MADRID 11 Sep. (EUROPA PRESS) -
Los niños pequeños que crecen en pueblos y ciudades padecen más infecciones respiratorias que los que crecen en el campo, según una investigación presentada en el Congreso Internacional de la Sociedad Respiratoria Europea celebrado en Milán (Italia).
Un segundo estudio, presentado en el Congreso y publicado en la revista 'Pediatric Pulmonology', muestra que factores como la asistencia a guarderías, vivir en un hogar húmedo o cerca de un tráfico denso aumentan el riesgo de infecciones torácicas en los niños pequeños, mientras que la lactancia materna lo reduce.
Los investigadores afirman que algunos niños, por lo demás sanos, pueden sufrir infecciones repetidas, por lo que es importante entender a qué se debe y buscar formas de ayudarles.
En el primer estudio, presentado por el doctor Nicklas Brustad, investigador y médico del Copenhagen Prospective Studies on Asthma in Childhood (COPSAC), con sede en el Hospital Gentofte y la Universidad de Copenhague (Dinamarca), participaron 663 niños y sus madres desde el embarazo hasta los tres años de edad.
Los investigadores registraron si los niños crecían en zonas urbanas o rurales y cuántas infecciones respiratorias desarrollaban. El estudio reveló que los niños que vivían en zonas urbanas tenían una media de 17 infecciones respiratorias, como tos y resfriados, antes de los tres años, frente a una media de 15 infecciones en los niños que vivían en zonas rurales.
Los investigadores también realizaron análisis de sangre detallados a las madres durante el embarazo y a los recién nacidos, y analizaron el sistema inmunitario de los niños a las cuatro semanas de vida.
Descubrieron que los niños que vivían en zonas urbanas presentaban diferencias en su sistema inmunitario en comparación con los que vivían en zonas rurales. También había diferencias en las muestras de sangre de las madres y los bebés que se correlacionaban con la diferencia en el entorno vital y el número de infecciones respiratorias.
"Nuestros resultados sugieren que vivir en una ciudad es un factor de riesgo independiente para desarrollar infecciones en los primeros años de vida si se tienen en cuenta varios factores relacionados, como la exposición a la contaminación atmosférica y el hecho de empezar a ir a la guardería --destaca el doctor Brustad--. Curiosamente, los cambios en la sangre de las madres embarazadas y los recién nacidos, así como los cambios en el sistema inmunitario del recién nacido, parecen explicar en parte esta relación".
Añade que los resultados sugieren que el entorno en el que viven los niños puede tener un efecto sobre su sistema inmunitario en desarrollo antes de que estén expuestos a la tos y los resfriados.
"Seguimos investigando por qué algunos niños, por lo demás sanos, son más propensos a las infecciones que otros y cuáles son las implicaciones para su salud posterior --continúa--. Tenemos previstos otros estudios que buscarán factores de riesgo e intentarán explicar los mecanismos subyacentes utilizando nuestra gran cantidad de datos".
El segundo estudio fue presentado por el doctor Tom Ruffles, de la Facultad de Medicina de Brighton y Sussex y del University Hospitals Sussex NHS Foundation Trust de Brighton (Reino Unido). Incluía datos de 1.344 madres y sus hijos residentes en Escocia e Inglaterra.
Las madres rellenaron cuestionarios detallados cuando sus hijos tenían un año y de nuevo cuando tenían dos años. Incluían preguntas sobre infecciones torácicas, síntomas como tos y sibilancias, medicación respiratoria y exposición a posibles factores de riesgo ambientales.
El análisis de los cuestionarios reveló que la lactancia materna durante más de seis meses ayudaba a proteger a los bebés y niños de las infecciones, mientras que la asistencia a guarderías aumentaba el riesgo.
Los niños pequeños que vivían en hogares con humedad visible tenían el doble de probabilidades de necesitar tratamiento con un inhalador para aliviar los síntomas respiratorios y el doble de probabilidades de necesitar tratamiento con un inhalador de esteroides. Vivir en una zona con tráfico denso aumentaba el riesgo de infecciones torácicas, y la exposición al humo del tabaco aumentaba el riesgo de tos y sibilancias.
El doctor Ruffles señala que "este estudio aporta datos importantes sobre cómo podemos ayudar a reducir las infecciones torácicas en bebés y niños pequeños. Los beneficios de la lactancia materna están bien establecidos, y debemos seguir apoyando a las madres que quieren amamantar a sus bebés".
"También deberíamos hacer todo lo posible por reducir la exposición a las infecciones en las guarderías, mantener los hogares libres de humedad y moho, reducir el consumo de tabaco y disminuir la contaminación atmosférica", añade.
El profesor Somnath Mukhopadhyay, coinvestigador, también de la Facultad de Medicina de Brighton y Sussex y del University Hospitals Sussex NHS Foundation Trust, añade que "la relación entre las viviendas húmedas y mohosas y la necesidad de que estos niños tan pequeños tomen tratamientos contra el asma pone de relieve la urgencia de una legislación que aborde el problema del moho y la humedad en las viviendas sociales".
La profesora Myrofora Goutaki, que preside el grupo de epidemiología respiratoria pediátrica de la Sociedad Respiratoria Europea y no participó en la investigación, afirma se sabe que algunos niños pequeños sufren tos y resfriados recurrentes, lo que puede derivar en afecciones como el asma a medida que crecen.
"Es importante que conozcamos los factores que pueden contribuir a ello, como las condiciones en las que viven los niños y el lugar donde se les cuida --apunta--. Cuanto más conozcamos estos factores, más podremos hacer para proteger los pulmones en desarrollo de estos niños".