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Actualizado: miércoles, 30 noviembre 2016 7:26

    MADRID, 30 Nov. (EUROPA PRESS) -

   En términos de ejercicio, la natación, los deportes de raqueta, como el tenis, el pádel o el squash, y los aeróbicos parecen estar asociados con las mejores probabilidades de evitar la muerte por cualquier causa y de prevenir enfermedades del corazón y accidentes cerebrovasculares, en particular, según sugiere una investigación publicada en la edición digital de 'British Journal of Sports Medicine'.

   Los beneficios para la salud de la actividad física son innumerables, pero para tratar de cuantificar el impacto de diferentes tipos de deportes y ejercicio en las probabilidades de vencer a la muerte, los investigadores analizaron datos de 11 encuestas de salud anuales con representación nacional para Inglaterra y Escocia realizadas entre 1994 y 2008.

   En total, el análisis incluyó a 80.306 adultos con una edad promedio de 52 años. En cada una de las encuestas, se preguntó a los participantes sobre qué tipo de ejercicio y la cantidad de actividad física que había hecho a lo largo de las cuatro semanas anteriores, y si había sido suficiente, es decir, si se terminó la actividad física sin aliento y sudando.

   La actividad física analizada incluía tareas domésticas pesadas, como cultivar un huerto y labores de mantenimiento/bricolaje; caminar; y las seis formas más populares de deporte/ejercicio que se practican: ciclismo; natación; aeróbic/ejercicios para mantenerse en forma/gimnasia/danza; correr/hacer footing; fútbol/rugby; y bádminton/tenis/squash.

   Menos de la mitad de los entrevistados (algo más del 44 por ciento) cumplieron con la cuota semanal de actividad física recomendada en el momento de la entrevista. Se siguió la supervivencia de cada participante a lo largo de un promedio de nueve años, durante el cual 8.790 de ellos murieron de cualquier causa y 1.909 por enfermedad cardiaca/apoplejía.

NO HALLAN RELACIÓN DE CORRER O JUGAR AL FÚTBOL CON MENOR RIESGO DE MUERTE

   Después de tener en cuenta factores potencialmente influyentes, el análisis de los datos agrupados indicó probabilidades de muerte que varían según el tipo de deporte/ejercicio. En general, en comparación con los que dijeron que no habían hecho un deporte concreto, el riesgo de muerte por cualquier causa fue un 47 por ciento menor entre los que practicaban deportes de raqueta; un 28 por ciento más bajo entre los nadadores; un 27 por ciento menor entre los aficionados al aeróbic; y un 15 por ciento menor entre los ciclistas. No se observaron asociaciones de este tipo para los corredores o los que jugaron al fútbol/rugby.

   Cuando los investigadores analizaron el riesgo de muerte por enfermedad cardiaca y accidente cerebrovascular, detectaron que jugar a deportes de raqueta se vinculó con un 56 por ciento menos de riesgo, con cifras equivalentes del 41 por ciento para nadar y 36 por ciento para los ejercicios aeróbicos, en comparación con los que no participaron en estos deportes.

   Ni montar en bici, ni correr, ni jugar al fútbol/rugby se relacionaron con una reducción significativa del riesgo de muerte por patología cardiovascular, según el análisis. Los autores encontraron un 43 por ciento de reducción del riesgo de muerte por todas las causas y un riesgo de un 45 por ciento menos de enfermedad cardiovascular entre los corredores en comparación con los que no corrían o trotaban, pero esta aparente ventaja desapareció cuando se contabilizaron todos los factores potencialmente influyentes.

   Además, pocos de los encuestados dijeron que jugaban fútbol o rugby con regularidad, lo que también podría explicar el aparente bajo impacto de estas actividades en el riesgo de muerte en este estudio, argumentan los científicos. Para algunos deportes, cuanto mayor era la intensidad, duración y volumen, mayor era la reducción del riesgo, mientras que para otros emergía una curva en forma de U, indicando que una intensidad más baja podría ser mejor que una intensidad más elevada o ninguna participación en ellos.

   Sin embargo, debido al pequeño número de muertes involucradas, estos hallazgos deben considerarse preliminares, según los autores del trabajo, entre los que hay científicos de Australia, Finlandia y Reino Unido. Estos expertos recuerdan que se trata de un estudio observacional, por lo que no se pueden sacar conclusiones firmes sobre causa y efecto.

   Además, el tiempo de recuerdo de los últimos deportes practicados por los participantes fue corto; ciertos deportes eran estacionales, es decir, se practicaban en determinados momentos del año y no se pudieron rastrear cambios en los niveles de participación deportiva durante el periodo de seguimiento, cuestiones que pueden haber tenido alguna influencia en los resultados.

   Sin embargo, los investigadores concluyen: "Estos hallazgos demuestran que la participación en deportes específicos puede tener beneficios significativos para la salud pública". Y añaden que estos resultados deben ayudar a los profesionales de la salud a animar a participar en deportes de manera regular como una buena manera de mantenerse saludable.

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