MADRID, 24 Ago. (EUROPA PRESS) -
Comer arándanos y fresas, puede que también nueces, ayuda al cerebro a mantenerse sano durante el envejecimiento activando el mecanismo natural con el que el cerebro 'limpia' y 'recicla' las proteínas tóxicas vinculadas a las pérdidas de memoria por la edad y otros síntomas de deterioro mental.
Así lo sugiere un estudio realizado por investigadores del Centro de Investigación sobre Nutrición Humana en el Envejecimiento, de Boston (Estados Unidos), del Departamento de Agricultura de Estados Unidos y el Servicio de Investigación Agrícola (USDA-ARS, por sus siglas en inglés). Sus resultados se han presentado en el 240 Encuentro Nacional de la Sociedad Química Americana (ACS, siglas en inglés).
Según explica el investigador Shibu Poulose, encargado de presentar este estudio, anteriores trabajos habían sugerido que uno de los factores implicados en el envejecimiento es el hecho de que, con el paso del tiempo, el organismo sufre un descenso mantenido de su capacidad para protegerse a sí mismo de los daños que pueden causarle la inflamación y la oxidación. Esto hace a las personas vulnerables a las enfermedades mentales degenerativas, las patologías cardíacas, el cáncer y problema similares.
"La buena noticia --anuncia Poulose, del centro de Boston-- es que unas sustancias naturales denominadas polifenoles, presentes en las frutas, las verduras y los frutos secos-- tienen efectos antiinflamatorios y antioxidantes que pueden proteger contra el declive asociado a la edad".
Poulose realizó esta investigación junto a James Joseph, quien murió el pasado 1 de junio y era director de laboratorio e investigador pionero sobre el papel de los antioxidantes de frutas y frutos secos para prevenir los problemas cognitivos relacionados con el envejecimiento.
En anteriores estudios, ambos científicos demostraron, por ejemplo, que un conjunto de ratas mayores alimentadas en laboratorio durante dos meses con una dieta rica en antioxidantes, que contenía un dos por ciento de extracto de fresas, arándanos y moras, fue capaz de revertir los déficits relacionados con la edad que sufrían las funciones nerviosas y las capacidades de estos animales para recordar y aprender.
TODAS LAS FRUTAS ROJAS, AZULES Y NARANJAS
En esta nueva investigación, Poulose y Joseph se centraron en estudiar otra razón por la que las funciones nerviosas se deterioraban con la edad: la reducción de la capacidad natural de cerebro para limpiarse gracias a unas células denominadas microglías, que en un proceso denominado autofagia eliminan y reciclan los restos bioquímicos que podrían obstaculizar las funciones cerebrales.
"Con el envejecimiento, las microglías dejan de realizar su trabajo y los restos se acumulan. Además, estas células se hacen hiper-reactivas y comienzan a dañar a las células sanas del cerebro", explica este experto, para quien sus descubrimientos sugieren "que los polifenoles presentes en las bayas tienen un efecto rescate". "Parece que restablecen la función normal de limpieza en el cerebro. Estos hallazgos son los primeros que demuestran que las bayas tienen estos efectos en el organismo", asevera.
Para realizar esta investigación, sus autores observaron células cerebrales de ratones cultivadas en laboratorio y descubrieron que el extracto de baya inhibía la acción de una proteína que frenaba el proceso autofágico".
Aunque las bayas y los frutos secos son fuentes ricas en esta sustancia, muchas otras frutas y verduras contienen polifenoles, en especial aquellas rojas, naranjas y azules, pues contienen antocianinas, pigmentos que son buenos antioxidantes. Las bayas congeladas, que están disponibles todo el año, son una excelente fuente de polifenoles, añadió.