MADRID, 12 Jul. (EDIZIONES) -
La Academia Americana de Odontología Cosmética preguntó una vez a diferentes personas qué era lo que más les gustaría mejorar de sus sonrisas, y la respuesta más común fue que unos dientes más blancos.
Según defiende esta institución científica, cepillarte y usar hilo dental son maneras cotidianas de mantener los dientes radiantes, blancos y sanos; si bien puede suceder que a la sonrisa le llegue un momento en el que le falta chispa o es más amarilla de lo que era. Tranquilidad, hay solución.
En una entrevista con Infosalus, la presidenta de la Sociedad Española de Odontología Conservadora y Estética (SEOC) Isabel Giráldez destaca que los dientes se amarillean con el tiempo por la alimentación y los medicamentos, y también como consecuencia del propio envejecimiento del diente.
"El paso del tiempo hace que, por causas naturales, por el propio envejecimiento del diente, éste se vaya desgastando y debilitando, y adelgazando su esmalte, de forma que el diente hace más opaco, compacto y duro su tejido interno, la dentina, y así se obtiene un resultado óptico del diente más amarillento", explica la especialista en Odontología estética, y experta de la Clínica Ciro (Madrid).
En cuanto al papel de los alimentos en la tinción de los dientes, la también profesora de Odontología en la Universidad Rey Juan Carlos (Madrid) sostiene que estos tienen unas partículas que dan color al diente, los cromóforos, responsables de alterar el color de los mismos debido a su peculiar forma de reflejar la luz.
"Los alimentos que los contienen son las bebidas como el té, alimentos como la soja o la cúrcuma, así como otras bebidas como el vino, o salsas como la de tomate, entre otros, que a lo largo de los años se acumulan en la estructura interna del diente, la dentina, y al final la oscurecen", subraya la odontóloga.
Eso sí, Giráldez recuerda que también hay otros factores como los medicamentos o los tratamientos médicos que pueda seguir el paciente, como los oncológicos, los suplementos de hierro, los tratamientos dermatológicos como el Roacutan, o antibióticos como la tetraciclina, que aumentan la tinción en el diente y hacen que no se pueda eliminar de manera sencilla con un cepillado o un hilo dental.
Igualmente, la presidenta de la SEOC mantiene que hay personas que son más propensas a que se les amarillen los dientes, debido fundamentalmente al contenido mineral del propio diente. "Se ha visto en muchos estudios que, dependiendo de la propia estructura del diente, estas personas pueden ser más propensas a tener un diente mucho más poroso y más propenso a este cambio de color", recalca la especialista.
LA IMPORTANCIA DE LA CALIDAD DEL AGUA
Giráldez apunta también que hay una parte hereditaria "muy importante", que es la que dará la calidad del esmalte y de ese contenido mineral que puedas tener. "Tú puedes nacer con un esmalte determinado pero después éste se podrá modificar o no como fruto de la alimentación que se siga, de los tratamientos antibióticos que se tomen, o incluso de la calidad del agua, que puede llegar a modificar esa estructura dental", señala.
En concreto, sobre el agua, la odontóloga aclara que no es que ésta te tiña más o menos los dientes, sino que durante la fase de crecimiento de los mismos es importante que el agua tenga un contenido mineral ideal, ya que hay muchas regiones donde el agua no es de calidad, o el contenido de flúor es muy elevado y hace que el desarrollo del diente no sea el más adecuado.
A juicio de Giráldez, este aspecto es importante porque puede influir en el crecimiento de los dientes, dando lugar a un problema "irreversible", que hará a la dentadura más propensa, por ejemplo, a manchas y a fracturas. "En estos casos, si se vive en regiones donde se conoce que el agua no es muy buena, es aconsejable beber siempre agua mineral", aconseja la miembro de la Sociedad Española de Odontología Conservadora (SEOC).
¿SE PUEDEN BLANQUEAR TODOS LOS DIENTES?
Por otro lado, y sobre si todas las dentaduras son susceptibles de un blanqueamiento, la doctora Giráldez mantiene que sí, que todos los dientes se pueden blanquear porque se trata de un proceso de oxidación, y mediante un radical libre, el propio oxígeno, se romperán esas moléculas de carbono, que son las que están adoptando ese color del diente, y en piezas más pequeñas, de forma que en última instancia se conseguirá aclarar el color del diente.
Otra cosa es si la misma técnica sirve para todas las dentaduras y durante el mismo tiempo, algo a lo que Giráldez apunta que no. "Dependiendo de la causa por la que han sido amarilleados, el tratamiento del blanqueamiento tendrá que ser de una manera u otra. Por eso los tratamientos de blanqueamiento deberán hacerse por un odontólogo especializado que haga un estudio de la estructura dental para ver qué técnica es la más aconsejada en ese caso", señala la experta.
Finalmente, y sobre lo que no debemos hacer para se nos amarillen los dientes, la presidenta de la SEOC enumera:
1.- Evitar las infusiones en lo máximo posible porque tiñen los dientes, una tinción que sólo se puede eliminar mediante un tratamiento de blanqueamiento.
2.- El café no tiñe, mancha, así que si inmediatamente después de tomarlo nos cepillamos podemos reducir el riesgo o la probabilidad de que esa mancha se convierta en tinción.
3.- Realizarse limpiezas de boca una vez al año en la consulta del odontólogo para eliminar toda la placa que no podemos remover con cepillado normal.
4.- Cepillarse con pastas ricas en flúor o con cualquier otro remineralizante, como la Nano Hidroxiapatita y el calcio, porque van a fortalecer tu esmalte y reducirán la propensión a la tinción.
5.- A su vez, no aconseja pastas de dientes blanqueadoras porque al final no contienen por norma general un producto blanqueador dentro de su fórmula, y sí partículas más abrasivas para retirar esas manchas. "El problema es que su uso prolongado en el diente erosiona el esmalte y hace el efecto contrario, que se adelgace la dentina y se facilite la tinción del diente", advierte la presidenta de la Sociedad Española de Odontología Conservadora.
6.- Desde la American Dental Association recuerdan el papel dañino del tabaco para el esmalte, ya que dos de sus químicos "manchan obstinadamente", el alquitrán y la nicotina. "El alquitrán es naturalmente oscuro. La nicotina incolora hasta que se mezcla con oxígeno, entonces se vuelve amarilla y mancha las superficies", lamenta.