MADRID, 31 Mar. (EDIZIONES) -
Un virus es un microorganismo infeccioso y muy pequeño. Más pequeño que una célula, si bien su daño puede ser enorme. Hay virus que están emergiendo en el continente europeo y de los que poco se conoce, no hay vacuna para humanos y además, pocas investigaciones en curso. Uno de estos ejemplos lo protagoniza el virus del Nilo occidental, ya presente en el sur de España como patógeno endémico desde 2010. Se conoce desde 1937.
Según describe la Organización Mundial de la Salud (OMS), puede causar una enfermedad mortal del sistema nervioso en los seres humanos, si bien el 80 por ciento de los infectados son asintomáticos. En el 20% restante provoca una enfermedad por lo general leve, pero en un pequeño porcentaje de casos da lugar a una afección muy grave del sistema nervioso, que puede ser letal. Aunque se transmite a las personas principalmente por la picadura de mosquitos infectados, las aves son los hospedadores naturales del virus. Además, puede causar una enfermedad grave en los caballos. A diferencia de los humanos, para los equinos sí existe una vacuna.
Miguel Ángel Jiménez-Clavero, investigador y científico del Instituto Nacional de Investigación y Tecnología Agraria y Alimentaria (INIA) explica a Infosalus que este virus se conoce desde que en 1937 tuviera lugar su primera identificación. "Se le puso este nombre porque se halló por primera vez infectando a una mujer en esa zona del mundo, de Uganda. Entonces, era un virus que no despertaba mucho interés desde el punto de vista clínico porque tenía síntomas benignos y no se apreciaban muchos casos. Se le categorizaba como una de tantas fiebres africanas que padecen los viajeros. Pero se empezó a extender por el mundo recientemente", avisa el especialista.
Así, indica que se tienen indicaciones de que "hubo un salto" ya en los años 50 o 60 hacia la zona del Mediterráneo y la Europa meridional, dando lugar a varios brotes infecciosos en Portugal y en Francia. Tras un silencio de varias décadas, reapareció en el Mediterráneo a finales del siglo XX.
"En España ha habido varios casos. El primero que fue identificado clínicamente se registró en 2004. Se trataba de un joven que fue diagnosticado en Barcelona pero adquirió la enfermedad cerca de Badajoz, en su pueblo", recuerda Jiménez-Clavero. Actualmente, este patógeno infeccioso se encuentra en África, Europa, el Oriente Medio, América del Norte, Asia occidental y Oceania.
Según explica el investigador, el virus mantiene un ciclo que parte de las aves, los reservorios de la enfermedad, y después pasa al mosquito. "Va de mosquito a ave, y al revés. A veces el ciclo se "desborda" y pasa por ejemplo a humanos o a mamíferos, como los caballos, donde puede ser grave", señala el especialista en virus en animales. Sin embargo, ni los caballos ni los humanos transmiten la enfermedad. Hasta la fecha no se ha confirmado ningún caso de transmisión de persona a persona por el contacto social ordinario, aunque sí se conocen casos de la transmisión del virus a personal de laboratorio.
CUADRO CLÍNICO
La OMS recoge que la infección por el virus del Nilo Occidental es asintomática en aproximadamente un 80% de las personas infectadas. En ese 20% de infectados y con síntomas por este agente patógeno presentan la fiebre del Nilo Occidental, que se caracteriza por fiebre, dolores de cabeza, cansancio, dolores corporales, náuseas, vómitos y, a veces, erupción cutánea (del tronco) y agrandamiento de ganglios linfáticos. Asimismo, los síntomas de afección grave (también llamada enfermedad neuroinvasora, como la encefalitis o meningitis del Nilo Occidental o poliomielitis del Nilo Occidental) son dolores de cabeza, fiebre elevada, rigidez de nuca, estupor, desorientación, coma, temblores, convulsiones, debilidad muscular y parálisis.
Se calcula que aproximadamente 1 de cada 150 personas infectadas llegan a padecer una afección más grave. No hay tratamiento específico, sino más bien de soporte. En los pacientes con afección neuroinvasora consiste en medidas de sostén, tales como hospitalización, administración de líquidos por vía intravenosa, apoyo respiratorio y prevención de infecciones secundarias. La enfermedad del virus del Nilo Occidental puede presentarse en personas de cualquier edad, si bien los mayores de 50 años y las personas con inmunodeficiencia (por ejemplo, pacientes que han recibido trasplantes) tienen el mayor riesgo al respecto. El periodo de incubación suele durar entre 3 y 14 días.
CASOS EN ESPAÑA
El experto del INIA indica que el virus ya se ha asentado en España y, a diferencia de años anteriores donde ese ciclo de ave-mosquito acababa con el invierno, ahora ha evolucionado y puede sobrevivir en zonas del sur de España durante todo el año. El último caso registrado tuvo lugar este agosto en Andalucía, un francés que había viajado a la zona. "A partir de 2010 se puede considerar un virus endémico de partes del sur de España porque hay un ciclo continuo mosquito-ave-mosquito, que es capaz de permanecer de un año a otro", precisa.
Sobre las secuelas, Jiménez-Clavero indica que el virus tiene "varias dianas", no sólo el cerebro. "Aunque la mayor parte de casos graves afectan al sistema nervioso central, también puede hacerlo al hígado o al riñón, por ejemplo. Muchos casos no son mortales pero sí es verdad que las secuelas pueden ser bastante relevantes a lo largo de la vida de los pacientes infectados, y con el paso del tiempo, puede desarrollarse otra sintomatología y afectar a diversos órganos", sentencia.
Este experto, que recientemente ha participado en II curso de enfermedades por virus emergentes organizado por el Hospital La Paz-Carlos III de Madrid, destaca la expansión del mismo a Estados Unidos, cuando en 1999, un virus del Nilo Occidental que circulaba por Túnez e Israel fue importado a Nueva York y produjo un brote epidémico que se propagó por todo el territorio continental de los Estados Unidos.