MADRID, 16 Ago. (EUROPA PREBS) -
La combinación de virus oncolíticos con carga genética inhibidora de tumores estimula el sistema inmunitario y ayuda a la inmunoterapia a reducir o eliminar por completo tumores agresivos en ratones, según un estudio dirigido por investigadores de la Universidad de Pittsburgh (Estados Unidos).
Los virus oncolíticos son virus modificados genéticamente que atacan a las células tumorales en rápida división evitando las células normales.
Se diseñaron originalmente para destruir directamente las células cancerosas, pero los investigadores observaron más tarde que también estimulaban el sistema inmunitario, lo que sugiere que podrían combinarse con otras terapias contra el cáncer, como los inhibidores de puntos de control inmunitario, que quitan los frenos al sistema inmunitario para que las células T puedan reconocer y atacar los tumores.
"Los inhibidores de los puntos de control inmunitario sólo funcionan en tumores 'calientes', en los que ya se han infiltrado células T. Los virus oncolíticos pueden ayudar a 'calentar' tumores fríos, por lo que tienen un potencial asombroso para trabajar mano a mano con la inmunoterapia, pero aún no han cumplido esa promesa", ha explicado Greg Delgoffe, autor principal del estudio, que se ha publicado en la revista científica 'Journal of Experimental Medicine'.
Según la autora principal de la investigación, Kristin DePeaux, el problema es que los tumores de muchos pacientes no responden a los virus oncolíticos.
"Se han realizado muchas investigaciones interesantes en laboratorio sobre los virus oncolíticos, pero no se han trasladado a la clínica. Queríamos entender los mecanismos que subyacen a la resistencia tumoral a estos virus para ver qué podemos hacer para ayudar a los pacientes", ha detallado.
Los investigadores desarrollaron primero una línea celular de carcinoma de células escamosas de cabeza y cuello muy sensible a un virus oncolítico llamado vaccinia. Los tumores inyectados con el virus retroceden tras una sola dosis. También desarrollaron una segunda línea celular de cáncer idéntica pero resistente a la vaccinia.
Tras inyectar ambos tipos de células en ratones y comparar las diferencias inmunológicas en los tumores que crecían, descubrieron que la resistencia a la vaccinia se debía a los altos niveles de una proteína de señalización llamada TGF-B, conocida por favorecer el crecimiento del cáncer al suprimir el entorno inmunitario. Después, el equipo de investigadores modificó la vaccinia para que contuviera un gen que codificaba un inhibidor del TGF-B.
"Los inhibidores del TGF-B son muy potentes. Se han probado en la clínica, pero suelen ser tóxicos porque se administran por vía sistémica. Lo bueno de usar virus oncolíticos es que administran esta carga directamente en el microambiente tumoral, por lo que es un tratamiento muy específico y mucho más seguro", ha detallado Delgoffe.
Cuando inyectaron la vaccinia modificada en ratones con carcinoma de células escamosas de cabeza y cuello resistente a la vaccinia, los tumores se redujeron o, en aproximadamente el 50 por ciento de los ratones, desaparecieron por completo, aumentando enormemente la supervivencia en comparación con los animales que recibieron el virus de control, que no portaba el inhibidor del TGF-B. Y lo que es más importante, el tratamiento no causó efectos secundarios autoinmunes o relacionados con la toxicidad.
A continuación, los investigadores comprobaron si los virus modificados podían funcionar de forma similar en una forma muy agresiva de melanoma resistente a los inhibidores del punto de control inmunitario anti-PD1.
Los animales que no recibieron tratamiento, los que recibieron la vacuna anti-PD1 o los que recibieron la vacuna de control murieron en unos 24 días, mientras que alrededor del 20 por ciento de los que recibieron el virus modificado eliminaron completamente el tumor.
Los resultados más espectaculares se produjeron cuando la vaccinia modificada se combinó con anti-PD1. En el 67 por ciento de los ratones, los tumores desaparecieron por completo y la supervivencia se prolongó considerablemente.
Los investigadores esperan que una versión de su virus vaccinia modificado, cuya licencia han concedido a Kalivir Immunotherapeutics, pueda probarse pronto en ensayos clínicos con humanos como adyuvante de los inhibidores de puntos de control inmunitarios en pacientes que no hayan respondido a estas inmunoterapias.