Los delgados tienen mayor diversidad de flora intestinal gracias a dietas sanas

Ejercicio, correr, actividad
Foto: CELSO FLORES/FLICKR
Actualizado: miércoles, 23 septiembre 2015 16:48

   

   El académico de número de la Real Academia Nacional de Medicina y profesor emérito de Medicina Interna de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), Manuel Serrano, ha destacado este martes en Santander que "cada vez hay más evidencias de la importancia de la dieta en la composición genética de la macrobiota --bacterias presentes en el sistema digestivo--" y la mayor diversidad de la composición y presencia de la flora intestinal en las personas delgadas que en las obesas.

   DIETAS SANAS

   Así, ha remarcado que la dieta es "esencial" para modular esa composición porque "una de las cosas más interesantes" que se ha descubierto en los últimos años es que "la macrobiota intestinal regula mucho las relaciones con todo el organismo", pero que "en determinadas condiciones, como con la ingesta continua de grasas saturadas, se altera la permeabilidad de la membrana celular del intestino".

LA DIETA ES 'ESENCIAL' PARA MODULAR ESA COMPOSICIÓN

   En una rueda de prensa con motivo de la celebración de la 'XVI Escuela de Nutrición 'Francisco Grande Covián' que, bajo el título 'Microbiota y enfermedades crónicas relacionadas con la nutrición', se celebra esta semana en la Universidad Internacional Menéndez Pelayo (UIMP) y en el que colabora el Instituto Danone, ha incidido en que actualmente los científicos saben que "tanto la diabetes tipo 2 como la obesidad, en su sustrato más profundo, tienen un componente inflamatorio crónico".

   En este sentido, ha comentado que este componente "permite que se vayan pasando distintas sustancias" desde el sistema digestivo que tienen un "potencial inflamatorio que no da síntomas y altera funciones muy importantes", como a nivel músculo-esquelético y de órganos como el hígado.

   "Todo esto ha dado lugar a que en los últimos tres años se haya dado pie al trasplante de masa fecal debidamente tratada de individuos no obesos a obesos, que puede mejorar muchas de las funciones corporales, como la intolerancia a la glucosa o la diabetes", ha relatado.

   Así, también ha concretado que la cirugía correctora de manipulación digestiva para disminuir la absorción de masa calórica "no solo va acompañada de una mejoría" de dolencias crónicas como la diabetes tipo 2, "sino que hay una evolución favorable de la macrobiota".

   A este respecto, ha afirmado que en los últimos años se ha comprobado "que la macrobiota es reguladora de ciertas funciones metabólicas" relacionadas con enfermedades crónicas como la obesidad y la diabetes tipo 2 y que la genética permite un estudio "mucho más preciso" de la macrobiota, hasta el punto de que ha sostenido que "el análisis de la macrobiota se ha convertido en casi el área más importante de investigación".

EFECTO DE BACTERIAS EN EL COMPORTAMIENTO DE RATONES

   En este mismo sentido, el jefe clínico del Servicio de Gastroenterología del Hospital Vall d'Hebron de Barcelona, Francisco Guarner, ha explicado que los investigadores también han descubierto que existe un "cableado" que conecta el sistema digestivo con "todo el organismo", y que los materiales que pasan por el intestino "tienen efectos que mandan señales al organismo".

   "Lo más interesante desde el punto de vista nutricional es que estas señales las transmiten las bacterias presentes en el sistema digestivo", ha apuntado.

   Así, Guarner ha detallado que hay experimentos recientes sobre los efectos de determinadas bacterias, como un 'bífidofactor infantis', en el comportamiento de los ratones. De esta forma, ha explicado que actualmente se han desarrollado modelos en ratones mediante "pruebas sencillas, como poner a un ratón en lo alto de una plataforma y ver cuánto tiempo tarda en saltar".

   "Hay un 'bifidofactor infantis' que tiene un efecto muy similar al de las benzodiapezinas --medicamentos que actúan sobre el sistema nervioso central-- a la hora de que un ratón sea más decidido para saltar, que esté menos ansioso. Es un 'bífidofactor infantis' que es capaz de producir gaba, un mediador del sistema nervioso periférico y central", ha indicado, en alusión a este neurotransmisor.

   Según Guarner, "vamos a llegar relativamente más lejos en la medida en que la investigación se vaya desarrollando", pero ha aclarado que estas investigaciones "está en sus inicios y no quiere decir que sea inmediatamente trasladable a los humanos". "El cableado está ahí, lo que hace falta es cómo usarlo", ha apuntado, al tiempo que ha señalado que con estas investigaciones se inicia el campo de estudio de los psicobióticos.

   Igualmente, ha puesto de relieve la importancia que tienen los estudios de la macrobiota y del "cableado" intestinal porque "estamos teniendo más alergias y reacciones del sistema inmune que nos sorprenden". En concreto, se ha referido a "por qué el sistema inmune rechaza el gluten, algo que no debería pasar" y a las alergias al polen.

   "En la superficie del sistema digestivo hay muchos elementos que ponen en marcha señales que pueden influir, por ejemplo, en el sistema inmune, para prevenir diarreas estacionales en niños en guarderías. Esto está presente, pero el campo no se acaba aquí", ha afirmado.

IMPORTANCIA DE LAS LECHES FERMENTADAS

   En la rueda de prensa también ha intervenido el presidente del Instituto Danone, Luis Alberto Moreno, que ha destacado la importancia de influir en la macrobiota en los primeros años de vida de las personas, como a través de los nutrientes de la leche materna, y el catedrático de Nutrición de la Universidad Rovira i Virgili, Jordi Salas.

   Salas ha asegurado que en los últimos años se han publicado estudios "muy importantes" algunos de ellos "con más de 300.000 sujetos durante más de diez años", en los que se ha observado que "el consumo frecuente de leches fermentadas, especialmente el yogur, se asocia con un menor riesgo de aumento del peso corporal" y de desarrollo de dolencias como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares o el síndrome metabólico.

   "Tenemos muchas evidencias de que las personas que consumen muchas raciones --una al día, lo que supone siete a la semana-- de yogures tienen una disminución del riesgo de padecer a largo plazo diabetes, de tener aumento de peso y de desarrollar el síndrome metabólico", ha expuesto.