MADRID, 23 Ene. (EUROPA PRESS) -
El asma y el eccema en adolescentes no supone, necesariamente, una barrera para un estilo de vida saludable ni una actividad física normal para su edad, según un estudio de la Universidad de Bristol, Inglaterra (Reino Unido).
Al respecto, el profesor del Centro de Ejercicio, Nutrición y Ciencias de la Salud de la Universidad de Bristol, Russ Jago, explica que los resultados "deberían tranquilizar a los padres", ya que, pese a que los adolescentes enfrentan afecciones a largo plazo como el asma y el eccema, "no se ha encontrado ninguna actividad física reducida por estas causas".
Los investigadores, apoyados por el Instituto Nacional de Investigación en Salud, observaron que los adolescentes de 12, 14 y 16 años no experimentaron diferencias en los niveles de tiempo activo o sedentario, en comparación con sus compañeros, dependiendo de si tenían asma o eccema. Por el contrario, los jóvenes que padecían obesidad si revelaron menor actividad y más períodos de inactividad.
Para el estudio se utilizaron los datos de 6.473 adolescentes que usaron acelerómetros, informes clínicos de asma o eccema y mediciones, tanto de peso como de talla. De estos, se estima que el 20 por ciento de los niños estaban diagnosticados con eccema, el 9 por ciento con asma y el 20 por ciento eran obesos a la edad de once años en el Reino Unido, estas condiciones a largo plazo afectaron no solo la calidad de vida, sino también la actividad física.
Aunque la investigación no examinó la diferencia en la gravedad del asma y el eccema, el estudio aporta cierta seguridad en lo referente al estilo de vida de los adolescentes, que no se necesitan planes específicos de actividad para poder mantener una vida normal y saludable.
Esta observación es la primera en usar datos durante un largo periodo de tiempo para evaluar el impacto de estos trastornos en los niveles de actividad. Toda la información se obtuvo del estudio 'Bristol's Children of the 90s', que reclutó a 14.500 mujeres embarazadas a principios de los años 90.