higiene con jabones no agresivos sin detergentes a su llegada al domicilio para retirar sudor y otros restos acumulados en la zona facial. También serán necesarios cuidados orientados a favorecer la hidratación de la piel en esa zona. "Para ello es imprescindible el uso de cremas emolientes que reduzcan la sequedad y que restauren y protejan la epidermis", concluye.
Por todo ello, el Grupo de Trabajo de Dermatitis Atópica y Alergia Cutánea de la SEICAP ha aconsejado para estos niños mascarillas 100% algodón homologadas reutilizables si se observa que las mascarillas quirúrgicas, higiénicas desechables o FFP2 ocasionan síntomas; seguir los consejos de lavado proporcionados por el fabricante para conservar sus propiedades; y evitar los cambios bruscos de temperatura, y las temperaturas extremas, tanto frío como calor.
Además, han destacado la importancia de priorizar el uso de agua y jabón para higienizar las manos frente al uso de gel hidroalcohólico y evitar que el agua esté muy fría; secar, tanto las manos tras lavarlas como el cuerpo tras el baño, sin frotar, sólo por contacto; mantener la piel hidratada, aplicando crema hidratante (emoliente) varias veces al día si fuera necesario, sobre todo en las manos y en la cara, ahora que están más expuestas; utilizar crema hidratante abundante para evitar los picores y, en algunos ocasiones, administrarse antihistamínico que le haya recomendado el especialista; y tener siempre cortas y muy limpias las uñas para evitar heridas por el rascado.